Cuando James Rodríguez se consagró goleador del Mundial 2014 y fue fichado por el Real Madrid, creció tan alto como una esfinge. Ahora, el país que suele levantar ídolos para luego derribarlos, prefiere una selección sin el mejor jugador en la historia del fútbol colombiano.
El 17 de noviembre del año pasado, la selección Colombia sufrió la peor derrota en 43 años en un juego por eliminatoria a un mundial. Ecuador, a la que muchos colombianos suelen mirar por encima del hombro, le propinó una goleada 6-1 que puso al país a reclamar responsabilidades. Carlos Queiroz, entonces seleccionador nacional, fue el blanco de las críticas. En la cancha, el señalado fue James Rodríguez, el dueño del brazalete de capitán y quien hasta ese día parecía intocable, entre otras por ser el jugador colombiano de currículo más exitoso de cuantos intentaron defender el pabellón nacional en el estadio Rodrigo Paz Delgado, de Quito. Seis años atrás, Colombia alcanzó su mejor participación en la historia de los mundiales, en Brasil, donde ocupó el quinto puesto.
En buena parte, gracias a la explosión de un joven cucuteño que, aprovechando la ausencia de Falcao García, se convirtió en el nuevo héroe nacional. Marcó seis tantos con los que se llevó la bota de oro como goleador del certamen, y uno de ellos, el primero de los dos que le marcó a Uruguay en el Maracaná, en octavos de final, mereció el Premio Puskas al mejor de 2014. Y no es que los aficionados al fútbol en el país se hayan olvidado de las páginas de gloria firmadas por James. Pero los resultados conseguidos por la selección en esta nueva era de Reinaldo Rueda como timonel de la tricolor, tuvieron un denominador común. Ni en el triunfo en Lima ante Perú, ni en el empate en Barranquilla ante Argentina, resultados que encauzaron el sueño de la clasificación al Mundial de Catar, y en el triunfo ante Ecuador en el debut en la Copa América contaron con su presencia en la cancha.¿Qué pasó para que el país le diera la espalda a James?
“Si crees en ti, ni el cielo será tu límite”. Las palabras, del propio James, las pronunció precisamente en el mundial de su consagración. Pero eso, los límites, fueron los que el jugador pareció sobrepasar desde hace tres semanas, cuando Reinaldo Rueda decidió desconvocarlo para los juegos por eliminatoria y Copa América. “Lo necesitamos al 500 por ciento”, dijo el seleccionador para justificar su decisión, dejando la puerta abierta para el regreso cuando el jugador recupere plenamente sus condiciones físicas. La respuesta de James provocó una profunda división de opiniones, pues a pesar de que puso de manifiesta su profunda decepción por no representar al país, recurrió a fuertes expresiones para controvertir la autonomía del seleccionador.
El jugador se dejó ver en fiestas en Miami aprovechando sus días de vacaciones, y terminó por generar antipatía en un live con Teófilo Gutiérrez y Camilo Zúñiga, seguido en directo por más de 50.000 personas. Allí se autodenominó “exjugador”, dijo sentirse irrespetado y echó más leña al fuego a la decisión de Rueda. “Cierro el culo y me voy”, hasta pronunció expresiones como estas, cuando el país lo recordaba por otras como “aquí juego hasta cojo”, cuando destacaba en la selección.
Históricos como Willington Ortiz están convencidos de que James debe pedir disculpas. Francisco Maturana le recomienda desaparecer por un momento para reencontrarse, y Óscar Córdoba le pide respetar los códigos del fútbol. Otros, como el Tino Asprilla, respetaron la postura del 10 sin compartirla, asegurando que también hizo burradas similares cuando se vistió de amarillo, azul y rojo. Y desde China, Juan Fernando Quintero pidió al país no dividirse entre James o Reinaldo.
Las cosas parecieron complicarse para James cuando Juan Guillermo Cuadrado, tras la victoria contra Ecuador en la Copa América, afirmó en la transmisión oficial: “Nadie es más que todo el equipo, porque cuando estamos unidos creo que somos más fuertes y si alguien se sale de ese planteamiento del profe Rueda, creo que va a ser mucho más difícil. Cuando estamos unidos somos más fuertes”. De inmediato estallaron los titulares de prensa que asumieron que las palabras del jugador de la Juventus y máximo asistidor de la Champions League iban dirigidas hacia James. Cuadrado tuvo que salir a aclarar las interpretaciones que habían hecho algunos periodistas.
