Una demanda presentada por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y la inacción del director de la CAR, Alfred Ballesteros, frenaron la ampliación de la avenida Boyacá, en el norte de Bogotá, con el argumento de que, supuestamente, tendría gran impacto ambiental.
Sin embargo, sorprendió que los expertos han coincidido en que, como se proyectaba la obra, era responsable con el medio ambiente y ayudaba a la movilidad de los bogotanos.
Una de las que respaldó esa posición fue la bióloga y rectora de la Universidad EAN, Brigitte Baptiste, quien acompañó el reclamo del alcalde Carlos Fernando Galán al Gobierno.
“Toda la razón, Carlos Fernando Galán, en defender proyección de avenida Boyacá con todas las inversiones ambientales en reserva Van der Hammen. Infraestructura con efecto positivo para biodiversidad y la gente. ¡No se justifican más retrasos!”, aseguró.
Galán tuvo que salir a reclamar luego de que el Gobierno lograra frenar la importante obra. “Otra intromisión más del Gobierno nacional en asuntos que deben ser definidos por Bogotá y que, por cierto, la ciudad ya definió”, aseguró el mandatario local.
Según Galán, con esta demanda, el Gobierno estaría haciendo todo lo posible para evitar que se avance en las obras estratégicas de movilidad que se busca desarrollar en la ciudad, que se sabe tiene serios problemas de tránsito.
“Lo he dicho en varios escenarios: el Gobierno nacional quiere impedir por cualquier medio la ampliación de la avenida Boyacá. Este proyecto hace parte del desarrollo organizado con las compensaciones ambientales necesarias que requiere la ciudad”, reclamó Galán.
Además de la ampliación de la avenida Boyacá, el Gobierno ha buscado frenar otras obras como el metro elevado.
Otro de los que reclamó e hizo la denuncia fue el concejal de Bogotá Daniel Briceño. Según ha dicho Briceño, el impacto ambiental se vería recompensado porque, a pesar de que el Gobierno ha dicho que se tocaría la reserva Thomas van der Hammen, lo cierto es que de las 1.395 hectáreas que tiene ese ecosistema, para hacer la extensión de la avenida Boyacá se necesitaría de 20 hectáreas, además de que uno de los compromisos es compensar 120 hectáreas más.
Ese mismo argumento fue respaldado por Baptiste. “No se construye sobre la reserva: para eso se sustraen las 20 hectáreas e incorporan 60 como compensación y se invierten millones en manejo. La avenida se hace con todos los juguetes y gana la biodiversidad y la gente”, aseguró la bióloga.
Briceño tiene la teoría de que más allá del tema ambiental, lo que pretende el Gobierno nacional es una agenda política en la capital para frenar las obras en Bogotá para que no avance y poder gobernarla de nuevo.
“Petro es enemigo de Bogotá: hundió la ampliación de la autopista Norte. Paralizó la extensión de la avenida Boyacá. No cumplió con los recursos para el transporte público. Tiene paralizada la PTAR Canoas. Ataca el Metro de Bogotá. Paralizó el San Juan de Dios. ¡Politiquero!”, reclamó el cabildante de la capital.
La obra ya fue frenada. Se trataba de la ampliación de la avenida Boyacá hasta la calle 235 con el objetivo de descongestionar las salidas y entradas del norte de la capital, ya que solo se cuenta con la carrera séptima y la autopista Norte, que tampoco se pudo ampliar por incidencia del Gobierno.
Otro de los que reclamó por frenar la obra fue el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa. “Cada vez que estén en un trancón al norte de Bogotá, no olviden que Gustavo Petro y Claudia López bloquearon la ALO y la avenida Boyacá. La reserva forestal Thomas van der Hammen es muy especial en el mundo, pues es la única reserva forestal que no tiene árboles, sino en el 1,3 % de su área, que es toda privada, pues solo tiene invernaderos, cultivos y barrios, y son predios privados a los que no se puede ir”, aseguró Peñalosa.