SEMANA: Después de escribir esta trilogía, que habla sobre el surgimiento de las sociedades, su colapso y cómo resuelven las crisis, ahora que aparece la covid-19 ¿se siente un profeta o un gurú? Jared Diamond: No soy sino un autor que escribe libros sobre grandes preguntas que surgen en las sociedades del mundo. Si mis explicaciones para los eventos pasados son correctas, entonces estas también deberían ser válidas para los eventos que ocurren después de la publicación de mis libros. Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años contiene un capítulo sobre los orígenes animales de algunas enfermedades humanas. Allí expliqué cómo surgieron la viruela y el sarampión, pero también sirve para comprender eventos recientes como la aparición del SARS y la covid-19. De manera similar, mi libro Crisis: cómo reaccionan los países en los momentos decisivos, sobre las crisis nacionales y mundiales, publicado en mayo pasado, sirve para comprender por qué algunos países han respondido mejor a la pandemia. SEMANA: En su libro Crisis usted habla de que un momento histórico debe cumplir con algunas condiciones para clasificarlo como un momento de crisis. ¿Estamos actualmente en una? J.D.: Yo defino la crisis como una situación en la que una persona, una nación o el mundo se ven obligados a reconocer que sus métodos normales para afrontar el diario vivir ya no funcionan. Según esa definición, la mayoría de los países han reconocido que la covid-19 constituye una crisis nacional, y el mundo está en proceso de aceptar que es mundial: una situación en la que las respuestas tradicionales no resuelven un problema que compete a toda la humanidad.

SEMANA: Usted habla de 12 puntos para tener en cuenta a fin de resolver las crisis nacionales. Pero ¿qué sucede cuando una crisis es global como la de ahora? J.D.: Efectivamente, yo expongo 12 factores que inciden en el desenlace de las crisis personales y cómo estas se pueden aplicar para la resolución de las crisis nacionales. Pero mi libro también contiene un capítulo final sobre las crisis mundiales. Ese es un ejemplo de que yo no soy profeta ni gurú, sino el autor de un libro útil para comprender las situaciones que surgen después de mi publicación. SEMANA: En su libro, usted también discute sobe la necesidad de las crisis. ¿Es necesaria esta crisis causada por la covid-19? J.D.: En mis investigaciones he observado que, si bien algunas personas y naciones a veces actúan anticipándose a una crisis o para evitar que surja, la mayoría de las personas y naciones no están motivadas para actuar con valentía, sino cuando estalla una crisis que las fuerza a tomar decisiones. Esto es aún más cierto en el mundo: los mecanismos para emprender acciones mundiales son débiles, por lo que se requieren crisis, como la de la covid-19, que empujen al mundo a emprender medidas efectivas, en este caso, prepararnos para las epidemias. SEMANA: De acuerdo con su libro, hay naciones más preparadas que otras para enfrentar las crisis. En el caso de la covid-19, ¿qué Estados han afrontado mejor esta pandemia? J.D.: Las naciones más preparadas son Vietnam y Finlandia. Vietnam, a pesar de tener una numerosa población de casi 100.000.000 de personas y pese a no ser rico ni altamente educado, ha tenido pocos casos de infectados y de muertos. Esto se debe a que el país del sudeste asiático sufrió mucho en la crisis del SARS de 2003 (otro ejemplo de una enfermedad que emergió de los mercados chinos de animales salvajes). Por lo tanto, cuando la covid-19 salió del mercado de Wuhan, Vietnam respondió de inmediato con fuertes medidas de aislamiento y seguimiento. En cuanto a Finlandia, los estragos causados por la guerra de 1939-1944 con la Unión Soviética, cuando los soviéticos le cortaron el acceso al mundo exterior por el Báltico, motivó al Gobierno finlandés a establecer comités de respuesta a la crisis en todos los niveles tanto públicos como privados. Y ese esquema sigue funcionando. Así, Finlandia ya había almacenado máscaras faciales en previsión de una posible epidemia, al igual que combustible, granos, productos químicos, materiales industriales y drogas. "La democracia no