La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ya formalizó el trámite para que Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, declare desde los Estados Unidos en los expedientes que tiene esa justicia transicional frente a las ejecuciones extrajudiciales y el exterminio del partido político Unión Patriótica.
La carta rogatoria ya fue puesta de presente ante la Cancillería para que adelante los respectivos trámites con las autoridades estadounidenses. Otoniel se encuentra actualmente en la penitenciaria administrativa de máxima seguridad de Florence, Colorado, Estados Unidos cumpliendo una condena de 45 años de prisión por narcotráfico.
En la documentación, la Sala de Reconocimiento de Verdad manifiesta que la diligencia tendrá un carácter reservado. “Cuando una persona hubiere sido comprometida en un informe o declaración de reconocimiento de verdad y responsabilidad o negar los hechos o aducir que carecen de relación con el conflicto. La persona condenada en una sentencia proferida por la justicia ordinaria, por conductas competencias del Sistema, podrá comparecer voluntariamente para reconocer verdad completa, detallada y exhaustiva”, precisa.
En la primera convocatoria, se puso de presente que Otoniel -antes de ser extraditado a los Estados Unidos- ya había declarado en varias sesiones sobre hechos relacionados con el conflicto armado. Esto, demuestra que tiene la voluntad de presentarse ante las autoridades colombianas.
“Se hace necesario decretar este testimonio, atendiendo a que, si bien el señor Úsuga David fue escuchado previamente por el magistrado Alejandro Ramelli Arteaga en el marco de la instrucción del caso 03, no se pudieron agotar todos los temas sobre los que el referido testigo puede aportar, entre otras cosas porque fue extraditado”, precisa el auto expedido por la Sala de Reconocimiento de la JEP.
Por haber hecho parte activa del Ejército Popular de Liberación (EPL) y del Bloque Centauros de las AUC, que delinquía en los Llanos Orientales, Otoniel tendría conocimiento sobre varias actividades ilegales que se habrían ejecutado con colaboración de agentes del Estado, entre ellos la presentación de civiles como integrantes de grupos subversivos abatidos en combate.
“La reserva del testimonio del señor Dairo Úsuga David se fundamenta en que ‘la administración de justicia debe orientarse hacia la acción sin daño. Lo cual se traduce, al menos en parte, en que la configuración sustancial, pero también procedimental de la [JEP], debe servir para neutralizar cualquier asomo de revictimización’”, señala uno de los apartes de la decisión.
Otoniel aceptó su plena responsabilidad en siete de tres cargos por tráfico de drogas. La jueza Dora Irizarry, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, impuso la pena argumentando que este es, “sin duda, uno de los casos más graves en términos de actividad de narcotráfico” que ha instruido la corte y rechazó las disculpas que pidió el condenado, quien hizo un alegato a favor del fin del conflicto armado y una paz negociada.
“Dudo que si no lo hubieran detenido, hubiera puesto fin a lo que hacía”, dijo Irizarry. La condena aplica para cada uno de los cargos, pero los cumplirá de forma simultánea.
Respecto a este último, Insight Crime conversó con especialistas sobre las razones que han permitido su continuidad. “A pesar de que en las últimas tres décadas ha enfrentado grandes reveses (...), la intensa competencia y los conflictos internos, el grupo ha mostrado la capacidad de expandir sus empresas ilícitas dentro y fuera de México”, dijeron Valentín Pereda y David Décary-Hétu de la Universidad de Montreal.
En una carta enviada recientemente, Otoniel manifestó que sostiene su interés de seguir colaborando con las autoridades judiciales de Colombia, entregando información sobre los hechos de los que fue testigo cuando hizo parte de diferentes estructuras ilegales.
“Por eso reitero mi colaboración con la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Jurisdicción Especial para la Paz, jueces de instancia, en donde he sido condenado por violación a los derechos humanos, con el pueblo colombiano y con el mundo entero, para que por medio de la verdad, pueda redimir y buscar el perdón por mi accionar, y de esta forma brille la justicia y se pueda demostrar que el conflicto colombiano va más allá de lo que la sociedad y el mundo saben de él”, señaló el exjefe del Clan del Golfo en la misiva enviada al presidente Gustavo Petro.
La organización delictiva, de la cual fue jefe, ha sido considerada como una de las más fuertes, junto al Cartel de Sinaloa, gestado por el mexicano Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán.