Este miércoles se escribió un nuevo capítulo en la disputa familiar por los bienes dejados por el exsenador Gabriel Acosta Bendek y su esposa Sofía Acero de Acosta. Por orden de un juez, la hija de la pareja, Ivonne Acosta de Jaller, retomó el control provisional de la Universidad Metropolitana y del Hospital Universitario Metropolitano, ambas instituciones dependientes de la Fundación Acosta Bendek (FAB).El juez 13 penal municipal de Barranquilla, con funciones de control de garantías, ordenó en un oficio a la Cámara de Comercio de Barranquilla (CCB) suspender “de manera inmediata y de forma provisional” los efectos del Acta 01 del 5 de mayo del 2016, suscrita en una asamblea extraordinaria de la Fundación Acosta Bendek.Le recomendamos: La batalla campal por los bienes que dejó el exsenador Gabriel Acosta BendekEn dicha asamblea, en la que no participó Ivonne Acosta, se cambió el órgano administrativo de la fundación. Supuestamente, sí habrían estado los hermanos vivos del patriarca de la familia, quienes se incluyeron en la FAB y crearon una junta administrativa con nuevos cargos al mando.En este nuevo orden, como presidente quedó Alberto Acosta Pérez; el vicepresidente, Luis Fernando Acosta; como tesorera, María Cecilia Acosta; secretario, Juan José Acosta; y Gina Eugenia Díaz, vocal. Esta acta quedó registrada en la CCB el 30 de junio de 2016, de manera muy ágil y sin levantar sospechas o cuestionamientos, y les abrió la puerta para manejar a su discreción tanto la universidad como el hospital.Por ello la orden del togado también incluye suspender inmediatamente y de forma provisional el Acta 122 y el acuerdo 01 del 1o. de julio de 2016 de la Universidad Metropolitana en el que se nombró como rector a Alberto Enrique Acosta y se tomen las medidas para restituir a Carlos Jaller Raad en ese cargo. Sobre el actual rector de la institución de educación superior, Juan José Acosta Osío, se le pide al Ministerio de Educación suspender su inscripción.En cuanto al hospital, el juez ordena levantar temporalmente los efectos del acta de junta directiva del 30 de junio de 2016, que reforman los estatutos de la Fundación Hospital Metropolitano de Barranquilla y otra acta del 30 de junio de 2016 en la que solicita inscripción como director administrativo a Alberto Enrique Acosta y pide a la Gobernación del Atlántico poner en su lugar a Javier Cuartas Jaller.La obra de los AcostaEste enfrentamiento, que está en diferentes estrados de la Justicia y ha tenido repercusiones políticas en Barranquilla y Bogotá, se ha convertido en un novelón que muchos en la Arenosa siguen sin perderse detalles.La historia comenzó el 12 de noviembre de 1973, cuando Gabriel Acosta Bendek y su esposa, Sofía Acero de Acosta, crearon la FAB, de la que eran presidente y vicepresidenta vitalicios. Después, esta fundación creó la Universidad Metropolitana, reconocida jurídicamente por el Ministerio de Educación el 25 de febrero de 1974, y la Fundación Hospital Universitario Metropolitano (FHUM) en 1977.Los esposos manejaban las tres instituciones a través de un mecanismo sencillo en el que designaban a sus directivos o representantes y en las que siempre mantuvieron presencia y control.Le puede interesar: Sigue la novela de Acosta BendekAsí funcionaron las cosas hasta la muerte de la fundadora, Sofía Acero de Acosta, en 1995. Ese puesto, como vicepresidenta de la fundación lo ocupó Ivonne Acosta Acero, la única hija de la pareja. Ella mantuvo, junto con su padre, el control de la fundación, de la universidad y del hospital, hasta la muerte del exsenador Gabriel Acosta Bendek, ocurrida el 10 de agosto de 2014.Después, Ivonne Acosta comenzó un proceso de relevo de directivos que le terminó saliendo caro. Primero nombró, en septiembre de 2014, a sus dos nuevos representantes en el consejo directivo de Unimetro: su primo Luis Fernando Acosta Osío y Gina Eugenia Díaz Buelvas, esposa de su medio hermano, Alberto Acosta Pérez. La heredera ocupó el tercer cargo, como presidenta del consejo. También nombró como miembro activo de este órgano a Jorge Hernández Cassis, quien también cumplía las veces de representante de los gremios.Por el lado del hospital, designó a su medio hermano como representante legal, quien quedó con un pie en ambas instituciones. Lo hizo como una forma de unir a la familia. Lo que no se imaginó es que sus familiares armaron una operación para apoderarse de las entidades, como lo contó SEMANA en julio pasado. Lo cierto es que esta compleja trama familiar por dinero y bienes está todavía lejos de cerrarse y faltan aún varios capítulos aún por escribirse.