Argumentando que se presentaron fallas en la investigación, inconsistencias en el tiempo, modo y lugar e irregularidades en la entrega de las evidencias, la defensa de Jhonier Leal solicitará que se anule la medida de aseguramiento que emitió el pasado 15 de enero una jueza de control de garantías y sea dejado en libertad para que enfrente el proceso penal por su presunta participación en los hechos que rodearon la muerte de su hermano, el reconocido estilista Mauricio Leal y su madre, Marleny Hernández.
El nuevo equipo jurídico de Leal, el cual fue clave para que tomara la decisión de rectificar y renunciar al preacuerdo en el que aceptaba su responsabilidad en el crimen de sus familiares, sostendrá que en el desarrollo de la investigación no se cuidó la evidencia hallada en la casa en la que se encontraron los cuerpos sin vida de Leal y su madre.
Así como falencias en la narración de las últimas horas de vida del estilista y su progenitora, el ingreso y salida de Jhonier de la residencia, las horas en las que se utilizaron los celulares para enviar mensajes y recibir llamadas, así como una advertencia hecha por un respetado forense en un informe médico-legal y el cual habría sido omitido por el fiscal a cargo de la investigación.
El próximo viernes 20 de mayo una jueza de conocimiento de Bogotá tomará una decisión de fondo frente a la sorpresiva decisión de Leal de renunciar al preacuerdo y declarar que era inocente. En esa oportunidad, pese a que la Fiscalía General ya radicó el preacuerdo, la funcionaria judicial deberá pronunciarse de fondo frente a lo dicho por el procesado.
Esto es que recibió presiones indebidas y una mala asesoría por parte de su abogado de confianza para que aceptara su responsabilidad en los delitos de homicidio agravado y alteración de elementos materiales probatorios. En el preacuerdo firmado con la Fiscalía se establecía una pena de 27 años y seis meses de prisión para Leal.
Desde el pasado 1 de mayo Jhonier Leal se encuentra privado de su libertad en la cárcel La Picota de Bogotá. Esto después que el fiscal que adelanta el caso le solicitara al Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec) que lo trasladara de los calabozos del búnker de la Fiscalía hasta un centro carcelario para que continuara cumpliendo la medida de aseguramiento.
Crueldad excesiva
En el escrito de acusación radicado en la tarde del pasado 9 de mayo la Fiscalía General argumenta que en la noche del 21 de noviembre de 2021 las cámaras de seguridad de la portería, del conjunto y de la misma vivienda registran el ingreso de Jhonier a las 11:37 de la noche. Dentro de la casa estaban Mauricio y su madre en actividades propias de ocio y entretenimiento. El estilista le había enviado un audio a su hermano para pedirle que le comprara unas galletas.
“De acuerdo con lo anterior, se pudo establecer que el señor Yhonier Rodolfo Hernández tuvo tiempo suficiente para atacar con un cuchillo a su señora madre, Marleny Hernández Tabares en su habitación y causar de manera instantánea la muerte, y luego desplazarse hasta la habitación de su hermano Mauricio donde lo pone en estado de indefensión”, precisa la acusación.
Para llegar a esta conclusión se evaluaron las pruebas forenses que señalan que el cuerpo del estilista presentaba varios golpes en todo su cuerpo y rostro. Acto seguido, “lo intimida con un cuchillo (punzadas) con el fin de hacerle elaborar y firmar una carta que decía ‘los amo perdóname no aguanto más a mis sobrinos hermanos dejo todo con todo mi amor- firma Mauricio- perdóname mama 1124″ (sic).
Las pruebas toxicológicas reseñan que Mauricio fue obligado por su propio hermano a ingerir nueve pastillas de Zopiclona (un medicamento para el sueño) y “le causa cuatro puñaladas, con tan mala fortuna que la hoja del cuchillo queda al interior del cuerpo y se desprende la cacha, quedando esta debajo de la almohada, para acto seguido, dirigirse a la cocina por otro cuchillo y con crueldad excesiva, lo vuelve a atacar para acabar con la vida de su hermano”.
Después de esto, realiza todas las acciones para modificar la escena del crimen, sacando los elementos de lencería y otros de la residencia. “Trasladando el cuerpo de la madre Marleny del tercer subnivel a la habitación de Mauricio teletransportando la evidencia, es decir (utilizando guantes) con el fin de hacer parecer que se trataba de un homicidio suicidio, con la mala fortuna que fue encontrada sangre del señor Yhonier Rodolfo Leal en la toalla del baño de su habitación” y otras muestras de material genético en varias partes de la casa, incluso en el trapero con el que intentó limpiar toda la evidencia.
“(…) como quedó demostrado que la escena fue alterada al ocultarse la evidencia por parte del señor Yhonier Leal Hernández, utilizando guantes y hacer parecer que se trataba de un suicidio la muerte de Mauricio Leal. Se observó por parte de las empleadas de la casa que varias cosas no estaban en su lugar habitual y otras no se encontraban, como cobijas reemplazadas por otras nuevas”, aclara.
Con esta evidencia, y el dicho de las personas que colaboraran con el aseo, se indica que la única persona que podía moverse con toda libertad por la casa era Jhonier, puesto que llevaba varios meses viviendo en la casa ya que se estaba separando de su esposa. “(…) la única persona que mantuvo contacto con su madre y su hermano fue el señor Yhonier Rodolfo Hernández, quien les produjo la muerte y no conforme con ello, sin existir ningún motivo, colocó a las víctimas en estado de indefensión flagrante dentro de su zona de confort”.
Posteriormente sale de la vivienda, en la tarde del 22 de noviembre y, en las horas de la noche, vuelve a aparecer en compañía de Jair Rodríguez –el conductor de Mauricio y una de sus personas de confianza-. En ese momento el ahora acusado ingresa a la casa y grita “Mao, ¿Qué hiciste?”, llamando la atención del conductor para alertarle por la tragedia que estaba frente a sus ojos.
Para la Fiscalía General, Jhonier “sabía que cometer o realizar conductas estaba prohibido por la ley y, aun así, decidió desplegar esta conducta, lesionando con ello los bienes jurídicos tutelados”. Este escrito de acusación se radicó después que, en un hecho sin precedentes, el procesado se rectificara de la aceptación de cargos y anunciara que quería demostrar su inocencia en el juicio.