El excombatiente de las FARC Jorge Eliécer Garzón fue asesinado en el centro de Florencia, Caquetá, cuando departía con otra persona sobre las 6 de la tarde del domingo 17 de octubre.
De acuerdo con la información entregada por las autoridades, Garzón fue atacado por dos hombres que se movilizaban en una motocicleta, los cuales emprendieron la huida mientras la víctima recibía auxilio de la Policía.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por ayudarlo, la gravedad de las heridas causadas con arma de fuego ocasionaron el fallecimiento del excombatiente de las FARC.
Garzón, de 56 años, era conocido con el alias de ‘Pate Palo’ y tenía antecedentes por tráfico de estupefacientes entre 2007 y 2016.
Mario Alejandro García, vocero del Comité Permanente de Derechos Humanos, aseguró que con este ya son 25 los crímenes contra los excombatientes de las FARC en Caquetá, por lo que se trata de una emergencia y un riesgo para los representantes del partido Comunes.
De hecho, Pastor Alape hizo un llamado al presidente Duque para que “tome con seriedad el discurso de la paz”. Pidió no estigmatizar más a los firmantes de la paz.
Cerca de 300 excombatientes han sido asesinados
La Organización de Naciones Unidas (ONU) entregó este viernes el informe trimestral sobre los avances del Acuerdo de Paz suscrito entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, en noviembre de 2016.
De acuerdo con el organismo, unos 292 excombatientes de esa exguerrilla han sido asesinados en Colombia después de dejar las armas.
Desde junio de este año, el organismo ha detectado “el asesinato de 14 excombatientes de las FARC-EP (todos hombres), lo que eleva la cifra a 292 (entre ellos nueve mujeres) desde que se firmó el acuerdo”.
El informe, revelado a poco menos dos meses del quinto aniversario del acuerdo definitivo para desarmar a las FARC advierte sobre el riesgo de la violencia contra estas personas.
La ONU observa “un importante deterioro de la seguridad de las y los excombatientes en Cauca, Nariño y Valle del Cauca (los tres en el suroeste del país), departamentos que concentran más de un tercio del total de los asesinatos”.
“Las partes, la sociedad colombiana y la comunidad internacional no deben ignorar los importantes retos y factores de riesgo” que enfrenta el acuerdo “en el largo plazo, entre los cuales sobresale la violencia en varias regiones del país”, estima el secretario general de la ONU, António Guterres, citado en el documento.
Tras firmar la paz el 24 de noviembre de 2016, unas 13.000 personas, incluidos 7.000 combatientes, se desmovilizaron bajo la supervisión de la ONU para ingresar a la vida civil y formar un partido político llamado Comunes.
Pero cientos de disidentes que no se acogieron al acuerdo continúan operando en varias regiones aisladas, donde el Estado es casi ausente. Estas disidencias se dedican al narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, según inteligencia militar. También amenazan a su excompañeros y a activistas mientras intentan reunificar a las antiguas estructuras de las FARC.
Las autoridades calculan que son unos 2.500 sin un mando unificado que también se enfrentan con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida del país, y grupos del narcotráfico herederos del paramilitarismo.
La persistente violencia está provocando “desplazamientos masivos y confinamientos”, afectando “particularmente a comunidades indígenas y afrocolombianas”, concluyó la ONU.
Por su parte, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) señaló recientemente que desde la firma del Acuerdo de Paz un total de 611 fueron víctimas de homicidio.
La organización indicó que 332 de ellos eran indígenas, 75 afrodescendientes miembros de consejos comunitarios protectores del territorio, 102 son campesinos defensores de territorio, 25 líderes activistas ecologistas y 77 campesinos miembros de Juntas de Acción Comunal que se han caracterizado por la defensa de su territorio.
De acuerdo con la información publicada por el Instituto, que mide estos hechos desde noviembre de 2016, en ese año ocurrieron 9 de estos asesinatos, 83 en 2017, 142 en 2018, 137 en 2019, 184 en 2020 y 56 en lo que va corrido de 2021.