Cuatro meses después de haber sido elegida presidenta de la Cámara de Representantes, Jennifer Arias sigue en el ojo del huracán. La congresista, oriunda del Meta, no ha pasado una semana sin estar envuelta en controversias. La más reciente corre por cuenta de la decisión de la Universidad Externado este lunes, quien le pidió al Consejo de Estado que anule los títulos obtenidos por la presidenta de la Cámara de Representantes, tras detectar plagio.
Desde que su nombre sonó para presidir la Cámara a nombre del Centro Democrático, algunas voces se preguntaron si tenía trayectoria, experiencia y liderazgo para dicha responsabilidad. Su colega Gabriel Santos fue uno de los más vehementes en ese sentido. Al final, su nombre contó con el guiño de Álvaro Uribe e Iván Duque y fue elegida el pasado 20 de julio.
Su trabajo en la Cámara ha sido controvertido. Algunos la describen incluso como autoritaria, debido a que sienten que no ha brindado suficientes garantías en el debate. “El balance es preocupante para la institucionalidad y el Congreso. No porque la presidenta defienda tesis que yo comparta, sino por su desprecio, las formas y los procedimientos de la democracia”, dijo en su momento el representante a la Cámara José Daniel López, de Cambio Radical.
Una de las controversias más fuertes en torno a Arias ha sido por su demora para agendar la discusión del proyecto que recorta el periodo de vacaciones de los congresistas y que es impulsado por Gabriel Santos, de su propio partido. En la noche de este miércoles, después de la presión de los medios, surtió su sexto debate en la Cámara. El tire y afloje entre Arias y Santos fue fuerte. Él empezó a presionar desde la prensa para que ella desengavetara su iniciativa e incluso diseñó carteles con el rostro de Arias y la frase “se busca”. La estrategia no le salió bien porque terminó investigado por el Comité de Ética del Centro Democrático y ella resultó victoriosa.
Ante la insistencia de los propios congresistas, Arias no tuvo otra alternativa que ceder y agendar el proyecto a última hora. Al fin y al cabo, el hundimiento le hubiera significado un tiro en el pie a sus nuevos proyectos políticos, entre ellos saltar al Senado o llegar a la Gobernación del Meta.
Arias volvió a ser protagonista tras su postura frente a la votación de la moción de censura de la exministra Karen Abudinen por el escándalo de Centros Poblados. La congresista habilitó la votación en la plataforma, pero no lo hizo mediante llamado a lista, sino que cada quien votó en secreto, lo que, según la oposición, vulneró la participación de la totalidad del Congreso y favoreció a la entonces mintic.
“No tuvimos garantías, fue una sesión llena de jugaditas por parte de su presidencia”, denunció Katherine Miranda. Aunque los críticos la tutelaron, ella volvió a salir triunfante porque no prosperó el recurso jurídico.
Un hecho reciente que la puso en el ojo del huracán fue la petición pública que le hizo al congresista Anatolio Hernández, del Partido de la U, en medio de un debate en el que se modificó la ley de garantías. “Anatolio, vote sí”, pidió la parlamentaria ante las cámaras y el congresista no dudó en aceptar su pedido. Esa salida dejó mal parados a Arias y a Anatolio. “Anatolio, decile a esta que es una salada y tramposa”, dijo el periodista deportivo Iván Mejía al cuestionar la fotografía de la dirigente en el estadio Metropolitano.
Precisamente, en octubre pasado, Arias paralizó la tribuna del estadio Metropolitano de Barranquilla en medio del partido Colombia-Ecuador porque caminó en medio de la afición con sombrero, camiseta de la selección y un diminuto short. Una historia similar se presentó cuando participó como jurado del Festival Vallenato, en medio de una aglomeración de público, mientras en el Congreso aún no se sesiona presencialmente por la covid-19.
Pese a lo anterior, el escándalo que la pone en apuros es el plagio de la tesis de su maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado, como lo anunció este lunes la institución. El nombre de la presidenta resultó más enredado porque días después Leidy Lucía Largo, la coautora de su trabajo de grado presentado en 2016, radicó lo que sería una nueva versión del trabajo, como lo reportó el alma mater.
Esa versión la desmintió la congresista porque en la Universidad Externado no reposa el archivo de trabajo de grado y, según ella, el excoordinador de la maestría Manuel Calderón le solicitó el primero de octubre de 2021 a su compañera “que revisara su correo para encontrar algún antecedente o documento de tesis (...) A estas alturas ya no sabemos ni qué creer de la seriedad y calidad de la universidad”, expresó Arias.
La Universidad Externado ya decidió este lunes que Arias cometió plagio, lo que pone su carrera política en serios aprietos.