Se trata de una historia increíble y dolorosa para los miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) en el nivel central. Esta vez, algunos de sus integrantes y miembros del Gaula tuvieron que hacer la operación más triste de sus vidas: detener al jefe de capturas del CTI Bogotá, John Wálter Osorio, señalado de cometer el delito de extorsión. La misión se cumplió y el funcionario pasó a engrosar la lista de servidores de la justicia que cayeron en la tentación del dinero y no prestar eficazmente su servicio. En esta oportunidad, la captura se dio cuando Osorio, al parecer -porque será un juez quien lo determine-, se encontraba extorsionando a una psicóloga para no abrirle investigación a su esposo, señalado de un caso de hurto. Sobre la captura se pronunció el director general del CTI, Julián Quintana, quien reveló que el exfuncionario y sus compinches cobraban entre 15 millones y 30 millones de pesos bajo la modalidad de extorsión a personas a las que amenazaban con abrirles procesos penales o, incluso, con ordenar su captura. Quienes realizaron la investigación tienen en sus manos un cúmulo de pruebas que consideran irrefutables. Entre los casos hay uno en especial que será expuesto a la hora de solicitar una medida de aseguramiento. Uno de ellos tiene que ver con una presunta extorsión por parte de los funcionarios a los dueños de la Universidad San Martín. Como se sabe, el fundador del claustro, Mariano Alvear, así como los representantes legales Juan Carlos Mahecha y Ricardo Caballero, terminaron procesados por irregularidades con el dinero de las matrículas, entre otras anomalías. Según le dijeron fuentes de la Policía a Semana.com, uno de los casos que aparece en los archivos de la investigación contra Osorio son irregularidades en el proceso de captura de Alvear y sus hombres de confianza. Todo indica que Osorio habría recibido una millonaria suma para no hacer efectivas dichas órdenes. "Al parecer, Osorio recibió plata de Alvear en el condominio El Peñón, en Girardot, para no capturarlo. Por eso la dirección del CTI asumió el caso y mandó a sus hombres de confianza", ratificaron fuentes de este portal. Inicialmente, las órdenes de captura estaban en manos del CTI Seccional Bogotá, pero por órdenes de los jefes de la Fiscalía General de la Nación la misión tuvo que ser asumida por la dirección general "porque no confiaban del todo en Osorio". “Cuando el juez expidió las órdenes de captura, Osorio se fue a primera hora para el condominio El Peñón, donde reside Alvear, para hacer efectiva la orden pues era la ficha clave en el caso. Sin embargo, en los reportes que pasaba Osorio decía que no veía a Alvear en el condominio y, pasadas las horas, aseguró que no estaba allí. La sorpresa fue cuando llegaron al condominio los miembros del CTI del nivel central y encontraron a Alvear relajado en su casa de descanso”, dijo la fuente. Otro detalle que están investigando las autoridades es que las otras dos órdenes de captura se filtraron antes de hacerse efectivas, y por ello el CTI tuvo que perseguir a Mahecha y Caballero por todo Bogotá. Mientras se da la presentación del funcionario ante un juez, La Policía y la Fiscalía continúan las investigaciones para depurar las filas del CTI. Periodistas de este portal conocieron que las autoridades están tras la pista de otros dos funcionarios del CTI Bogotá que habrían participado en estas extorsiones. Los delitos por los que debe responder Osorio son prevaricato, peculado, extorsión y abuso de función pública. Crímenes muy graves. Pero más grave es que los haya cometido un funcionario que, precisamente, combatía la delincuencia.