“La izquierda unida jamás será vencida”. Es un adagio que se viene escuchando desde hace décadas en la política, pero en Colombia nunca ha podido comprobarse. Y no por los triunfos o fracasos en las urnas, sino precisamente porque en el país la unión de la izquierda parece un sueño (para muchos) difícil de hacer realidad. Se aproximan las elecciones del 2018, una nueva oportunidad para que la izquierda y los sectores independientes se unan para derrotar a quienes históricamente se han repartido el poder en el país. Y a medida que crecen los alcances del escándalo de Odebrecht, que parece ser la gota que rebosó la paciencia ante la corrupción política, crecen las posibilidades de que algún representante de este sector del espectro se clasifique a la segunda vuelta de las presidenciales, pero solo en caso de que las diferentes opciones se unan en un solo proyecto.Sin embargo, lo que se puede identificar como izquierda y centro izquierda es más diverso y heterogéneo, y ahora tendrá la influencia de las desmovilizadas FARC, que las posibilidades de que todos posen en la misma foto no se advierten cercanas. "Más fácil cuadrar 12 micos para una foto", dicen los escépticos. Le recomendamos: Fajardo, Claudia y Robledo, así va la alianza independienteEl pasado viernes, el Centro Cultural Gabriel García Márquez, en el centro de Bogotá, parecía ser el lugar para poner la primera piedra de una eventual coalición. ‘Seamos uno para que seamos todos’, era un debate organizado por un dirigente que ha pasado gran parte de su vida tratando de unir a la izquierda, el exsenador Luis Carlos Avellaneda, quien fuera del Polo, y expresidente de la Alianza Verde. El propósito reunir a los representantes de todas las corrientes de la izquierda política del país, y que tendrían aspiraciones presidenciales.Piedad Córdoba, Gustavo Petro, Jorge Robledo, Clara López, Antonio Navarro, Claudia López y Sergio Fajardo, pero de todos ellos que, para rematar aparecían con foto en la invitación, solo hicieron presencia Clara, Navarro y Petro, y Claudia López por Skype. De Sergio Fajardo mostraron un video de una cátedra de hace unos meses, que indispuso a más de uno en el auditorio.Y lo más curioso es que ninguno de los tres exponentes que acogieron la invitación de Avellaneda se quedó para escuchar, siquiera por unos minutos, la presentación del siguiente expositor. Argumentos divididos Clara López obtuvo caso dos millones de votos en la primera vuelta de las presidenciales del 2014, y a pesar de ser una de las mayores votaciones de izquierda de la historia (debajo de Carlos Gaviria en el 2006), representa al actual gobierno, del que hace parte como ministra de Trabajo. Por ende, la implementación de la paz, considera, debe ser el principio de cualquier alianza. Por eso no es de sorprender que sus discursos públicos (no puede participar en política), se concentren en mostrar las bondades de un país sin conflicto. “En esa etapa, la de sustitución de cultivos, estamos hablando de 40 municipios en los que está operando el programa y ya arrancó el desminado. Ocho municipios están libres de minas antipersona”, eran sus principales cifras.Para el senador Antonio Navarro (Alianza Verde) la izquierda debe unirse con los movimientos sociales y académicos para ir a una consulta popular y elegir un candidato. “En el 2018 debemos buscar seriamente la victoria electoral. Creo que hay una inconformidad muy grande en el país”. Pero la denominación de “izquierda”, quizás, es la más que genera temor, por lo que Navarro prefiere denominar “coalición alternativa”. “En esa consulta tiene que ver más allá de esa izquierda tradicional, pues simplemente hacemos lo que siempre hemos hecho: dejamos constancia histórica y no ganamos”. Puede leer: Claudia López y Álvaro Uribe: la batalla por las firmasSu respuesta dice más y muchos interpretan que esa izquierda tradicional a la que se refiere es donde se puede identificar a Piedad Córdoba, de quien se dice que tendría simpatía en los desmovilizados de las FARC que quieran hacer política, y también la de Gustavo Petro, quien se fue del Polo dejando muchas heridas entre sus militantes. Navarro quiere marcar distancia, no solo con Piedad, con Petro de quien fuera su secretario de gobierno, pero del que se aburrió a penas en el primer año en la Alcaldía de Bogotá. Claudia López comparte la tesis de Navarro. En su intervención vía Skype dejó claro que la idea es que los partidos de izquierda-izquierda hagan su rancho a parte para que el centro-izquierda pueda estar libre en la campaña electoral. Blanco es: tampoco quiere a los que representan esa línea fuerte de izquierda que identifica a Piedad.Petro, el antiestablecimiento Gustavo Petro, a pesar de su controvertido paso por la Alcaldía de Bogotá, será uno de los candidatos en la primera vuelta. No discriminó a izquierda y derecha. Se despachó contra todos y esa frase, la del antiestablecimiento, la dijo el mismo exalcalde en su presentación. Aceptó que es su característica. Primero hizo énfasis en que fue él uno de los fundadores del Partido Alianza Verde. Es más, el nombre se lo deben, dijo, y cuando todo marchaba bien Mockus lo despachó por darle cabida a Peñalosa. Pero, paradójicamente, se presentó como el más conciliador. Para él una alianza con todos los sectores de izquierda, incluyendo los más complejos como el de Jorge Robledo “es difícil, pero no imposible”.Por eso invitó a que todos esos sectores se pongan de acuerdo con un programa de gobierno sólido para “cambiar la manera de vivir que no es grata para los colombianos”, agregó.Y frente a la tesis de Claudia López, de que los de izquierda-izquierda deben estar aparte, respondió que es “carreta”.Piedad, Robledo y Fajardo, los ausentesPiedad Córdoba no asistió a este primer encuentro exploratorio porque ya tenía otro compromiso en una universidad en Bogotá. No era precisamente un ambiente favorable, pues entre los invitados había sectores que siempre han querido marcar diferencia.Le puede interesar: Sergio Fajardo y sus aspiraciones para el 2018Y el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, estaba en Londres en una de sus habituales cátedras. Sin embargo, líderes que conocen muy bien a los dirigentes invitados confirmaron que Fajardo no quiere ver a la exsenadora ni en pintura.Robledo no confirmó la invitación, pero es más que obvio que no sentiría bien con algunos de los que aparecían en el mismo boletín de invitación, empezando por Clara López y Gustavo Petro.Otro dicho del refranero paisa dice que desde el desayuno se sabrá cómo será el almuerzo. Y si al primer encuentro exploratorio entre izquierda e independientes algunos ni llegaron, y todos ni se escucharon, no alimenta el optimismo para quienes sueñan con que la izquierda llegue unida a unas elecciones. De momento, parece una misión imposible.