Por medio de su abogado, John Poulos, el principal sospechoso del crimen de la DJ bogotana Valentina Trespalacios Hidalgo, el estadounidense manifestó que teme por su integridad física en Colombia. Esto -según aseguró su defensor- por los malos tratos que ha recibido de manera constante y sistemática desde su llegada a Bogotá en la madrugada de este jueves 26 de enero, cuando fue recibido por un grupo de policías y periodistas en el aeropuerto militar de Catam, en el occidente de la capital de la República.
La defensa de Poulos fue más allá y aseguró que cuando se encontró por primera vez con su cliente vio que tenía lesiones en las muñecas, esto debido a lo apretadas que estaban las esposas. Incluso, enfatizó, tuvieron que intervenir varios agentes de la policía que lo custodiaban: “Prácticamente, casi toca cortarle algún grillete con algo adicional”.
En su extensa intervención citó que cuando llegó a Bogotá su cliente sufrió un ataque de pánico al ver todas las personas que lo esperaban para tomarle fotos y proceder a su detención. “Es un show mediático”. Esto lo ha afectado notablemente, a lo que se suma que no cuenta con sus medicamentos, anteojos y no ha podido comunicarse con sus padres, quienes actualmente viven en los Estados Unidos.
Debido a esto, se le solicitó al juez 59 de control de garantías de Bogotá que emita medidas para que esté protegido y en una celda aparte, puesto que hay conciencia que este es un proceso mediático y “los ojos del mundo” están puestos en la audiencia que se celebra en el complejo judicial de Paloquemao, en Bogotá.
La diligencia judicial se ha visto truncada en varias oportunidades debido a que todo lo que ocurre le debe ser traducido al procesado. Por esto, el juez ha tenido que realizar varios recesos para que se le explicara lo señalado por el fiscal del caso. Igualmente, para que presentara sus observaciones a lo mencionado durante la solicitud de legalidad de captura.
Pasaron más de 36 horas
En su intervención, el abogado de Poulos pidió que no se dé legalidad a la detención, puesto que, según sus cuentas, se superaron ampliamente los tiempos que exige la ley para avalar una captura. Para el jurista, los términos empezaron a correr cuando el ciudadano estadounidense fue aprehendido en el aeropuerto de Panamá en la noche del pasado martes.
Mientras se adelantó todo el trámite para deportarlo a Colombia para hacer efectiva la orden de captura en su contra se cumplieron las 36 horas que fija la legislación colombiana. “¿Dónde quedan las 24 horas que estuvo recluido, mejor dicho, confinado, en un cuarto oscuro en Panamá?”. Esto es considerado una violación a sus derechos procesales.
El hecho que no se le facilitara inmediatamente un traductor o se le permitiera comunicación con un abogado vulneró -según el penalista- sus derechos fundamentales. “Han transcurrido 40 horas y media”, por eso no dudó en asegurar que su cliente estuvo “secuestrado” en Panamá.
“Me dice que no hubo acceso a la petición, que casi rogaba para que hubiera un abogado de confianza y una comunicación con la Embajada o un abogado que al menos pudiera entenderlo en su idioma nativo”, relató el jurista al recordar su primer encuentro con su cliente.
En la audiencia, que comenzó a las 7 de la noche de este jueves, el juez avaló como víctimas a la madre y el hermano de la DJ, Valentina Trespalacios.