El 10 de diciembre los negociadores del Gobierno y las FARC se sentarán nuevamente para reiniciar las conversaciones de paz suspendidas tras el secuestro y la posterior liberación del general (r) Rubén Darío Alzate. Aunque ya hay una agenda definida, un nuevo elemento se sumó a la discusión. Se trata de la revelación que hizo este domingo el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien dio a conocer unas supuestas "reglas de juego" que exigen las FARC para mantener el proceso de paz. Los condicionamientos, que, según Uribe, habría hecho 'Iván Márquez', el principal negociador de esa guerrilla, tienen que ver -en resumen- con el desescalamiento de la ofensiva militar.Entre las supuestas condiciones que reveló el hoy senador Uribe, señaló que el Gobierno debe comprometerse a reparar económicamente a los familiares de los comandantes que hayan muerto a manos de integrantes de las Fuerzas Militares, archivar y cerrar todas aquellas investigaciones contra cualquier miembro de las FARC, liberar sin condiciones a los guerrilleros que estén en las cárceles, borrar todos los registros penales en las páginas de internet del Gobierno e Interpol, además de mantener a los guerrilleros rasos por cinco años con un auxilio de 1.800.000.Según lo publicado por el exmandatario, las FARC van más allá. Como primer punto quieren que se les quite el apelativo de "terroristas". Para ellos, esa palabra no obedece a la realidad de su accionar.Las reacciones no se hicieron esperar. Una de ellas fue la del propio ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien dejó entrever que quitarles el apelativo depende de ellos. "El que hace terrorismo es terrorista", aseguró.Durante el lanzamiento de la campaña 'Regálese una nueva vida en navidad todo es posible', que lanzó el jefe de la cartera en Algeciras (Huila), Pinzón se refirió a la solicitud de acabar con los bombardeos, sin embargo, durante su intervención dejó en manos del presidente, Juan Manuel Santos, y el equipo negociador el tema.El ministro de Defensa ha sido uno de los más críticos con las negociaciones. Ha mantenido, quizá, la posición más beligerante, al punto de que constantemente las FARC rechazan sus pronunciamientos. Sin duda esta vez sucederá lo mismo.