Su ubicación estratégica como eje conector entre el Aeropuerto El Dorado y el centro de la capital, entre otras razones, hizo que empresarios y urbanistas fijaran sus ojos en la calle 26. Los proyectos que se desarrollan muestran una nueva faceta de Bogotá con grandes centros empresariales, vastas extensiones de espacio público, zonas culturales, parques y edificios de vivienda. Aunque todavía faltan años para verla terminada, a la avenida El Dorado ya se le han invertido cerca de 12 billones de pesos en sus casi 15 kilómetros de extensión. Sus virtudes son innegables. En pocas capitales del mundo se puede llegar desde el aeropuerto hasta los centros de poder en solo 15 minutos y por tan poca plata (entre dos y 15 dólares). Como afirma Carmenza Saldías, experta en desarrollo de ciudades, “su desarrollo ayuda a la compactación, a la densificación con buen urbanismo y a la renovación de la zona industrial”. El crecimiento del sector tiene una razón de ser. La 26 atrae inversionistas porque aún tiene grandes espacios sin construir verticalmente. Sus precios son competitivos, pese a la valorización de la zona: el proyecto Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo, por ejemplo, empezó hace dos años vendiendo el metro cuadrado a 6.300.000 pesos y hoy puede estar cerca a 9.000.000. Ese incremento está por debajo de planes de características similares en el norte de la ciudad, donde se vende el metro cuadrado a 13 millones. La idea a corto plazo, según explica Gustavo de la Torre, gerente comercial de la constructora de la Ciudad Empresarial, es “desarrollar clústeres y hacer que se reúnan en la zona por la cercanía con quienes hacen negocios”. Estas ventajas han hecho que grandes firmas trasladen sus oficinas al lado y lado de la vía como Avianca, Argos, Unilever, Une, la Cámara Colombiana de Infraestructura, Terranum, SabMiller, GlaxoSmithKline, Colciencias y la Agencia Nacional de Hidrocarburos, entre otras. Estas se suman a las ya tradicionales Casa Editorial El Tiempo, Carvajal, Legis, 3M, Praco-Didacol y Mercedes-Benz. Nadie quiere escatimar recursos. Se habla de cifras que, por precio y extensión, no son comunes en Colombia. Uno de sus proyectos distintivos es el ya mencionado de Sarmiento Angulo, que se construye con un costo de 2,2 billones de pesos. En total se espera levantar 17 torres de oficinas y 19.000 metros cuadrados de área comercial. Estaría listo en 2022. No se queda atrás Connecta, de Terranum, del que hace parte el Grupo Santo Domingo. Allí se levantan 219.000 metros cuadrados de oficinas y 11.000 de locales comerciales. Este proyecto tendrá 35 torres y se entregará en 2020 con un costo aproximado de 1,1 billones de pesos. Sin embargo, el plan más grande es la renovación del Centro Administrativo Nacional, CAN, donde se demolerán sus 87 hectáreas para construir cerca de 120 edificios –40 de estos para 70 entidades estatales–, unas 8.000 viviendas, oficinas y espacios comerciales. Su diseño es de Rem Koolhaas, especialista holandés en proyectos de gran escala. La obra costaría 8 billones de pesos y se haría en 30 años. La obra está frenada mientras se define el futuro del Plan de Ordenamiento Territorial del alcalde Gustavo Petro, que prevé que este terreno no solo sea de uso oficial. Ante esto, se oyen críticas como la de Saldías, quien considera que “el escaso suelo institucional no se debe sacrificar para construir viviendas y comercio”. Pero Andrés Escobar, gerente de la Empresa Virgilio Barco, encargada del plan, dice que se justifica la renovación: “En la zona se ha generado una trasformación ilegal y desorganizada de los entornos. Por eso se quiere hacer algo diferente, que sea autosuficiente y ordenado”. Y esta transformación será aún más atractiva pues Corferias invertirá 500.000 millones de pesos durante los próximos tres años para expandirse. Actualmente