La actriz lleva meses trabajando una obra de teatro con las reclusas de El Buen Pastor. Logró que doce internas salieran a presentar su obra ante la Ministra de Justicia e inauguraran el nuevo auditorio del Inpec. Semana.com habló con ella de la idea de este proyecto y el cariño que siente por las internas con quienes trabaja.SEMANA: ¿Cómo conoció la cárcel El Buen Pastor? Johana Bahamón: Todo comenzó a finales de septiembre cuando se realizó la fiesta de Las Mercedes. Yo fui invitada como jurado al reinado de belleza que se organizó en la cárcel y fue inevitable tener contacto con las internas. Quedé super iniciada y dije: tengo que volver como sea, pero esta vez sin límite de tiempo, sin policía, sin escoltas, sin nadie cuidándome.SEMANA:Luego del reinado usted realizó varias visitas a la cárcel, pero ¿en qué momento se le ocurrió la idea de montar una obra de teatro con las reclusas?JB: Empezaba grabaciones de mi nueva telenovela en diciembre, tenía poco tiempo para montar una obra y quise hacerla con ellas. Para asesorarme me reuní con una psicóloga y con Victoria Hernández, quien fue mi profesora de teatro. Confié 100 por ciento en que ellas podían montarla en ese tiempo.SEMANA:¿A qué se debe esa confianza?JB: Ellas tienen muchas emociones reprimidas y miles de sentimientos a flor de piel que si se los tocas explotan de una manera increíble, es algo que uno como actor quisiera sentir siempre y no pasa en todas las ocasiones.SEMANA:¿Y cómo logró que en la cárcel le dieran el tan anhelado “sí”?JB: Luego de hacer toda mi investigación y de explicar por qué esta idea podía ser una excelente forma de resocialización y de inserción social, llegué con mi proyecto bien montado a la cárcel de manera que fuera imposible que me dijeran que no. Lidia Calderón, directora del Buen Pastor en esa época, me dijo: tienes todo mi apoyo, ahí están las internas, adelante.
De izquierda a derecha: La interna que interpretó a Adela, Johana Bahamón, la directora Victoria Hernández y la interna que interpretó a Bernarda Alba. FOTO: Carlos Julio Martínez-SEMANA.SEMANA: Además de presentar y planear el proyecto, ¿cuál fue su rol en la obra?JB: Enseñarles, pero tenía claro que yo no soy directora de teatro, soy actriz. Así que mi maestra de toda la vida, Victoria Hernández, me asesoró de lleno en este proceso y trabajó directamente con ellas.SEMANA:¿Quién más la apoyó?JB: El General Ricaurte, director del Inpec. Lo estimo mucho, es un hombre espectacular, sensible y humano y su apoyo me ayudó a continuar con esta idea. La Ministra de Justicia también me dio todo su apoyo desde el principio al igual que Lidia Calderón, ex directora del Buen Pastor, quien confió siempre en mi y de quien lamento ya no esté en la dirección.SEMANA:Escogió una obra muy importante de Federico García Lorca, ¿en qué basó su elección?JB: Elegí la Casa de Bernarda Alba porque es un clásico muy importante del teatro, además que los personajes son solo mujeres. La historia es de una mujer a la que se le muere el marido y entra en un luto de 8 años en el que involucra a sus cinco hijas.SEMANA:¿Tienen algo en común las hijas de Bernarda Alba con las internas del Buen Pastor?JB: Todo. Las hijas de Bernarda también viven en un encierro absoluto, en una casa que es como una cárcel y con una mamá que es como su guardiana. Definitivamente algo muy similar a lo que ellas están viviendo.SEMANA:¿No fue muy arriesgado montar una obra en dos meses con mujeres que nunca habían actuado?JB: ¡Total! Incluso yo que llevo 10 años siendo actriz y vivo de eso, sé que dos meses para montar una obra bien hecha es un gran reto. Pero lo lograron de una forma tan divina, que estoy muy orgullosa de ellas. Fueron demasiado comprometidas y tienen mucho pero mucho talento. De verdad puedo decir que esta obra no tiene nada que envidiarle a una profesional.
Las internas de la cárcel El Buen Pastor en la obra La Casa de Bernarda Alba. Foto: Carlos Julio Martínez-SEMANA.SEMANA:Esta es la primera vez que muchas de estas mujeres salen de la cárcel, ¿le han dicho cómo se sienten?JB: Están felices y yo también me siento feliz de que pudieran salir de su encierro así fuera por unas pocas horas. Ellas ya tuvieron la oportunidad de presentarse ante sus compañeras en diciembre y ahora nos dieron el gran honor de presentarnos en la inauguración de un nuevo auditorio del Inpec. Es un privilegio presentarnos este día e incluso mostrar todo este talento ante la Ministra de Justicia Ruth Correa.SEMANA:La cárcel tiene muchas reclusas, ¿cómo logró escoger a las 12 indicadas?JB: Le conté a la directora las características de cada personaje, tal como se hace en un casting profesional. Se escogieron entre 15 a 20 mujeres para cada interpretación y lo único que pedí es que fueran mujeres de todos los patios, de todos los crímenes y que no me interesaba saber qué delitos habían cometido, quería guiarme solo por su talento. Así las escogí.SEMANA:¿Cuál fue la sorpresa más grata que se llevó durante todo este proceso?JB: Que yo vine a enseñarles algo de actuación pero la que terminó aprendiendo más fui yo. Conocer sus historias, ver su emoción, su dedicación y su felicidad con lo que estábamos haciendo no tiene precio. Vine a enseñarles un poquito y fueron ellas quienes me llenaron de conocimiento.SEMANA:¿Qué fue lo más duro que tuvo que enfrentar en estos meses?JB: Honestamente ellas me aportaron tantas cosas buenas que todo fue perfecto. Lo único malo fue tal vez algo que salió en diciembre en algunos medios y que está muy lejano a la realidad.SEMANA:¿Se refiere a la guarda del Inpec que la denunció por agresión?JB:Sí. Pero en el fondo estoy agradecida, porque sin querer y gracias a ese malentendido se dio a conocer todo lo que estábamos haciendo. Yo llevaba casi cuatro meses viniendo todos los días de 8 a 12, callada, porque no quería que nadie supiera, pero a raíz de todo esto las cosas salieron a la luz y hemos recibido aún más apoyo. Las cosas pasan como tienen que pasar.SEMANA: Luego de esta presentación, ¿qué viene?JB: Victoria y yo decidimos crear una fundación para el teatro en la cárcel, estamos emocionadas con lo que se ha logrado y me siento feliz al saber que podré seguir compartiendo con ellas.