Las cosas comenzaron a decantarse en la derecha colombiana. A pocos días de que se venzan los plazos legales, y tras un largo y polémico cruce epistolar entre las partes, los protagonistas de la contienda electoral que están en esta orilla ideológica comenzaron a tener nuevamente coincidencias.La intención siempre ha sido revivir la exitosa alianza que en octubre de 2016 se impuso con el No en el plebiscito por la paz, pero las diferencias de mecánica electoral oscurecieron el panorama y se llegó a pensar, incluso, que esta unión política podría fracasar. Lo que buscan es que haya un candidato único que los represente en la primera vuelta (27 de mayo), pero quienes están en esa puja no querían ceder posiciones.Parece que en las últimas 24 horas todo cambió. El candidato del Centro Democrático, Iván Duque, dialogó largamente con el exprocurador Alejandro Ordóñez (avalado por firmas) con el fin de destrabar la renacida coalición. Por supuesto, esto tuvo la anuencia del expresidente y senador Álvaro Uribe, quien apoya al primero pero que no quiere dejar perder el potencial del segundo.Puede leer: La última jugada de la derecha en la búsqueda de una alianza por el poderUribe es el mayor elector de Colombia y sin duda será el senador más votado en las congresionales del 11 de marzo, por lo que su peso político es una carta con la que Duque quiere jugar en la consulta interpartidista de ese día. Y siente, además, que el apoyo partidista del Centro Democrático le puede dar aún mayor fuerza. Por eso, siempre ha impulsado la viabilidad de este mecanismo.Y Ordóñez, a su turno, siente que al haber recogido 2,2 millones de firmas para avalar su candidatura, y que la Registraduría le haya avalado poco más de 866.000 de ellas, le dan la fuerza suficiente para disputar en las urnas la candidatura única de la derecha. Y, con la anuencia de sus directivas, también le ha coqueteado al Partido Conservador -que aún no define a quién apoyar- para que las bases más tradicionales lo apoyen en la consulta.Incluso, dio una dura pelea con Marta Lucía Ramírez -la otra aspirante a ser la candidata de la derecha- y con su principal mentor, el expresidente Andrés Pastrana, para no dejarse sacar a "gorretazos" de la conformación de esta coalición. Ordóñez hizo saber que si sus oponentes finalmente lo excluían, se iría solo con sus firmas hasta primera vuelta, pero Duque y Uribe no querían dejarlo ir.En ese contexto fue que -vía telefónica y por separado- Ordóñez, Duque y Uribe hablaron en la noche de este martes por varios minutos y finalmente acordaron impulsar la consulta en marzo y por el camino terminar de definir una agenda programática conjunta para impulsar.Le recomendamos: La palabra que empeñó Uribe con la coalición de derecha"Hablé largamente con ellos y me manifestaron que el procedimiento sería la consulta", confirmó este miércoles el exprocurador, quien, además, enfatizó que "he invitado al Partido Conservador para que participé en esa consulta y que me apoye".Esto, en plata blanca, se traduce en que dos de tres aspirantes a ser candidato único de la derecha ya tienen acuerdo. Ahora solo falta que Marta Lucía Ramírez, quien también expresó hace poco que podría aceptar este mecanismo, se defina. "Aspiro a que haga parte de la consulta", fue el mensaje que le envió Ordóñez.Además, en las últimas horas, el expresidente Pastrana le envió una carta a Uribe -con quien lidera esta coalición del No- informando que sentía que era hora de dar un paso al costado y dejar en manos de los candidatos la decisión final del mecanismo. Se supo que el exmandatario y senador acogió su mensaje.Esta consulta, independiente de si Ramírez decide o no participar, definirá a un candidato de derecha -que contará con el apoyo de Uribe, algo clave en materia electoral- y quien pierda será la fórmula vicepresidencial. Es por eso que es clave la respuesta que dé la única mujer aspirante de esta coalición.En contexto: Duque, Ordóñez y Marta Lucía, la coalición de derecha tropiezaAhora el balón está en la cancha de Marta Lucía Ramírez, quien tiene la última palabra en torno a si participará o no en este proceso, pero es muy probable que sí lo haga. Si esto se termina de cocinar, sin duda será una fórmula con mucho peso para la primera vuelta presidencial. Solo falta que le bajen el tono a los egos.