Los vientos cruzados que llegaron a la Aerocivil luego de que una investigación de SEMANA reveló escandalosos y costosos hechos de corrupción y hasta alianzas oscuras para, presuntamente, facilitar el tránsito de avionetas cargadas con coca, no han dado tregua. Con la denuncia cambiaron al director, salió Francisco Ospina y llegó Sergio París, pero la corrupción seguiría rampante.
SEMANA revela un delicado informe que anticipa, según los funcionarios, cómo las irregularidades denunciadas durante meses, y que se soñaban superadas con los cambios en la Aerocivil, continuaron en la cara de quienes se atrevieron a denunciar la manera como más de 100.000 millones de pesos en recursos públicos se gastaron en equipos, repuestos y suministros que no eran necesarios, por una razón obvia, ya estaban en las bodegas y los inventarios de la entidad.
Lo más grave es que la llegada del director París se dio con la promesa de “limpiar la casa”, pero, según se ha logrado establecer, fue justamente a su despacho al que llegó el voluminoso informe con la denuncia que ahora revela SEMANA y sobre la cual no se tomaron medidas. Durmió el sueño de los justos.
Los encargados de hacer veeduría a la nueva dirección de la Aerocivil se atreven a decir que nada cambió. Los millonarios contratos se siguen firmando y ahora con detalles que, en criterio de los denunciantes, deben sumarse a la investigación que ya adelanta la Fiscalía y que fue abierta luego de que se destapara la caja de pandora de la corrupción en la entidad. “Hasta los contratistas le diseñan a la Aerocivil los procesos para millonarios contratos”, advierten los funcionarios.
El informe
Con fecha del 6 de febrero de 2023, un documento firmado por el entonces director encargado de la Dirección de Telecomunicaciones de la Aerocivil, Luis Fernando Cuéllar, se convierte en la prueba, en criterio de algunos funcionarios de la entidad, de cómo los cambios no garantizan transparencia y no siempre “una escoba nueva barre bien”.
El informe del funcionario fue remitido a Sergio París, director de la Aerocivil, y allí se detallan varios procesos contractuales que no son claros, o por lo menos coherentes, con las necesidades de la entidad, principalmente en el área de las comunicaciones, que para la seguridad aérea resulta de vital importancia.
Las advertencias que quedaron plasmadas en el documento incluyen aspectos técnicos que para el funcionario no tienen explicación “ni coherencia”: se trata de millonarios contratos para la compra de productos que no son compatibles con los sistemas de comunicación o que se adquieren para complementar otros que están fuera de servicio.
En la página siete del informe, el director encargado de las comunicaciones en la Aerocivil le hace una revelación a su jefe, Sergio París. Advirtió que en un proceso para la compra de equipos de comunicación en Barranquilla, por más de 10.000 millones de pesos, encontraron un detalle con implicaciones legales.
Descubrieron que la persona encargada de diseñar y desarrollar el proceso contractual, que se supone está exclusivamente en poder de la Aerocivil, es, al parecer, un empleado de la empresa que está como única proponente del proceso. Con fotos y evidencias, el director encargado de comunicaciones redactó en el informe las irregularidades. “Tengo conocimiento de que hay un ingeniero llamado Rodríguez Walter, de conocimiento por algunos funcionarios de la Dirección de Comunicaciones y algunos funcionarios de los grupos de soporte regionales aeronáuticas, donde se han instalado equipos de radio Rhode & Schwars”, señala el informe.
En otras palabras, de acuerdo con los propios funcionarios de la Aerocivil, la entidad abrió un proceso contractual que dispone de millonarios recursos para equipos de comunicación que no son compatibles con los sistemas, y quienes diseñaron o estructuraron el proceso resultaron ser los mismos contratistas.
“Se trata de pliegos tipo sastre, que el contratista le diga a la Aerocivil cómo deben publicar el proceso, cuáles son las necesidades y qué debe incluir la eventual licitación, claramente es un delito que debe investigar la Fiscalía”, señalaron los funcionarios de la Aerocivil, que advirtieron a SEMANA de qué forma la dinámica de contratación en la entidad sobrevivió al escándalo.
El informe no solo advierte de las eventuales irregularidades en la construcción de los procesos contractuales, sino del riesgo que implica adquirir una tecnología que no es compatible con los equipos que actualmente tiene la Aerocivil. El director encargado de las comunicaciones lo dejó estampado en el documento como constancia y, sin saberlo, como despedida de su cargo.
Una vez el informe llegó al despacho de Sergio París, director de la Aerocivil, pasaron unos días y el encargado de firmarlo fue echado de su puesto. El documento con las advertencias, que confirmaron las denuncias de los sindicatos, le costó el cargo a Luis Fernando Cuéllar en la Dirección de Telecomunicaciones de la entidad.
“Estos cuatro procesos del grupo de comunicaciones de la Dirección de Telecomunicaciones, de acuerdo con mis observaciones preliminares, no proceden bajo las condiciones indicadas, su levantamiento”, finaliza el documento sobre el cual se le consultó a la Aerocivil, pero nunca hubo una respuesta.
Los riesgos
El documento que conoció SEMANA, y que según los funcionarios de la Aerocivil es una prueba clara de las denuncias que durante meses expusieron a diferentes entidades de control, se acompañó de una serie de informes que radicaron los coordinadores regionales para advertir las deficiencias en varios equipos de comunicación, como las consolas de las torres de control.
“Los sistemas CWP, último recurso en la sala de radar y torre de control, se encuentran mal configurados, no transmiten y tienen recepción, esto se detectó a raíz de la capacitación en Barranquilla”, se lee en los informes en los que advierten que las consolas ni siquiera se sostienen en los puestos de trabajo. En los documentos adjuntos, los coordinadores hacen un recorrido por diferentes aeropuertos del país y detallan las dificultades en materia de comunicación. En Rionegro, por ejemplo, las consolas no transmiten, ni tienen recepción.
En Montería y Quibdó están por caerse al suelo; en Medellín, la telefonía IP no funciona y en Carepa, Antioquia, el aeropuerto Los Cedros tiene su sistema “fuera de servicio”. Estos reportes se convierten en los elementos que componen el informe final que llegó al despacho del director de la Aerocivil y que, según los funcionarios de la entidad, hasta la fecha no ha tenido respuesta, más allá de apartar de su cargo a quien advirtió y trató de atajar la posible corrupción.