Federico Gutiérrez escribió un duro trino sobre la administración del alcalde Daniel Quintero. En su publicación, el alcalde electo aseguró: “Lo que ocurre en la administración, o mejor, desadministración de Medellín, es un desastre absoluto”.
Y entregó cuatro ejemplos:
“1. Desde hoy no se pueden movilizar vehículos o máquinas de bomberos en Medellín porque no tienen Soat.
2. Desde ayer los colegios públicos de Medellín se quedaron sin internet.
3. No pagaron quincena ayer a dos mil funcionarios de Metrosalud.
4. Hay huelga en Hospital General de Medellín. Esta es la muestra de la negligencia, corrupción e irresponsabilidad de quienes mal ‘gobernaron’ a Medellín durante estos cuatro años”.
Y agregó: “La pregunta es muy sencilla: ¿dónde está la plata? Vamos a arreglarlo todo y llevaremos a nuestra ciudad a un siguiente nivel”.
El pasado 29 de octubre, Federico Gutiérrez arrasó en las elecciones regionales. El líder político conquistó a los paisas con un discurso anti-Petro y anti-Quintero. Durante la campaña mostró serios reparos por el rumbo que está tomando el país en manos de Gustavo Petro y criticó la gestión que adelantó Daniel Quintero en la capital de Antioquia.
En las plazas se le escuchó decir reiteradamente: “Desde lo local es que vamos a recuperar al país, tenemos gran responsabilidad. Yo estoy convencido de que el país no va por buen camino. Vamos a recuperar la ciudad de lo que hicieron los que la mal gobiernan”.
El debate generó fuertes confrontaciones entre los competidores, sobre todo del exalcalde Quintero, quien renunció a la administración para hacerle contrapeso por medio de Juan Carlos Upegui, primo de su esposa y candidato del Partido Independientes.
Gutiérrez prometió reforzar la educación, seguridad, tecnología, deporte e infancia. Aunque su objetivo próximo es analizar con lupa los recursos y contratos para descartar cualquier hecho de corrupción en el distrito, lo que llamó una “auditoría forense”.
Fico se presentó en el tarjetón con el aval del Partido Creemos. Sin embargo, recibió el respaldo de partidos tradicionales de derecha, como el Centro Democrático. El mismo Álvaro Uribe se tomó las calles de la ciudad para promocionar su nombre.
La llegada a la política
Fico tiene 48 años, es ingeniero civil, especialista en alta gerencia y amante del deporte. Inició su carrera política en el Concejo de Medellín en 2003, se lanzó por primera vez a la Alcaldía en 2011 y perdió con 120 mil votos; en 2015 ganó con 246.632.
Llegó al centro administrativo de La Alpujarra en 2016. Allí se enfrentó a los combos delincuenciales y asumió la contingencia que amenazó el desarrollo de Hidroituango, el proyecto que pretende entregarle al país el 17 % de la demanda de energía.
También enfrentó una dura crisis. Su secretario de Seguridad, Gustavo Alberto Villegas, fue señalado por la Fiscalía de ser presunto colaborador de un grupo ilegal mientras lideraba la dependencia que los atacaba. Aunque Gutiérrez desmiente estos hechos.
Gutiérrez salió de la Alcaldía con una popularidad cercana al 79 % y se preparó durante varios meses para presentarse a la elección presidencial de 2022 en una alianza con exmandatarios locales, sumando más de cinco millones de votos.
El principal electorado lo concentró en Antioquia y no le valió para pasar a la segunda vuelta: fue derrotado por Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Finalmente, invitó a votar por este último, que también perdió cuando se midió al líder de izquierda.
Tras un año del Gobierno Petro, Federico se postuló para “recuperar al país desde las regiones”, haciendo alusión a los problemas que habrían llegado con el nuevo mandatario y a la realidad que enfrentaba Medellín: “Corrupción, abandono, inseguridad”, citó.
La campaña fue violenta, según la Misión de Observación Electoral. Al otro lado tuvo a competidores que no le perdonaron ninguna y levantaron cientos de polémicas. Fico denunció supuestas interferencias en el electorado y se conoció de un supuesto plan para matarlo.
El discurso y la confianza que sembró en el pasado lo llevaron nuevamente a la Alcaldía. Gutiérrez tendrá como reto la seguridad, cuyos índices negativos inquietan a la población, y el desarrollo de Hidroituango que ya tiene dos de las siete turbinas en operación comercial.
Desde antes de posesionarse, el nuevo mandatario ya advirtió que recibe la administración hecha un desastre.