Al parecer será una cifra muy similar a los picos que se alcanzaron en 2010 y 2011 cuando este flagelo afectó a más de 100 mil hectáreas de bosque nativo, solo en la cuenca Amazónica, sin contar las demás regiones. Esas cifras coinciden justamente con la época más cruda de la confrontación armada previa al inicio de la negociación de la paz con las Farc. Pero hasta el momento, y sin consolidarse toda la información de 2017, el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, ha expresado su preocupación por la cantidad de alertas tempranas emitidas por el Ideam para regiones tan sensibles como Nudo de Paramillo, Tapón del Darién, La Gabarra, Serranía de San Lucas y las selvas del Chocó, y obviamente la Amazonia. Puede interesarle: Protección del bosque el compromiso de Colombia con los ODS No obstante, en el sur del país están concentrados los principales focos de deforestación, pues trece municipios de Putumayo, Caquetá, Guaviare y Meta son los más afectados a nivel nacional y de ellos dos -San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá, Caquetá- suman el 30 por ciento de ese gran total nacional. José Yunis Mebarak, director de Visión Amazonía, no duda en calificar a estas dos localidades -antiguos fortines de la guerrilla- de ser “el arco de la deforestación hacia el Amazonas profundo”. Es posible que el aumento proyectado de la deforestación para 2017 esté directamente relacionada con la salida de las Farc como grupo armado ilegal de muchas de las zonas afectadas, que poco a poco han sido copadas por otras organizaciones ilegales dedicadas, en mayor medida, a la minería criminal y en otros casos al acaparamiento de tierras y la ganadería extensiva. De hecho, en 2015, 2014 y 2013 la tala de árboles en el bioma amazónico logró reducirse a menos de 54 mil hectáreas, una cifra muy alta pero considerada récord para la magnitud de la problemática. Sin embargo no todo está perdido, pues en medio de la tragedia ambiental que vive el país se vislumbra un mejor horizonte gracias a la reciente sentencia de la Corte Suprema de Justicia que fijó plazos perentorios al Estado y sus instituciones para adoptar medidas que garanticen un ambiente sano para las nuevas generaciones de colombianos, y la protección de este ecosistema.“Lo que no hagamos Colombia y Brasil nos daña a todos" El pasado 9 de abril, en el lanzamiento de la Gran Alianza Contra la Deforestación, José Yunis Mebarak, director de Visión Amazonía, puso en blanco la real magnitud de esta catástrofe ambiental. SEMANA: Usted habló de trece municipios críticos. ¿Cuáles son? José Yunis Mebarak: En el Putumayo estamos hablando de Puerto Asís, Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo; en Caquetá hablamos de Solano, San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá; estos dos son los campeones de toda la deforestación a nivel nacional. De ese tamaño es el problema que tenemos allá. Después vienen los municipios de Uribe, Vista Hermosa y La Macarena, en el Meta. Y después los municipios de San José del Guaviare, Calamar, El Retorno y Miraflores, estos dos en menor medida. Esos municipios son el arco de la deforestación hacia el Amazonas profundo. Le recomendamos: Nace la Gran Alianza contra la Deforestación, una apuesta por el bosque SEMANA: ¿De cuánto es la deforestación en esos municipios? J.Y.M.: El dato no lo tengo aquí, pero por ejemplo Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán son municipios de 25 mil hectáreas de deforestación. Es decir, entre los dos suman 50 mil hectáreas, y si a nivel nacional la deforestación es de 178 mil hectáreas, pues son cifras mayores. SEMANA: ¿Cuál es la principal causa de deforestación en estos trece municipios? J.Y.M.: Tenemos acaparamiento de tierras, cultivos ilegales, minería ilegal, ganadería extensiva, quema del bosque, una parte en infraestructura y otra en minería. SEMANA: ¿En qué puede ayudar la sentencia de la Corte Suprema? J.Y.M.: Personalmente me parece es que esta sentencia viene a dinamizar un montón de cosas que estamos haciendo, pero es un dinamizador de la conciencia social de la comunidad que está exigiendo resultados y nosotros tenemos que concretarlos en planes contra la deforestación. Si bien la sentencia trae unos plazos preocupantes, no sé si son totalmente cumplibles, lo que sí sé se es que nos ponen es un mayor control a la deforestación. SEMANA: ¿Por qué plazos preocupantes? J.Y.M.: Porque cuando dicen que en cinco meses hay que sacar el Plan de Ordenamiento Territorial de un municipio, no es fácil. Claro, nosotros (el gobierno) ya teníamos unos planes estratégicos, se había diseñado la Estrategia Integral de Control a la Deforestación, entonces pienso que hay que llenar de contenidos y hacer los arreglos que sean del caso. SEMANA: Colombia hace esfuerzos en la Amazonía pero los índices de deforestación en Brasil son muy altos… J.Y.M.: Bueno, Brasil es una dinámica muy distinta, nueve países compartimos la misma cuenca -Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana Holandesa, Perú, Surinam, y Venezuela- y de ellos varios tienen una tasa de deforestación mayor que Colombia. Obviamente nos preocupa la cuenca Amazónica en su totalidad, no se puede fraccionar, pero lo que no hagamos nosotros y lo que no hagan en el Brasil por parar la deforestación, nos daña a todos, entonces sí es preocupante. Los brasileños vienen haciendo cosas. En una época bajaron de 1,6 millones de hectáreas deforestadas a 800 mil, y ahora a 600 mil, lo que demuestra que sí se puede hacer. La lucha contra la deforestación debe ser un propósito nacional. Le sugerimos: Por primera vez la deforestación ocupa un lugar protagónico en la agenda institucional SEMANA: ¿Hay interlocución con los otros países de la cuenca Amazónica? J.Y.M.: Dependiendo de qué tan lejos o tan cerca tengamos la deforestación hay mayor o menor interlocución con ellos, por supuesto que ya tenemos comunicación con todos ellos, hemos trabajado con Brasil de muchos años atrás, pero nuestra frontera más dinámica de deforestación no es con Brasil, está más para el lado de Ecuador, que es donde estamos centrando más nuestros esfuerzos.