Este jueves fue el lanzamiento de ‘El Testigo’, una colección de libros fotográficos de Jesús Abad Colorado, con reflexiones de María Belén Sáez de Ibarra, curadora de la obra. Los anfitriones fueron el Instituto de Paz de Estados Unidos, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, el Atlantic Council y la Universidad Nacional de Colombia.
Los textos, junto con el documental de Netflix y la exhibición permanente en Bogotá, buscan retratar las atrocidades de 30 años de conflicto armado en Colombia.
En el lanzamiento, Sáez de Ibarra inició hablando sobre la precariedad que viven las víctimas y la necesidad de darle lugar a sus historias: “Venimos a traer acá a las víctimas en el centro de la conversación, luego de un proceso de paz”.
El proceso de exhibición de las fotografías comenzó precisamente poco después de la firma del acuerdo, con la llegada del Centro Democrático a la presidencia. “Chucho me llamó, un poco con esa gran frustración que teníamos todos después de que nos mostraron la paz y ahora parecía que nos la querían quitar. Hicimos una exposición en el claustro de San Agustín, de más de 600 imágenes. Traté de apoyar a Jesús en la elaboración muy precisa que le diera cuenta a la gente de qué es estar allí, en esos lugares que ocurre la guerra permanentemente”.
En las imágenes, se pueden apreciar claramente las caras del conflicto: “Esos acontecimientos detallados de la vida de las personas, donde se pueden ver los ojos de la gente, sus lágrimas, sus gestos, su caminar, el peso de la vida sobre sus hombros y la ausencia de sus seres queridos en el día a día”.
No solo figuran mujeres y hombres víctimas de la violencia, sino que también se retratan a los niños que viven en dichas condiciones. “En un territorio que es mucho más apetecido que la dignidad de sus vidas. Donde llegan son inconvenientes, estorban. Si huyen a la ciudad, son mal recibidos y reciben violencia. Si retornan también. Son personas que han podido vivir diez desplazamientos o más en pocos años”.
De esta forma, los libros buscan poner en el centro a las víctimas y contar la historia de la guerra en Colombia desde las caras de los más vulnerables.
Colorado, por su parte, mostró imágenes del conflicto y hizo un llamado para parar el sufrimiento de poblaciones enteras en el país: “Generalmente solo vemos a quienes hacen ruido con un arma, pero detrás de las armas es lo que está aquí en estos libros. Están los fragmentos de ese espejo roto de la guerra colombiana, está la vida de esos hombres y mujeres que han sido los silenciados”.
Recalcó que existe la necesidad de nombrar a las víctimas, a quienes se les ha borrado del relato del conflicto. “No pueden seguir siendo estadísticas. En los libros, el 90 % o 95 % de las víctimas las nombramos”.
El compromiso por solo mostrar a las víctimas es tal que, dentro de los libros, no se ve casi nada de lo que fueron los grupos armados involucrados en el conflicto. “Las botas, los desfiles y las armas generan una especie de erotismo que motiva el deseo de los ejércitos y las confrontaciones. Nosotros hicimos un ejercicio que cuando aparecían fuerzas militares o grupos armados ilegales estuvieran también mostrados en su indignidad frente a la víctima, las víctimas los hacen indignos. También, muchas veces mostrados como víctimas”.
Los cuatro tomos de ‘El Testigo’, que estarán disponibles para el público desde el próximo 20 de octubre, incluyen cerca de 700 fotografías que buscan darle luz a las víctimas del conflicto armado. De esta forma, las caras, tragedias y resiliencia de esta población hará parte del camino del país hacia la reconciliación y el fin del conflicto.