está en crisis. Los países sí, independientemente de sus sistemas de gobierno". SEMANA: Usted destaca la importancia del nacionalismo para resolver las crisis. Pero muchos intelectuales creen que este es la madre de todos los males actuales (xenofobia, populismo). ¿Sigue siendo importante el nacionalismo? ¿Puede contribuir a superar la crisis causada por la covid-19? J.D.: El nacionalismo como fortaleza y confianza en uno mismo puede ser apropiado y generar el bien, pero si es excesivo, puede desembocar en cosas malas. Por supuesto, el nacionalismo en algunos países está contribuyendo a superar la crisis de la covid-19, en particular, en Vietnam y Finlandia, como ya lo dije, y también en Australia y Corea del Sur. Pero en otros, como el mío [Estados Unidos], el nacionalismo ha resultado perjudicial. SEMANA: ¿Qué opina de que algunos líderes apelen al populismo como fórmula para resolver las crisis? J.D.: Como acabo de mencionar, el nacionalismo es moralmente neutral. Pero el populismo es, por definición, perjudicial, no solo para resolver la actual crisis, sino todas. SEMANA: En algunos países desarrollados la pandemia mostró la debilidad de los sistemas de salud y de protección social. En este sentido, ¿llegó la hora de fortalecer nuevamente al Estado, de poner más controles sobre la economía de mercado o de restablecer el estado de bienestar? J.D.: Fortalecer el Estado o controlar la economía de mercado o restablecer el estado de bienestar por sí solas no son las respuestas para superar la crisis de la covid-19. La respuesta es, en cambio, la docena de factores que desarrollo en mi libro Crisis: reconocer la crisis, aceptar la responsabilidad de hacer algo al respecto en lugar de culpar a otros, evaluar la situación honestamente, buscar modelos sobre cómo otros han tratado con éxito el mismo problema, entre otros. SEMANA: ¿Qué lecciones deja la pandemia causada por la covid-19 para la humanidad y las naciones? J.D.: La principal lección que deja la covid-19 es que las crisis mundiales requieren soluciones mundiales. No pueden resolverse mediante acciones independientes de los países. Si 215 de los 216 países del mundo superaran la pandemia dentro de sus límites y dejan que uno mantenga la enfermedad, este se convertiría en un nuevo foco que reinfectará al resto del mundo. La covid-19 requiere una solución mundial.

SEMANA: ¿Está la democracia en crisis? ¿Es un sistema político y social obsoleto? J.D.: La democracia no está en crisis. Los países sí, independientemente de sus sistemas de gobierno. Es absurdo sugerir que la democracia es un sistema político y social obsoleto. Como dijo Winston Churchill cuando alguien le habló sobre los inconvenientes de la democracia: “La democracia es, de hecho, la peor forma de gobierno, a excepción de todas las otras formas de gobierno ya probadas”. Las dictaduras disfrutan de la ventaja teórica de que pueden actuar más rápido que las democracias, pero nadie, en la historia de 5.000 años de gobiernos humanos, ha descubierto cómo garantizar que las dictaduras sigan solo políticas buenas y no las malas prácticas. Solo piense en la respuesta de China a la crisis de la covid-19. Algunas personas elogian a este Gobierno por sus fuertes medidas adoptadas en enero de 2020, pero ignoran la negación u ocultamiento de los hechos que hubo en diciembre de 2019, así como la falta de medidas tomadas al principio y que permitieron que la covid-19 se expandiera. SEMANA: ¿Qué le espera al mundo frente a la disminución de los recursos naturales, el aumento de las desigualdades y el cambio climático? J.D.: Al igual que la pandemia, estos grandes problemas mundiales deben solucionarse en el ámbito mundial. Ningún país puede resolver el cambio climático por sí solo reduciendo sus niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. La atmósfera nos cubre a todos, por lo tanto, todo el mundo tiene que reducir los niveles de dióxido de carbono. Espero que si el mundo tiene éxito para resolver la crisis mundial de la covid-19, ese triunfo motive a buscar soluciones mundiales para resolver problemas como el cambio climático, el agotamiento de recursos y la desigualdad.