El senador de la Alianza Verde Juan Luis Castro presentó este martes su carta de renuncia a la plenaria del Senado, donde fue puesta a consideración de los congresistas para determinar su aceptación. Aunque algunos votaron por el ‘no’, explicaron que lo hicieron de manera simbólica al considerar que Castro tenía una buena labor legislativa. Sin embargo, el trámite se adelantó sin problema y la renuncia fue aceptada.

“Les comunico oficialmente mi decisión irrevocable de separarme de mi curul de senador de la República a la mayor brevedad, con efectos fiscales a partir del 01 de septiembre del año en curso. Quiero aprovechar estos renglones para despedirme de todos los colombianos y organizaciones que me acompañaron e hicieron posible mi llegada al Congreso, así como de aquellas personas que trabajaron conmigo en las diversas iniciativas, proyectos y causas que impulsé y defendí en estos más de tres años”, dice la carta de renuncia de Castro que fue leída por el secretario del Senado, Gregorio Eljach.

La renuncia fue aceptada con 65 votos porque varios congresistas votaron por el no de manera simbólica, al considerar que Castro tuvo un desempeño legisaltivo de resaltar. “Con total respeto y cariño y aprecio con Juan Luis, es una figura política que engrandece nuestro partido. Voto sí, porque es su decisión, pero aquí lo esperamos en su largo caminar político”, dijo la senadora Angélica Lozano.

La renuncia al Senado de Juan Luis Castro estaba cantada. Desde hace más de un mes, el hijo de la exsenadora Piedad Córdoba había tomado la decisión de dar un paso al costado en el Legislativo. Sin embargo, una incapacidad médica lo llevó a reflexionar sobre su decisión.

Castro renunció decepcionado de la política y porque se siente más a gusto en la pediatría, una profesión que adelanta con lujo en Estados Unidos. Es más, al médico cirujano, psiquiatra y magíster en salud pública le ofrecieron la opción de retornar a laborar y él no lo dudó. Pesó en él más la medicina que las leyes.

Su salida es un golpe sensible a la Alianza Verde, que no atraviesa por un buen momento por las fricciones internas de cara a las presidenciales de 2022 y que incluso han llevado a un sector del movimiento a hablar de una posible escisión, como sucedió con el Polo Democrático.