La vida de Julián Mulato Escobar cambió en cuestión de minutos. Un arrebato de furia lo llevó a coger una roca y lanzarla contra un articulado de Transmilenio. La repudiable acción quedó registrada en video. Su rostro se convirtió en el símbolo de la anarquía que se produjo por cuenta de una serie de manifestaciones que el sistema de transporte bogotano soportó en febrero del 2016.Las imágenes se propagaron por todas las redes sociales. La presión fue tal, que Mulato Escobar decidió presentarse ante las autoridades. Pero, paradójicamente, no aceptó cargos ante el juez de garantías y fue remitido a la cárcel La Modelo. El atacante habló con La FM para explicar las razones que lo llevaron a cometer los actos vandálicos.Mulato atribuyó su reacción a una especie de invasión de fuerzas sobrenaturales. "Me dio una rabia así repentina. No sé. Yo lo puedo decir así, espiritualmente, yo creo que fue un demonio que se me metió, que me hizo hacer eso, porque yo soy una persona honrada y en el amor de Cristo yo quiero a las personas".Pero la Fiscalía no tiene tanta fe en la versión sobrenatural de Mulato. El ente acusador le imputó cargos por perturbación en servicio de transporte público, colectivo u oficial en concurso homogéneo y sucesivo. Ese arrebato, por el cual ofrece excusas una y otra vez, puede costarle hasta ocho años de cárcel.En su momento, el hombre se convirtió en la primera persona judicializada por estos hechos. De las 73 personas capturadas por la jornada de protestas del miércoles en El Tintal (67 hombres y 6 mujeres), sólo a 11 se les abrió proceso por perturbación en servicio de transporte público.En el caso de las 50 personas que fueron detenidas por los desmanes que se presentaron en tres estaciones de Transmilenio de la autopista Sur, en Soacha, todas fueron dejadas en libertad. Según la Fiscalía, “no tenían pruebas claras que apunten a la responsabilidad de los capturados en las protestas que dejaron graves daños en los sectores de León XIII, Terreros y San Mateo”.