El 13 de agosto de 1999, a los 39 años de edad, un par de sicarios acabaron con la vida de Jaime Hernando Garzón Forero en Bogotá, cuando el recordado humorista se dirigía a grabar su programa matinal en la emisora Radionet.

El país, acostumbrado a olvidar rápidamente a sus referentes, mantuvo intacto el recuerdo de Garzón, al punto de que varios de sus personajes son recordados y admirados en la actualidad, debido a la vigencia que mantienen.

22 años después de su muerte, en la que estarían involucrados paramilitares y miembros de inteligencia del Estado, según investigaciones judiciales, Godofredo Cínico Caspa, Dioselina Tibaná, Inti de la Hoz, Nestor Elí y Heriberto de la Calle siguen vivos en el colectivo imaginario de los colombianos.

El abogado conservador y de ultra derecha Godofredo Cínico Caspa fue uno de los más populares que caracterizó Garzón, debido a la forma en la que expresaba sus ideas y exaltaba ciertas posturas, muy acordes a la forma de pensar de buena parte de la sociedad colombiana de esa época; además, el “jurista” defendía el establecimiento, la “gente de bien” y la “dignidad nacional”.

El personaje nació en Quac, el noticero, un programa de humor político que Garzón se inventó con Antonio Morales, que venía de hacer Am-Pm, y quien hizo de guionista con Miguel Ángel Lozano, mientras que Claudia Gómez, quien murió años después, fue la encargada de dirigirlo.

En Quac, Jaime interpretaba algunos de los personajes mencionados anteriormente, además, imitaba a varios personajes políticos del momento, lo cual no era del agrado de todos, y hacía a la vez de presentador, al lado de Diego León Hoyos, quien hacia de María Leona Santodomingo.

Sin duda, Heriberto de la Calle fue el personaje que más hondo caló en el corazón de los colombianos. Este lustrabotas, que entrevistaba a los políticos más importantes del país a finales del siglo pasado, lograba sacarle carcajadas a sus televidentes, por la espontaneidad con la que actuaba.

Según recoge María Teresa Ronderos, en el libro 5 en Humor, Garzón usaba una prótesis dental, pero una vez se metía en el personaje del lustrabotas, se la quitaba para darle más vida al personaje, que siempre andaba de camisas viejas y llamativas, pantalones sucios y una caja de embolar que le había comprado el humorista a un verdadero lustrabotas en el centro de Bogotá.

Heriberto nació en Lechuza en 1997 y luego se hizo famoso en Radionet, CM& y en Caracol, en donde hizo varias de sus entrevistas más famosas.

“Este país se escandaliza porque uno dice hijueputa en televisión, pero no se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosnas. Eso sí no, eso es folklore”, mencionó en alguna ocasión en medio de una entrevista con el presentador José Gabriel Ortiz.

Néstor Elí, el portero del Edificio Colombia, y Dioselina Tibaná, la cocinera del Palacio de Nariño, también quedaron inmortalizados en la historia de la televisión y el humor colombiano. El portero más famoso del país hablaba por teléfono con varios de los políticos más famosos de ese entonces, como “el gordito” (Ernesto Samper), Andrés Pastrana o Noemí Sanín; mientras que Tibaná expresaba la actualidad política del país en la cocina de la casa presidencial.

El humorista estudió la carrera de derecho durante algunos años en la Universidad Nacional de Colombia, y aunque no logró graduarse, debido a su compromiso con la televisión y las causas sociales, recibió el título póstumo en 1999.

A pesar de esto, ejerció como alcalde menor de Sumapaz, en Bogotá, bajo la alcaldía de Andrés Pastrana. Además, fue facilitador e interlocutor para la liberación de secuestrados por parte de la guerrilla, algo que generó desconfianza entre los paramilitares de la época, quienes finalmente ordenaron su asesinato hoy hace 22 años, con la colaboración del DAS.