En definitiva, la senadora del Partido Comunes, Sandra Ramírez, no será expulsada de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Así lo determinó la Sala de Amnistía e Indulto de dicho tribunal al estudiar la petición de un grupo de víctimas de secuestro de parte de la guerrilla de las Farc, que manifestaron que la ahora congresista, recordada por ser la compañera sentimental de Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, había incurrido en un incumplimiento de sus compromisos al liderar y participar activamente en un homenaje a Víctor Julio Suárez Rojas, alias Mono Jojoy, en septiembre de 2021.
Para la JEP, el hecho de que la senadora hubiese participado en ese cuestionado evento no es motivo para expulsarla, pues no incurrió en un incumplimiento de los compromisos que adquirió en la firma del Acuerdo de Paz con el Gobierno. En este sentido, se concluyó que, tras revisar toda la documentación y las pruebas, no incurrió en ninguna promoción al odio o a la guerra.
Tras verificar las pruebas allegadas y los conceptos esgrimidos, se indicó que no se puede inferir que no se planteó posibilidad alguna de cometer delitos o acciones subversivas, y tampoco se incurrió en una revictimización de las personas que sufrieron los flagelos ordenados por el Mono Jojoy, quien hizo parte del Secretariado de las Farc.
“Las publicaciones, dichos y expresiones que efectuaron en el marco de la conmemoración mencionada no implicaron un incumplimiento a los compromisos adquiridos, en tanto tales manifestaciones se encuentran protegidas por la Constitución Política, los Acuerdos de Paz e incluso instrumentos internacionales”, precisa la decisión judicial.
En el debate jurídico se agregó que “lo que se acompasa al reconocimiento de la garantía de la libre expresión a través de la que los miembros del entonces grupo guerrillero tienen perfectamente autorizado expresar públicamente sus pensamientos y opiniones”. Pese a que el mencionado acto pudo ser “molesto e incomprensible” los excombatientes podían realizarlo con el fin de rememorar “las buenas calidades que tuvo el conmemorado”.
En el polémico homenaje también participaron Carlos Carreño Marín y Olga Rico, excomandantes guerrilleros. En estos casos la JEP tomó la misma decisión y se abstuvo de expulsarlos.
El Mono Jojoy, quien fue abatido en un operativo militar el 22 de septiembre de 2010 en zona rural de La Macarena, Meta, fue considerado el creador de los campos de concentración para los secuestrados de la guerrilla, con los que se buscaba ejercer una presión ante el Gobierno de turno para que se hiciera un intercambio por guerrilleros que se encontraban en las cárceles, entre ellos varios comandantes.
Igualmente, ordenó tomas guerrilleras a varios municipios con el fin de secuestrar a integrantes de la fuerza pública. “Entre sus crímenes se destacan homicidios en contra de menores de edad, violencia sexual en contra de mujeres y secuestros en todas las zonas en las que impuso terror”, reclamaron las víctimas del secuestro en la petición para que los que participaron en el homenaje fueran expulsados.
Señalaron que los comandantes de las Farc han reconocido la crueldad del secuestro y pedido excusas públicas por estos actos. Recordando que muchos integrantes de la fuerza pública estuvieron secuestrados durante casi una década, sometidos a todo tipo de vejámenes y acciones censuradas por el Derecho Internacional Humanitario (DIH).
En este punto consideraron que este tipo de secuestros, que buscaban el llamado canje humanitario, es un crimen de guerra, citando que algunos secuestrados murieron en condiciones inhumanas y por tiros de gracia.