Seuxis Paucias Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich, murió en mayo de 2022. A esta conclusión llegó la Corte del Distrito Sur de los Estados Unidos tras revisar información sobre el excomandante de la guerrilla de las Farc y fundador de la denominada Nueva Marquetalia, quien tenía un proceso pendiente por delitos relacionados con el narcotráfico.

En el documento de dos páginas se manifiesta que en marzo de 2020 se envió toda la documentación que hacía referencia a una conspiración narcoterrorista, conspiración para importar cocaína y posesión y conspiración de elementos destructivos, hecho por el cual lo habían pedido en extradición. Sin embargo, la evidencia permitió concluir que “alrededor de mayo de 2022, antes de esta aprehensión, mientras este caso aún estaba pendiente, el acusado muere”.

En el documento emitido dentro del proceso Estados Unidos de América contra Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, se señala que el expediente debe cerrarse, cumpliendo así todos los trámites dispuestos.

“Debido a que (...) falleció mientras esto estaba pendiente, y, por lo tanto, antes que se emitiera una sentencia definitiva, el Gobierno respetuosamente solicita que se ordene la nolle prosequi (nulidad procesal) del expediente” con respecto a la Supervisión de Acusación.

En octubre pasado, la jueza del distrito sur de Nueva York, Valerie Caproni le había solicitado al Gobierno colombiano enviar toda la documentación con el fin de probar judicialmente que Santrich estaba muerto. El proceso tiene relevancia, pues se han tejido muchas especulaciones que se hilvanaron en torno a la muerte de Jesús Santrich, prófugo cabecilla de las disidencias de las Farc, en un enfrentamiento con un grupo armado en territorio venezolano.

Santrich era buscado por las autoridades colombianas por terrorismo y secuestro extorsivo, entre otros, y era requerido en extradición por narcotráfico en una corte en Estados Unidos, señalado de participar en el envío de cargamentos de cocaína a ese país.

Por los mismos hechos había sido capturado en Colombia en 2018, pero casi un año después quedó en libertad por orden de la Corte Suprema de Justicia por el fuero que tenía en ese momento por ser representante a la Cámara por el partido fundado por las Farc tras la firma del Acuerdo de Paz, en medio de una inmensa polémica judicial y el descontento de las autoridades estadounidenses.

Pocos meses después, en junio de 2019, Santrich despidió a su esquema de seguridad mientras se encontraban en Tierra Grata, en el Cesar, y se fugó. En agosto de 2019 apareció en un video junto a varios excomandantes de las Farc que habían renunciado al Acuerdo de Paz (Iván Márquez, El Paisa, Romaña) para, con fusil en mano y vestido totalmente de camuflado, anunciar que volverían a la lucha armada.

La inteligencia había establecido que Santrich tenía a su cargo la Red Comunicacional Insurgente, la Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia y la Comisión Nacional de Comunicaciones. Sus pronunciamientos demostraban que cada vez era más radical.

Las últimas imágenes de Santrich con vida fueron divulgadas por él mismo, a través de un chat de Telegram. Aparecía en varios videos vestido de camuflado, siempre armado de fusil, sonriente y sarcástico ante sus fechorías.

SEMANA fue el primer medio en divulgar fotos de cómo vivía y operaba en Venezuela, en campamentos con carpas azules, rudimentarios, rodeados de vegetación. Incluso a su servicio tenía una avioneta para movilizar cargamentos de droga. A Santrich se le vio a bordo de una camioneta negra, de platón, con placa venezolana, acompañado de su círculo de seguridad.

El jefe guerrillero vivía confiado en Venezuela y, en ciertas ocasiones, se reunía con Márquez; por su parte, Romaña ha sido desde el principio la retaguardia del jefe de la Marquetalia, y el Paisa ha estado encargado de entrar y salir a territorio colombiano desde Venezuela, liderando grandes operaciones de narcotráfico, fuera de la compra de explosivos y armas.

Se había convertido en la mano derecha de Márquez para traficar cocaína en alianza con militares venezolanos. Desde su escondite en Venezuela, se dedicó a amenazar de muerte al presidente Iván Duque y a periodistas.