Para la Fiscalía General de la Nación existe evidencia documental y testimonial suficiente para confirmar que Jhonier Rodolfo Leal Hernández actuó de manera solitaria cuando tomó la decisión de atentar en contra de la vida e integridad de su hermano, el reconocido estilista Mauricio Leal, y su madre, Marleny Hernández Tabares.
Así se desprende del escrito de acusación radicado por el fiscal Mario Andrés Burgos en contra de Jhonier por los delitos de homicidio agravado y ocultamiento de elementos materiales probatorios. Para el ente investigador, el ahora acusado era el único que podía entrar de manera libre en la casa ubicada en el conjunto residencial en el municipio de La Calera (Cundinamarca) sin generar ningún tipo de sospecha ni alertar a su hermano y madre.
En la noche del 21 de noviembre de 2021, las cámaras de seguridad de la portería, del conjunto y de la vivienda registran el ingreso de Jhonier a las 11:37 p. m. Dentro de la casa estaban Mauricio y su madre en actividades propias de ocio y entretenimiento. El estilista le había enviado un audio a su hermano para pedirle que le comprara unas galletas.
“De acuerdo con lo anterior, se pudo establecer que el señor Jhonier Rodolfo Hernández tuvo tiempo suficiente para atacar con un cuchillo a su señora madre, Marleny Hernández Tabares, en su habitación y causar de manera instantánea la muerte, y luego desplazarse hasta la habitación de su hermano Mauricio donde lo pone en estado de indefensión”, precisa la acusación.
Para llegar a esta conclusión, se evaluaron las pruebas forenses que señalan que el cuerpo del estilista presentaba varios golpes en todo su cuerpo y rostro. Acto seguido, “lo intimida con un cuchillo (punzadas) con el fin de hacerle elaborar y firmar una carta que decía: ‘Los amo. Perdóname, no aguanto más; a mis sobrinos, hermanos dejo todo con todo mi amor -firma Mauricio- perdóname mama 1124″ (sic).
Las pruebas toxicológicas reseñan que Mauricio fue obligado por su propio hermano a ingerir nueve pastillas de zopiclona (un medicamento para el sueño) y “le causa cuatro puñaladas, con tan mala fortuna que la hoja del cuchillo queda al interior del cuerpo y se desprende la cacha, quedando esta debajo de la almohada, para acto seguido, dirigirse a la cocina por otro cuchillo y con crueldad excesiva, lo vuelve a atacar para acabar con la vida de su hermano”.
Después de esto, realiza todas las acciones para modifica la escena del crimen, sacando los elementos de lencería y otros de la residencia. “Trasladando el cuerpo de la madre Marleny del tercer subnivel a la habitación de Mauricio teletransportando la evidencia, es decir (utiliando guantes) con el fin de hacer parecer que se trataba de un homicidio suicidio, con la mala fortuna que fue encontrada sangre del señor Jhonier Rodolfo Leal en la toalla del baño de su habitación” y otras muestras de material genético en varias partes de la casa, incluso en el trapero con el que intentó limpiar toda la evidencia.
“(…) como quedó demostrado que la escena fue alterada al ocultarse la evidencia por parte del señor Jhonier Leal Hernández, utilizando guantes y hacer parecer que se trataba de un suicidio la muerte de Mauricio Leal. Se observó por parte de las empleadas de la casa que varias cosas no estaban en su lugar habitual y otras no se encontraban, como cobijas reemplazadas por otras nuevas”, aclara.
Con esta evidencia, y el dicho de las personas que colaboraran con el aseo, se indica que la única persona que podía moverse con toda libertad por la casa era Jhonier, puesto que llevaba varios meses viviendo en la casa puesto que se estaba separando de su esposa. “(…) la única persona que mantuvo contacto con su madre y su hermano fue el señor Jhonier Rodolfo Hernández, quien les produjo la muerte y no conforme con ello, sin existir ningún motivo, colocó a las víctimas en estado de indefensión flagrante dentro de su zona de confort”.
Posteriormente, sale de la vivienda, en la tarde del 22 de noviembre y, en las horas de la noche, vuelve a aparecer en compañía de Jair Rodríguez –el conductor de Mauricio y una de sus personas de confianza-. En ese momento el ahora acusado ingresa a la casa y grita: “Mao, ¿Qué hiciste?”, llamando la atención del conductor para alertarle por la tragedia que estaba frente a sus ojos.
Para la Fiscalía General, Jhonier “sabía que cometer o realizar conductas estaba prohibido por la ley y, aun así, decidió desplegar esta conducta, lesionando con ello los bienes jurídicos tutelados”. Este escrito de acusación se radicó después que, en un hecho sin precedentes, el procesado se rectificara de la aceptación de cargos y anunciara que quería demostrar su inocencia en el juicio.