Juan Manuel Santos intervino por última vez en la Asamblea de las Naciones Unidas. La octava, desde aquel 24 de septiembre del 2010 cuando debutó en el hemiciclo de la ONU. Esta vez lo hizo en una doble condición, como presidente de Colombia, en su último año mandato, y como actual premio Nobel de Paz. En su primera condición, Santos puso a Colombia como un ejemplo ante el mundo para superar los conflictos. Recordó que la primera vez que intervino en la Asamblea General de la ONU trajo la noticia de que las Fuerzas Armadas habían abatido al jefe militar de las Farc, Jorge Briceño alias Mono Jojoy. Ahora, la noticia que trasladó Santos son las vidas que se han salvado tras el fin del conflicto armado con esta guerrilla. “El proceso de paz con las Farc no solo culminó con un acuerdo sino con algo más grande, más importante: ¡miles y miles de vidas humanas salvadas! Así que la noticia hoy ya no es la muerte: ¡es la vida!”.“Si en Colombia pudimos terminar un conflicto armado que nos dejó cientos de miles de muertos y millones de víctimas y desplazados, ¡hay esperanza para los conflictos que aún subsisten en el planeta!”, agregó Santos.El presidente colombiano dijo que no fue fácil hacerlo, pues terminar la guerra, superar los odios y vencer los temores implica un proceso complejo de diálogos y concesiones. “Pero lo logramos porque tuvimos voluntad y porque fuimos conscientes de una premisa fundamental: la paz es la condición necesaria para el progreso y la felicidad de cualquier sociedad”.Santos aprovechó para agradecer a la ONU, en nombre del pueblo colombiano, por el acompañamiento en la fase de implementación del acuerdo de paz. Recordó la Misión especial de verificación del cese al fuego bilatreral y de monitoreo al desarme de las Farc. Dijo ante los demás presidentes del mundo que nueve mil armas de la guerrilla hoy están en camino a la destrucción.Ahora comenzará una segunda Misión de la ONU que se encargará de acompañar la reincorporación de los excombatientes a la vida civil, y que las Naciones Unidas también adelantarán la verificación del cumplimiento del cese al fuego temporal con el Eln, el otro grupo insurgente con el que el Gobierno mantiene negociaciones de paz, y que comenzará el próximo 1 de octubre. Para Santos, Colombia vive un momento especial.Luego habló el Nobel de Paz y en esa condición deploró y condenó el lanzamiento de misiles balísticos y ensayos nucleares por parte de Corea del Norte. Los calificó como una “amenaza a la paz y a la seguridad mundial”.También se refirió a la “precaria” situación de Venezuela e hizo un llamado al Secretario General de la ONU y a toda la comunidad internacional para apoyar al pueblo venezolano “en la búsqueda de una solución pacífica que los regrese al cauce del progreso, de la democracia y de la libertad”.“Nos duele Venezuela. Nos duele la destrucción paulatina de su democracia. Nos duele la persecución a la oposición política y la violación sistemática de los derechos de los venezolanos”, dijo Santos ante la ONU.Luego se refirió al terrorismo y para ello habló como Nobel y como presidente del “único país” donde en lugar de aumentar las armas se están fundiendo para “construir monumentos a la concordia”.“Por encima de las diferencias de raza, de religión, de pensamiento, los seres humanos somos en realidad uno. Lo que le pasa a uno nos pasa a todos. Tenemos que comprender que –más allá de las divisiones, más allá de las fronteras–nuestro pueblo se llama el Mundo. Y nuestra raza se llama Humanidad. Tenemos que entender esta verdad para que nos respetemos entre nosotros y respetemos la vida. Al terrorismo hay que combatirlo con toda la contundencia: con poder militar y policial, con inteligencia y cooperación internacional. Pero también debemos erradicar sus raíces –que son el miedo, la exclusión y el odio– con las fuerzas positivas del amor, la compasión y el respeto por las diferencias”. La última intervención de Santos en la ONU no podía dejar de referirse al problema mundial de las drogas. El presidente colombiano había venido promoviendo un cambio en el modelo de lucha contra este flagelo, y este martes volvió a insistir en fórmulas creativas, de mente abierta, al recordar que la guerra librada contra las drogas ha cobrado muchas vidas en Colombia, y aseguró que en este caso “el remedio ha sido peor que la enfermedad”.“Es hora de aceptar –con realismo– que mientras haya consumo habrá oferta, y que el consumo no se va a acabar”“Es necesario llegar a consensos en asuntos centrales como el de no criminalizar a los adictos, y entender el consumo de drogas como un asunto de salud pública y no de política criminal”, dijo Santos. “Hagamos un serio y riguroso seguimiento de las experiencias regulatorias que se han puesto en marcha en diversas latitudes, y aprendamos de sus éxitos y también de sus dificultades”, propuso el mandatario colombiano.Santos rechazó las afirmaciones que responsabilizan exclusivamente a los países productores. “Es hora de aceptar –con realismo– que mientras haya consumo habrá oferta, y que el consumo no se va a acabar”. Y ante esa realidad dijo que llegó la hora de hablar de “regulación responsable por parte de los Estados; de buscar caminos para quitarles oxígeno a las mafias, y de afrontar el consumo con más recursos para la prevención, la atención y la reducción de daños a la salud y al tejido social”.Sobre el cambio climático dijo que en estos ocho años Colombia ha sido proactivo en la materia, recordó que el país propuso la adopción de objetivos de desarrollo sostenible y que se han convertido en la columna vertebral de la agenda 2030 que impulsa las Naciones Unidas. Así mismo aseguró que las metas trazadas en el Acuerdo de París (el mismo que ha desconocido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump), son compromiso nacional. “La humanidad no puede cerrar sus ojos frente al más apremiante desafío de nuestros tiempos”.“Con la fuerza del amor podemos superar el miedo. Con la fuerza de la vida podemos vencer la tiranía de la violencia y de la muerte. Con la fuerza de la unidad podemos hacer del mundo un lugar digno para vivir”. Ese fue el mensaje con el que Santos se despidió de la Asamblea de la ONU.