La investigadora del CTI, Olga Lucía Rincón Suárez, se convirtió en la primera testigo en el inicio del juicio penal contra Jhonier Leal Hernández por su presunta responsabilidad en los hechos que rodearon el asesinato de su hermano, el famoso estilista Mauricio Leal, y su madre, Marleny Hernández, cuyos cuerpos sin vida aparecieron en la noche del 21 de noviembre de 2021, en el interior de su casa en el condominio Arboretto Bosque Residencial, en La Calera (Cundinamarca).
Bajo la gravedad de juramento, la perito del CTI contó el minuto a minuto del procedimiento que se realizó en la vivienda del estilista. Recordó que esa noche les reportó la Unidad Satélite sobre “un homicidio-suicidio”, por lo que se tomaron las medidas necesarias para realizar la inspección a cadáver y al lugar de los hechos.
Cuando el reloj marcaba las 6:30 de la tarde del 22 de noviembre, el equipo del CTI ingresó a la vivienda. “Al llegar a la casa se encuentran afuera dos uniformados de la Policía Nacional, se encuentran familiares, empleados de las peluquerías y los investigadores de La Calera”.
“Estaba el señor Jhonier y creo que John Jairo, el conductor, una señora que se llamaba Doris quien me dio la clave del celular, y me dijo que todos los empleados conocían la clave, que era 112411 que correspondía a la fecha de cumpleaños de Mauricio”, detalló.
Acto seguido, y con todos los elementos de protección puestos y los elementos para recolectar evidencia, ingresó junto a su equipo a la vivienda: “La primera persona que ingresa es el fotógrafo, pues es el que plasma el lugar tal como se encuentra (...) En este caso se tomó el método de franjas buscando elementos materiales probatorios, a medida que se van encontrando se va ubicando un numerador”.
“Ingresamos a la casa, luego se bajó por unas escaleras que quedaban al costado derecho, se encontró al costado izquierdo la habitación donde se encontraban los dos cuerpos sobre la cama. Me causó curiosidad que el cuerpo de Mauricio estaba cubierto (...)”, relató la perito. Después de esto, se comenzó con la revisión minuciosa del cuarto para recolectar elementos materiales probatorios.
Cerca del cuerpo del estilista se encontró “un manuscrito en una hoja en blanco con tinta de color negro, este tenía manchas de color rojo (...) se recolectó para enviarlo al Instituto de Medicina legal con el fin de cotejarlo si era un elemento verdadero”. Este documento, al que hace mención, es la carta en la que Mauricio Leal pedía perdón por lo hecho y le dejaba su herencia a su hermano y sobrinos.
La carta se embaló en cartón para proteger la cadena de custodia y se envió al Instituto. Durante el juicio, la hoja de papel fue puesta de presente por parte del fiscal Mario Burgos con el final que corroborara y confirmara si era el mismo que habían encontrado durante la inspección. “El manuscrito dice ‘Los amo. Perdónenme. No aguanto más. A mis sobrinos, hermano dejo todo con todo mi amor (...) Perdóname, mamá. 1124’”.
Tras las preguntas del fiscal, la perito detalló que en la habitación recolectaron un vaso que tenía una sustancia, un esfero de color naranja que tenía manchas rojas. En el cuerpo de Mauricio Leal encontraron un cuchillo. “Se evidencia que tiene una cobija hasta la mitad de su cintura, teniendo manchas de sangre en la pijama; este cuerpo se descubre, se fija fotográficamente, y luego se nota que tiene un cuchillo incrustado en la región del abdomen, con sus dos manos alrededor del cuchillo”.
“Al hacer la inspección al cuerpo se notan varios hematomas o lesiones en sus brazos y en sus miembros superiores e inferiores (...) Alrededor de las heridas hay una contusión”. En la inspección se encontró un elemento que obligó a tomar varias fotografías. “El cuchillo se compone de dos partes: el mango y la hoja, en esta división se encuentra una lámina. Esta lámina se nota en las heridas, nosotros evidenciamos eso. (...) se notaba la contusión en la piel”.
“Se embalan las manos con el fin de evitar transferencia y conservar los residuos biológicos en el entendido que haya cogido otros elementos”. El cuchillo no fue retirado del cuerpo, sino que se protegió con un papel especial para preservar todo. “Se envía junto con el cuerpo al Instituto Nacional de Medicina Legal para practicarle la necropsia al cuerpo y los exámenes correspondientes a los elementos que están dentro de él, como el cuchillo”.
Tras las preguntas del fiscal indicó que debajo del colchón se encontró una cacha (mango) sin la hoja metálica. “Este elemento estaba oculto”. Esta prueba también fue embalada para ser puesta en cadena de custodia y enviada a Medicina Legal. Durante el juicio se reveló el cuchillo completo como el mango de madera que fueron encontrados en la habitación.
En su relato –que se interrumpió varias veces– la perito detalló que muchos elementos encontrados le llamaron la atención, como el hecho que en la sala principal “estaban armando el árbol (de Navidad) pero dejaron las partes en el piso, los adornos navideños quedaron ahí, todo quedó a medias”.
En la presentación de su teoría del caso, el fiscal manifestó que existen pruebas suficientes para demostrar la responsabilidad plena de Jhonier Leal en el crimen de su hermano y madre. Por eso pidió una condena de 60 años de prisión.
El próximo 9 de junio se reanudará la audiencia en contra de Leal. En esa diligencia testificarán dos peritos del CTI de la Fiscalía General.