El novelón del asesinato del estilista de los famosos Mauricio Leal y de su mamá, Marleny Hernández, parecía que había escrito su capítulo final con el contundente arsenal de pruebas que había presentado la Fiscalía contra Jhonier Leal, hijo y hermano.
Él está tras las rejas tratando de defender su inocencia luego de echarse para atrás en su decisión de reconocer el crimen, y no le será fácil, parece misión imposible. En ese momento no le quedó más alternativa que confesar.
Las pruebas son contundentes: la herida en la mano, hecha supuestamente al forcejear con su hermano antes de matarlo; el uso de su celular en horas en las que supuestamente estaba dormido; las huellas de sangre de su mamá por la casa mientras la arrastraba para acomodar el cuerpo; la escena del crimen cuidadosamente acomodada para representar que Mauricio había matado a su mamá y luego se había suicidado, y la nota apócrifa con la que se despedía y que, según la Fiscalía, tenía trazos que revelaban que fue realizada por la fuerza, no dejaban dudas.
Pero la batalla jurídica, que parecía perdida, dio un giro con la búsqueda de un protagonista, del que no se sabe nada. En la escena del crimen, de acuerdo con una investigación forense, encontraron rastros “del perfil genético de un individuo desconocido”.
Ese es el principal elemento con el que la abogada Ana Julieth Vásquez, defensora de Jhonier Leal, busca tumbar la inminente condena contra su defendido. Este informe fue elaborado por Sergio Enrique García, investigador criminalista defensorial. Se centra en una toalla de manos del baño ubicado en el segundo piso y en una funda de una de las almohadas de la cama de Mauricio que tendrían sangre de una cuarta persona.
Este elemento material, señaló la abogada, cuestiona la hipótesis de que Jhonier es el único responsable, y jamás se investigó la idea de que alguien pudo ingresar a la casa para cometer el crimen.
Ahí va la segunda carta de la defensa en la novela de los Leal. En la inspección que se hizo el 4 de enero en la residencia, los cinco agentes de la Policía Judicial no pudieron concluir que fuera imposible que alguien entrara a la vivienda. Pese a que ni las puertas ni las ventanas fueron forzadas, jamás se evaluó la posibilidad de que otra persona tuviera acceso a la casa.
El tercer capítulo sería protagonizado por los registros de uso de los datos del teléfono celular de Marleny Hernández. A las 13:51 horas se presentó una actividad desde su móvil, registrada por la celda 09C8B, finca San José, vereda El Salitre, La Calera. A esa hora, según la Fiscalía, Jhonier Leal ya había salido de la casa y se encontraba en su peluquería.
Pero hay otra prueba con la que la defensa de Jhonier pretende tumbar la contundente investigación, que en su momento expuso el fiscal Mario Burgos. Se trata de un informe firmado por el médico forense Francisco José Calle, en el que se advierte que, luego de un análisis al cuerpo de Mauricio Leal y estudiar los dictámenes de Medicina Legal, “no es posible determinar de forma certera si se trata de lesiones autoinfligidas o producidas por un tercero, es decir, si se trata de un suicidio u homicidio”.
El forense le recomendó a la Fiscalía continuar con las pesquisas y llegar a una conclusión, evaluando más elementos de prueba, pues seguía la duda de si Mauricio Leal había acabado con su vida. Este novelón no parece tener un final cercano y el espectáculo seguirá. La abogada Vásquez creó un grupo en redes sociales que se llama David contra Goliat para enviar mensajes motivacionales y dar a conocer la estrategia de defensa de su cliente, acusado, con pruebas de sobra, por el asesinato de su hermano y de su madre.