En las últimas horas un estudiante identificado como Samuel David Arredondo decidió encadenarse en el Hospital Universitario Metropolitano de Barranquilla para exigir a la Universidad Metropolitana su reintegro, luego de que fuera expulsado por el claustro a solo dos semanas de la fecha de su grado.
Sin embargo, tras la intervención de la Arquidiócesis en una reunión donde también estuvieron presentes los padres del joven, este se mostró arrepentido por lo dicho en contra de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, donde estudia odontología.
En un video publicado en las últimas horas en la redes sociales, el estudiante apareció encadenado diciendo: “Arbitrariamente vuelven y me expulsan ayer de la universidad, faltando dos semanas para terminar mis prácticas académicas y obtener mi título profesional, en un acto completamente injusto, inmoral, arbitrario (...) Todo por la culpa de la señora Karen Parejo y Juan José Acosta que se creen los dueños del mundo, pero yo les voy a demostrar que no son los dueños del mundo, ni los dueños de los sueños de las personas, ni de la plata de nadie”.
Horas más tarde, en medio de una reunión donde estuvo presente el padre Macías, quien representa a la Arquidiócesis ante el Consejo Directivo de la Universidad, el estudiante Samuel David Arredondo se mostró arrepentido por lo acontecido.
En otro video, después de haberse desencadenado, se apreció al estudiante decir que nunca ha tenido la oportunidad de hablar personalmente con el rector de la Universidad Metropolitana y recalcó: “Yo estoy dispuesto a hacer un comunicado o un video expresando disculpas por el daño que haya podido causar a los directivos de la universidad (...) nunca he atentado contra el buen nombre de la universidad, nunca he hablado mal del programa de odontología”.
Respecto a que se reverse la decisión de expulsión por parte de la universidad en contra del estudiante Arredondo, aún es incierto cómo procederán, pero por el momento no hay un pronunciamiento oficial por parte del claustro.
El caso
Hace un año, cuando empezó la pandemia, el joven terminó el noveno semestre de su carrera profesional. En ese entonces le generó molestia que no se publicaran en el sistema las notas de las clases de los últimos seis meses cuando llegó el cobro del siguiente período. Arredondo se quejó públicamente del alto costo de la matrícula y lo calificó como un mal servicio por parte de la institución educativa privada.
Pocos meses después, previo al inicio del décimo semestre, lo expulsaron tras cuestionar públicamente a la universidad y a sus directivas por cuenta de las demoras en la publicación de notas. No obstante, interpuso una acción de tutela que fue fallada por un juez de Valledupar y logró reintegrarse a la institución.
Valentina Toro, amiga de Samuel, aseguró en conversación con este medio que fue un proceso complicado. Después de que comenzó su práctica, volvieron a abrirle el proceso por las mismas razones, algo que califica de ilegal. Por lo anterior, el joven volvió a contar en redes sociales lo que estaba ocurriendo, mientras le llevaban a cabo el nuevo proceso disciplinario.
Este lunes 11 de octubre, dos semanas antes de su grado, recibió la notificación de su expulsión por parte de la Metropolitana, por “promover alteraciones de orden público en contra de la Universidad”, según citó el medio Zona Cero.
De acuerdo con Samuel David, dos semanas atrás se llevó a cabo una audiencia disciplinaria que, se suponía, sería pública. No obstante, en sus redes sociales aseguró que repentinamente sacaron de la sesión a las personas que estaban conectadas y que duró media hora pidiendo la palabra, antes de que le permitieran hablar.
El joven asegura que se trata de una persecución en su contra. “Siento frustración, rabia, siento que se van a la basura 5 años de mucho sacrificio, dinero, tiempo y mucha entrega de mi parte para cumplir mi sueño y el de mis padres de ser odontólogo”, escribió en su cuenta de Instagram.
Por eso, decidió encadenarse a modo de protesta a una puerta de la universidad y así permaneció durante varias horas del martes 12, aunque terminando la tarde se retiró del lugar en compañía de sus papás. “Él no secuestró a nadie”, explicó en conversación con SEMANA la amiga del estudiante, quien quiso aclarar rumores en redes sociales de una supuesta retención que habría realizado el joven a algunos empleados de la universidad.