La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y organizaciones de la sociedad civil, entregaron el cuerpo de Olicer Echeverry Marín en el corregimiento Berlín de Samaná, Caldas.

Durante 16 años, los familiares de Echeverry vivieron en la incertidumbre de no saber qué había pasado con él después de que desapareciera en diciembre de 2007 o enero de 2008 en hechos presuntamente relacionados con el conflicto armado, que se vivieron en el Magdalena Medio Caldense donde tenían presencia los frentes 9 y 47 de las extintas Farc-EP, grupos paramilitares y diferentes estructuras armadas.

Gracias a la persistencia de su familia y las organizaciones de búsqueda, la entrega digna de los restos mortales de Echeverry se logró. La magistrada de la JEP y sustanciadora del caso, Reinere Jaramillo Chaverra, manifestó que “esta entrega digna es el resultado de la articulación efectiva del Sistema Integral para la Paz y otras entidades del Estado junto con las organizaciones de víctimas que han venido acompañando a las familias del Magdalena Caldense a quienes dignificamos y expresamos nuestro sentido de gratitud por permitirnos contribuir en la búsqueda de la verdad”.

JEP y Unidad de Búsqueda de Desaparecidos entregaron el cuerpo de Olicer Echeverry, campesino desaparecido hace 16 años | Foto: JEP
Gracias a la persistencia de su familia y las organizaciones de búsqueda, la entrega digna de los restos mortales de Echeverry se logró | Foto: JEP

La historia de Olicer Echeverry Marín es trágica y refleja los horrores del conflicto armado que se vivió la región durante años. Según relatan sus familiares, el recrudecimiento del conflicto armado y los constantes enfrentamientos entre la fuerza pública y los grupos armados dejaron a Echeverry Marín, su familia y su comunidad en medio del fuego cruzado en más de una ocasión.

La investigación humanitaria y extrajudicial reveló que fue desaparecido al terminar un enfrentamiento entre actores armados mientras realizaba labores del campo.

Donelia López, esposa del Echeverry, relató que el 25 de diciembre de 2007 llegaron tres hombres armados a su finca, que les pidieron a ella y a las demás mujeres del corregimiento que dejaran la casa, llevándose solo a los niños. Posteriormente, integrantes del Ejército Nacional llegaron al corregimiento de Florencia donde permanecían varias familias desplazadas y les pidieron que retornaran a sus fincas. De regreso a la casa se encontraron con Olicer, quien salía a recoger yuca. Minutos más tarde se escucharon disparos y enfrentamientos. Esa fue la última vez que fue visto con vida.

“Mi papá amaba el café y la finca, permanecía días completos metido en el campo sin salir, un padre responsable que nunca nos dejó pasar necesidades. Que prefería estar descalzo o con las botas rotas con tal de que nosotros, sus hijos, tuviéramos buenos zapatos. Yo tenía 12 años cuando lo desaparecieron y desde entonces todos los días de mi vida me he preguntado qué habría sido de mi vida si él hubiera estado presente, habría conocido a los nietos que no conoció, seguramente. Tuve que salir a trabajar desde pequeño, salimos adelante, pero nunca fue fácil, él era un hombre noble”, recordó el mayor de sus cuatro hijos, Uberney Echeverry.

La historia de Olicer Echeverry Marín es trágica y refleja los horrores del conflicto armado que se vivió la región durante años | Foto: JEP
La investigación humanitaria y extrajudicial reveló que fue desaparecido al terminar un enfrentamiento entre actores armados mientras realizaba labores del campo | Foto: JEP

Uberney se convirtió junto con su madre y su abuela Josefina Marín en un “miembro activo de una familia buscadora, que jamás perdió la fe y que pese al paso del tiempo y a las trabas de las diferentes institucionales a las que se acercaron nunca desistió”. Para él, la inhumación de su padre es el fin de años de largas noches de incertidumbre en las que se preguntaron cuál sería su suerte.

La entrega de Olicer Echeverry corresponde al noveno cuerpo identificado dentro del trámite de medidas cautelares en cabeza de la JEP para la protección de los cementerios central de Nuestra Señora del Carmen, de Norcasia; San Agustín y San Diego, en Samaná; San Maximiliano María Kolbe y Pradera, en Victoria; y cementerio Central, de La Dorada.

Con la intervención de la UBPD y el trabajo de la UIA y Medicina Legal se lograron obtener los resultados de análisis forense que confirmaron plenamente la identidad de Echeverry en agosto de 2022.

JEP y Unidad de Búsqueda de Desaparecidos trabajan para hallar los restos de los cientos de desaparecidos en la región | Foto: JEP