Hugo Castaño, el primer entrenador de James en el fútbol, quien lo puso a debutar a los 14 años en Envigado, intentó explicarle a SEMANA lo que puede estar pasando por la cabeza de un futbolista que pareció acariciar la gloria con sus manos, pero que afronta uno de los momentos más críticos de su carrera. Con el mismo cariño que le aconsejó a aquel joven introvertido y de pocas palabras para llevarlo a Banfield de Argentina, le pidió al 19 del Everton poner el retrovisor, rodearse bien, no dejarse ganar del ego, prepararse con disciplina y la constancia de siempre, mientras respeta la decisión de Reinaldo para volver a la selección. “No le podemos desconocer todo lo que ha hecho, o ¿cuántas veces hemos tenido un goleador en un mundial? Al igual que Reinaldo Rueda, yo tampoco veía a James en el mejor nivel por sus lesiones”, dijo Castaño a SEMANA.
La carrera de James comenzó el 21 de mayo de 2006, de la mano de Castaño. Tenerlo en sus manos desde tan pequeño le da licencia a este técnico paisa para interpretar las fortalezas y debilidades de su carácter. Por eso, no juzga las reacciones de quien fuera su pupilo. Sabe que su dolor es producto de la impotencia y el amor por la selección: “En sus momentos de descanso, James entrará en razón y sabrá que no era el camino”. El primer entrenador de James, el que lo regañó pero también lo disfrutó, se alegró al verlo buscar refugió en hombres con grandes experiencias como Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez o el mismo Maturana, reencuentro que se dio en el entrenamiento del Medellín cuando la polémica James-Reinaldo estaba a flor de piel. Con la guía de estos dos grandes del balompié, Castaño no duda ni un segundo de que James volverá a la selección. “Por la condición y la capacidad, porque el fútbol sana heridas, y si Reinaldo lo tiene que llamar lo va a llamar”.
El tiempo ha evolucionado tanto como James. Las redes, la inmediatez, la tecnología, pero también los negocios en el fútbol en el que los jugadores, sobre todo, los que sobresalen por su talento, se vuelven consentidos y a veces intocables. “El ídolo a veces llega a un punto donde cree que es intocable, exento de crítica, se amarga la vida con críticas. No, el ídolo es expuesto también y al ídolo le pasa de todo”, dijo Castaño. Ningún aficionado al fútbol en Colombia, por más ojeriza que le haya agarrado a James, podrá ocultar que si la selección cuenta con el concurso de quien llegó a ser el 10 del Real Madrid, podría superar el histórico quinto puesto alcanzado en el Mundial de Brasil. Qué tal un equipo con mediocampistas de la calidad de James, Cuadrado, Cardona, Quintero… Tendría muchas opciones de clasificar a Catar.
Por eso, la suerte de la selección pasa por el futuro inmediato de James. De momento en el Everton, aunque su técnico talismán, Carlo Ancelotti, haya regresado al Real Madrid, donde parece poco probable una tercera historia del jugador colombiano. El profesor Hugo Castaño sugirió no ligar el rendimiento de James al técnico italiano. “¿Y por qué no triunfar con otro técnico que llegue al Everton? James no puede predisponerse, tiene que despojarse de eso, porque entonces ¿Ancelotti tiene que comprar un club y llevárselo para siempre?”.
“Los vi llorar, los vi sufrir, los vi en una situación económica durísima, los vi padecer y desesperarse. A él y a su familia decirles: ¿recuerdas esos pasajes? Cuando hay que volver a empezar hay que agachar la cabeza. Al carajo el orgullo, hay que volverlo a hacer. Hay que poner un poco el retrovisor para los momentos difíciles y salir adelante. El futbolista, donde debe demostrar su inconformidad es en la cancha. De otra forma no vale la pena”. El primer técnico de James es también el primer convencido de que aquel jugador que puso a jugar con solo 14 años en el Envigado volverá a vestir la camiseta de la selección.