Las imágenes de Sergio Fajardo, Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán y Jorge Enrique Robledo, montados en TransMilenio, confirmaron que algunos políticos solo usan el sistema cuando buscan votos. Al tiempo, ratificaron que la campaña presidencial de 2022 ya arrancó y sus protagonistas parecen no temerle a la pandemia. En calles, plazas y buses pululan políticos. Algunos escenarios, como los de Gustavo Petro, han lucido atiborrados de gente. Otros, como los de la Coalición de la Esperanza, se ven escuálidos, con escasos seguidores.

En Barranquilla, Petro concentró recientemente a más de 8.000 espectadores que aplaudieron su discurso en plaza pública, el primero después del encierro por la covid-19. Él, en una tarima en forma de P, por la inicial de su apellido, agitó las barras y habló de un pacto con Jesucristo, un contundente mensaje en contrapeso al exrector de los Andes Alejandro Gaviria, declarado ateo. El líder de la Colombia Humana ha jugado a mostrar grandeza. El 2 de octubre también concentró a su fanaticada en el parque Lourdes, en Bogotá, y demostró que, además de la costa, tiene fuerza en la capital del país, la plaza política por excelencia.

La Coalición de la Esperanza en TransMilenio | Foto: NO

El distanciamiento y, en algunos casos, el uso del tapabocas quedaron atrás. La mayoría de los jóvenes gritó apenas salió Petro a la tarima. Nadie advirtió el riesgo de las aglomeraciones y el coronavirus. La historia se repitió seis días después en el parque Olaya Herrera, en Pereira, aunque con menos asistencia. “El fantasma de la covid y de una campaña digital quedó en eso: fantasma”, aseguró Carlos Suárez, CEO de la firma Estrategia y Poder.

Las quejas por las masivas concentraciones de Petro no se han hecho esperar. Hasta al Consejo Nacional Electoral ha llegado el inconformismo de otros partidos políticos porque estiman que el líder de la Colombia Humana, pese a las restricciones, se está saltando la ley y haciendo política antes de inscribirse como candidato. Hasta el próximo 29 de enero, según la ley, los precandidatos podrán empezar la campaña en firme.

La estrategia de Petro es demostrar, con las plazas llenas, que es el favorito como lo revelan las encuestas. Y lo ha logrado. La Coalición de la Esperanza, a la que pertenece Sergio Fajardo, no parece tener la misma fuerza. Además del antioqueño, Robledo, Galán y Cristo optaron por recorrer parques, universidades y algunos establecimientos comerciales de algunas ciudades. En Bogotá planearon una concentración en la plazoleta del Rosario, pero la asistencia fue más bien poca.

En Ibagué, Villavicencio y Barranquilla el escenario fue igual, pese a que estuvieron en las plazas de mercado y algunos montaron en bicicleta. En el malecón de la capital del Atlántico, Fajardo pedaleó en una de sus giras y despertó la críticas de Armando Benedetti, fiel seguidor de Petro. “Parecen un par de adolescentes en un campo de verano, vienen a Barranquilla a montar en bicicleta, en el norte, a caminatas sobre el malecón y parchan con los jóvenes en la misma zona. Son programas de verano de los dos, en los estratos 5 y 6, y en una soledad increíble”, le dijo Benedetti a SEMANA.

Sergio Fajardo en campaña en Barranquilla | Foto: NO

Él también se refería a Alejandro Gaviria, un precandidato que, pese a la campaña de expectativa, está desinflado y no marca más de 3 % en las encuestas. Inició sus recorridos en Bogotá y pocos electores le siguieron el paso. En sus visitas al Eje Cafetero, Cali, Boyacá, entre otras regiones, también ha reinado la ausencia de público. Gaviria visitó una galería y se tomó una fotografía comiendo en un establecimiento humilde que despertó más de una crítica y recreó más de un meme. “Un buen pescado el de doña Basilia en la galería La Alameda en Cali”, dijo.

Alejandro Gaviria recorrió varios departamentos para revisar la deforestación en el país. | Foto: Prensa Alejandro Gaviria

La pandemia por la covid-19 no ha limitado los viajes de los precandidatos presidenciales. Gaviria, por ejemplo, recorrió recientemente Chiribiquete y Cerro Azul, en Guaviare, uno de los destinos selváticos que más le apasionan y que son parte, según confesó, del logotipo de su campaña. La estrategia con los recorridos es que el rostro del académico sea conocido más allá de Bogotá y Medellín.

En la misma línea andan el expresidente de Ecopetrol Juan Carlos Echeverry y el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez. Para ninguno de los dos, la pandemia y el encierro han sido obstáculo.

Echeverry recorrió gran parte de la Costa. Lo hizo solo, sin mayor aspaviento. ‘Fico’, por su parte, ya le ha dado una vuelta a Colombia. Amazonas, donde empieza el país, según él, fue uno de sus primeros destinos. Se fotografió con los micos, uno de los principales atractivos de Leticia, y terminaron sacudiéndole el cabello y haciéndole pasar un buen rato.

Por su parte, Enrique Peñalosa ha estado en diferentes regiones, en bicicleta, en canchas de tejo, haciendo rafting y hablando sobre urbanismo y cómo sacar adelante las ciudades.

Más allá de la covid, la mayoría de los precandidatos prefiere esperar a inscribir sus nombres para empezar a movilizar a la ciudadanía. Ante el auge de aspiraciones independientes, alejadas de los partidos políticos tradicionales, casi todos, a excepción de Petro, están recogiendo firmas, un proceso que ha resultado engorroso.

Cada aspirante, según la Registraduría, deberá recoger 580.620 firmas, una cifra alta si se tiene en cuenta que hay ciudadanos aún con temor al coronavirus que prefieren huirle a un lapicero, a tener contacto con personas desconocidas o a las hojas de registros de las firmas, como lo informó el precandidato al senado Rafael Martínez, de Fuerza Ciudadana. Ese movimiento, del gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, le atribuye a la pandemia el principal problema a la hora de recoger los respaldos.

Incluso, su dirigencia le pide a la Registraduría que habilite las firmas electrónicas, pues no es un secreto que la recolección no fluye como debiera entre algunos de los 97 movimientos ciudadanos que se inscribieron ante la Registraduría para buscar apoyos y competir por listas a la Cámara y Senado en 2022.

El precandidato Alejandro Gaviria, por ejemplo, cuenta con el respaldo del Partido Liberal, cuya estructura le ayuda a recoger firmas. Echeverry, Peñalosa y Federico Gutiérrez tienen a ciudadanos en las regiones. El exalcalde de Medellín, por ejemplo, les pidió a sus seguidores que impriman los formularios, apoyen recogiendo firmas y envíen las hojas en físico a la campaña. Pero, adicional al coronavirus, las campañas se han dado cuenta de que en esta ocasión la ciudadanía está más escéptica y no firma las planillas fácilmente, como ocurría hace algunos años. Hay apatía. Hacer una campaña política en medio de la pandemia es un verdadero desafío.