El expresidente Juan Manuel Santos y quien fuera el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, se encontraron este martes en París, para examinar el Acuerdo de Paz que los dos firmaron hace cinco años.

El lugar del encuentro fue el Senado francés, a donde concurrieron en el marco del Foro Mundial por la Paz.

El Acuerdo de La Habana, como se conoce el consenso al que el gobierno de Santos y las FARC llegaron en 2016, profundizó la polarización política en Colombia, pero tiene defensores en la comunidad internacional.

Rodrigo Londoño, Juan Manuel Santos, SEMANA | Foto: Fotomontaje: SEMANA.

Los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe, quienes fueron aliados hasta 2010, tienen hoy una confrontación irreconciliable, fundamentalmente por el acuerdo de paz de La Habana.

Desde entonces Uribe considera a Santos un traidor. El gobierno del presidente Iván Duque, que sucedió a Santos, lo mismo que el partido Centro Democrático, al que pertenece el actual mandatario, nunca fueron partidarios del pacto firmado.

El uribismo y el actual gobierno no estuvieron de acuerdo con la justicia transicional creada para juzgar a los autores de delitos relacionados con el conflicto armado, ni con entregar curules en el Congreso a excombatientes de la guerrilla responsables de crímenes, ni con su refrendación, entre otros aspectos.

Santos, el ahora Partido Comunes –conformado por los excombatientes– y muchos sectores de izquierda y de centro, reclaman que el acuerdo se implemente, tal como fue pactado. Este pedido ha tenido apoyo de muchos sectores de la comunidad internacional.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mantiene una especie de vigilancia sobre el cumplimiento de lo acordado y cientos de funcionarios suyos monitorean en terreno, en diversas regiones del país, sus avances.

Precisamente, el encuentro de este martes en París, entre los firmantes del acuerdo, tiene el propósito de presionar una mejor implementación de lo suscrito.

Santos, crítico del actual gobierno y del nivel de ejecución de los acuerdos, no fue tan pesimista en la capital. “El acuerdo que firmamos con Londoño va a seguir transformando a Colombia”, dijo.

También hizo reparos al manejo que el gobierno del presidente Duque le ha dado a las drogas, el de la represión, que Santos consideró “fracasado”.

Tras el acuerdo de La Habana Colombia llegó a su punto más alto en el área de cultivos ilícitos.

La Oficina de Naciones Unidas, que mide el área sembrada de coca en Colombia cada año, estimó que el año pasado esos cultivos estuvieron en 169 mil hectáreas.

La Casa Blanca estimó en 245 mil hectáreas el área cultivada de coca en 2020.

Las disidencias de las FARC lideradas por Iván Márquez, firmante del Acuerdo de Paz, hoy protegidas por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, son uno de los grandes carteles de la droga en la actualidad

Londoño, quien fuera el último jefe de las Farc y ahora preside el partido político que surgió del proceso -Comunes- deploró el asesinato de cientos de excombatientes.

Hay mucha expectativa en el debate electoral en marcha que pondrá un nuevo presidente en la Casa de Nariño el próximo año, alrededor del papel que su gobierno cumplirá en torno a la implementación plena del acuerdo de La Habana.