está construyendo Ágora Bogotá, un nuevo centro de convenciones. Y se planea construir un hotel, duplicar su capacidad de parqueaderos y renovar el espacio público de la zona. Las cadenas hoteleras no se quedan atrás. Sobre este eje, por su cercanía al aeropuerto y al centro, hay 89 hoteles (con ocupación del 60,07 por ciento) entre los que se destacan Marriot, InterContinental, Holiday Inn, Aloft y Movich. Y, próximamente, abrirán el Courtyard Marriot, el Grand Hyatt y el City Express, de origen mexicano, con una inversión de 50.000 millones de pesos. El comercio también se fija en este espacio. La cadena estadounidense PriceSmart acaba de abrir un hipermercado en la 26 con Boyacá con una inversión de 52.000 millones de pesos. Se suma a otros complejos comerciales como el centro comercial Gran Estación, Homecenter Constructor y Metro. Otra bondad de la arteria, además de las vías de acceso como la avenida Ciudad de Cali, la Boyacá, la 68 o la NQS, es la cobertura de transporte público. La troncal de TransMilenio que la recorre puede mover hasta 60.000 personas por hora (actualmente transporta 36.000) y también es una forma fácil para conectarse con otros sectores de la capital. Además tiene 55 rutas que a diario mueven 664 buses tradicionales. El Sistema Integrado de Transporte Público, SITP, por su parte, aporta 17 rutas y 159 buses. Sin embargo, “a esta avenida le falta un sistema de bicicletas públicas que aproveche los 13, 9 kilómetros de ciclorrutas que tiene”, dice William Camargo, director del IDU, quien concuerda con el experto Ricardo Montezuma, que considera que falta un proyecto de humanización integral que piense en el peatón: “Es paradójico que con todos estos proyectos la 26 siga siendo un lugar inhóspito”. La idea es que en un futuro próximo la avenida se convierta en ejemplo de urbanismo con zonas de múltiples usos para que sus habitantes y usuarios tengan todo a la mano y minimicen sus desplazamientos. De esta manera se pensaron, por ejemplo, los proyectos del CAN, la Ciudad Empresarial, Connecta, Estación Central y Corferias. En este nuevo concepto se le da especial importancia a la cultura y al espacio público. En varios planes se propone un espacio para presentaciones y construir por lo menos dos museos. Y en el de Sarmiento Angulo se inaugurará, en 2017, un arts performing center con capacidad para 1.400 personas. También se programa, dentro del plan de renovación del CAN, construir amplias zonas verdes, como un parque en forma de arco de 1,6 kilómetros de largo que conectará al Simón Bolívar, principal pulmón de la ciudad, con la Universidad Nacional. Tendrá ciclorrutas, senderos peatonales y sitios recreativos que incentiven a la gente a caminar o a usar bicicleta. El proyecto del Parque del Bicentenario, por su parte, enlaza los costados norte y sur de la 26 a través de unas escalinatas con árboles y vegetación. Se entregará en agosto de 2015. Además de crear pulmones verdes para la ciudad, los proyectos tienen diseño sostenible: la mayoría de los edificios se están haciendo bajo los parámetros Leed, es decir, que cumplen con mínimos energéticos y medioambientales. Por último, el aeropuerto El Dorado, el símbolo de esta transformación, en el que ya se invirtieron 2 billones, prevé un Plan Maestro que costaría 6,5 billones. En este se contempla, entre otras adecuaciones, alargar la pista norte de 3.800 a 4.700 metros y terminar una nueva torre de control que funcionaría desde diciembre de 2015. Otros objetivos son reubicar a la base militar Catam en Madrid, Cundinamarca, y renovar el Puente Aéreo. Además, la Aerocivil adelanta un estudio sobre la posible intervención de barrios aledaños como Engativá y Fontibón. Así, con estos números, con estas obras y con estos planes, la avenida El Dorado se consolida como la más importante y valiosa del país.