Como expresidente, Juan Manuel Santos había estado alejado de la política, públicamente guardaba silencio sobre el gobierno de Iván Duque. No lo elogiaba, tampoco lo criticaba. Mantenerse al margen fue su propósito desde que entregó las llaves de la Casa de Nariño a su sucesor. Sin embargo, esta prudencia que lo acompañó por siete meses se rompió en sus recientes declaraciones a los medios de comunicación que lo entrevistaron a propósito del lanzamiento de su libro La batalla por la paz. Sucedió alrededor de tres temas: la implementación de los acuerdos, las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz y Ser pilo paga. Los tres hacen parte de la coyuntura nacional, y los tres han tenido cambios estructurales a raíz de decisiones que su sucesor ha tomado en torno a temas que fueron bandera de su gobierno. Le sugerimos: La decisión más difícil que tomó el expresidente Santos Al hablar de su libro, que cuenta su visión del proceso de paz con las Farc, era imposible no tocar el tema de la implementación de lo acordado en La Habana. Desde su visión de expresidente, de quien estuvo al mando de Colombia por ocho años, Santos asegura que no quiere hacerle recomendaciones a Duque, sin embargo, lo hace. Por ejemplo, en la entrevista que le concedió a Caracol Radio dijo que le habían contado que Duque quiere cumplirle a la comunidad internacional que tanto ha creído en los acuerdos de paz. “Pues que lo haga y encontrará el apoyo de todo el mundo y esa sí sería la forma de unir al país”, aseguró el exmandatario. Santos también habló de la polarización que se ha acentuado en los últimos días, y dijo que si el propósito de Duque es unir al país en vez de dividirlo esto lo tiene que hacer “con los participantes de los acuerdos que se firmaron para cumplirlos. No puede ser una imposición de una parte porque eso genera una polarización”. Puede leer: El libro de Duque que prologó Santos No es novedoso que Santos asegure que los acuerdos son “irreversibles”, por eso desde Madrid -donde presentó su libro- le envió otro mensaje a su sucesor: “El presidente Duque está obligado por la Constitución a cumplir los acuerdos de paz”. Además, Santos entró en el álgido debate que se libra en Colombia por las objeciones que Duque hizo a seis artículos de la ley que reglamenta la JEP. Ahora que la Corte Constitucional dio luz verde al Congreso para debatirlas, Santos confía en que el alto tribunal tendrá la última palabra y no permitirá que lo aprobado por el Legislativo vaya en contravía de los acuerdos de paz. “La Corte Constitucional falló que durante los próximos tres periodos constitucionales, ni el presidente ni el Congreso podrán expedir leyes que contradigan los decretos (de paz). Puede que surjan temas, como las objeciones, pero la Corte Constitucional estará pendiente”, aseguró Santos. Por último, Santos se refirió a otro tema que no tenía que ver con su libro: el programa Ser pilo paga, el proyecto educativo que se creó en su administración para dar becas universitarias a los estudiantes más destacados, y al que Duque puso fin, después de cuatro generaciones de pilos. En su reemplazo lanzó Generación E, la diferencia más marcada de este programa es que las universidades privadas tendrán que costear una parte de los gastos. Consulte: La polvareda política que desata el libro de Juan Manuel Santos “Sabemos que había una crítica sobre que solamente beneficiaba a las universidades privadas, sin embargo, ya habíamos establecido diálogos para exigir un porcentaje de recursos para las universidades públicas, con lo cual se hubiera optimizado el programa en lugar de acabarlo”, dijo Santos en el Global Education & Skills Forum, el evento más importante de educación en el mundo. Además, Santos recalcó que no se puede acabar un programa solo porque lo creó el Gobierno anterior, “porque lo bueno siempre hay que respaldarlo”. Y aprovechó para lanzar una pulla: “Infortunadamente, en América Latina tenemos lo que llaman el complejo de Adán, todos los gobernantes piensan que el país o el mundo comienza con ellos y eso es una grave equivocación. Esa tendencia al caudillismo ha sido contraproducente para la región y por eso muchas de las políticas no han funcionado, porque cada Gobierno cambia lo que el Gobierno anterior ha hecho. Aquí lo que hay que hacer es tener una dosis de humildad, realismo y responsabilidad”. En contexto: “Fue una lástima haber desmontado ser pilo paga”: Juan Manuel Santos Santos, que ha sido tildado de “traidor” por el expresidente Álvaro Uribe y su partido tantas veces, asegura que tiene una piel de cocodrilo, en la que ya no calan estas críticas. Su estrategia es no controvertir, no entrar en el juego de agravios. Si bien se inmiscuyó de nuevo en la política nacional al hablar del Gobierno Duque, tuvo cuidado en no responderle a Uribe sus críticas por los apartes del libro en que lo menciona. Es probable que después de la ronda de medios por el lanzamiento de su libro, Santos vuelva a guardar silencio sobre la coyuntura del país, y siga enviando mensajes en torno a la importancia de la paz sin referirse específicamente a las decisiones de su sucesor.