Hace pocos días, se llevó a cabo ante la JEP la diligencia de versión voluntaria que rindió Elí Mejía Mendoza, más conocido como Martín Sombra, quien fue comandante de las Farc.

La citación de la justicia transicional se dio en el marco del caso relacionado con reclutamiento de menores. Allí lanzó duras críticas contra miembros del exsecretariado de las Farc, ahora congresistas de Comunes como Rodrigo Londoño, a quien Martín Sombra no dudó en calificar como ladrón. A Catatumbo lo califica como un hombre que se entregó al licor pero dijo que tenía buena oratoria.

“Fui el que cuidé toda la plata. Fueron 6.000 canecas de 600 millones de pesos, pa que Timo lo sepa. Él no sabía donde estaba el tesoro de las Farc, ¿por qué? porque los altos nunca confiaron en ellos. Ellos fueron ladrones, ellos robaron en los frentes y hay que decírselo de frente”, fueron sus palabras.

Martín Sombra fue claro en advertir que el asesinato de los excomandantes de las Farc como Jesús Santrich y alias El Paisa fue un acto cometido por Jorge Eliécer Jiménez, Jerónimo Aljure, jefe de un grupo de disidencias de las Farc.

“Él estaba muy dolido por lo que había hablado el Paisa, Óscar, por lo que había hablado Romaña, por lo que había hablado Santrich. Él sale y se arma y comienza a darles. Él mata al Paisa, mata a Romaña, mata a Santrich, para que ustedes lo sepan. Él fue el que los mató y eso es bueno que quede claro ya que estamos diciendo la verdad, eso ustedes no lo sabían”, sostuvo Mejía ante la JEP.

Cabe recordar que Seuxis Paucias Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich, murió en mayo de 2022. A esta conclusión llegó la Corte del Distrito Sur de los Estados Unidos tras revisar información sobre el excomandante de la guerrilla de las Farc y fundador de la denominada Nueva Marquetalia, quien tenía un proceso pendiente por delitos relacionados con el narcotráfico.

En el documento de dos páginas se manifiesta que en marzo de 2020 se envió toda la documentación que hacía referencia a una conspiración narcoterrorista, conspiración para importar cocaína y posesión y conspiración de elementos destructivos, hecho por el cual lo habían pedido en extradición. Sin embargo, la evidencia permitió concluir que “alrededor de mayo de 2022, antes de esta aprehensión, mientras este caso aún estaba pendiente, el acusado muere”.

“Martín Sombra” fue más allá y dijo que muchas mujeres que eran reclutadas vivían “dando nalga” a los guerrilleros.

“Donde sea le digo: mira, usted mantenía hablémoslo vulgarmente dándole nalga a todos los guerrilleros. Esas chinas llega el guerrillero y eso lo persiguen como las muchachas con la Policía y el Ejército. Todas esas campesinas son así, no es que yo esté evadiendo ni nada de eso”, dijo.

Las últimas imágenes de Santrich con vida fueron divulgadas por él mismo, a través de un chat de Telegram. Aparecía en varios videos vestido de camuflado, siempre armado de fusil, sonriente y sarcástico ante sus fechorías.

SEMANA fue el primer medio en divulgar fotos de cómo vivía y operaba en Venezuela, en campamentos con carpas azules, rudimentarios, rodeados de vegetación. Incluso a su servicio tenía una avioneta para movilizar cargamentos de droga. A Santrich se le vio a bordo de una camioneta negra, de platón, con placa venezolana, acompañado de su círculo de seguridad.

El jefe guerrillero vivía confiado en Venezuela y, en ciertas ocasiones, se reunía con Márquez; por su parte, Romaña ha sido desde el principio la retaguardia del jefe de la Marquetalia, y el Paisa ha estado encargado de entrar y salir a territorio colombiano desde Venezuela, liderando grandes operaciones de narcotráfico, fuera de la compra de explosivos y armas.

Se había convertido en la mano derecha de Márquez para traficar cocaína en alianza con militares venezolanos. Desde su escondite en Venezuela, se dedicó a amenazar de muerte al presidente Iván Duque y a periodistas.

¿Cómo murió?

La tranquilidad de Santrich se vio alterada el pasado 17 de mayo, cuando murió en una violenta emboscada mientras se movilizaba en una camioneta por una trocha en territorio venezolano. Ese día, el vehículo fue atacado por hombres fuertemente armados con fusiles, granadas y otros explosivos a tal punto que ni él ni sus seis escoltas tuvieron tiempo de reaccionar. Todo ocurrió en pocos segundos. La camioneta quedó destrozada y sus siete ocupantes murieron al instante.

La fuente venezolana le dijo a SEMANA que, días atrás, Santrich se había salvado de caer en otro ataque del mismo comando enemigo. En ese momento, cuando estaban listos para ingresar a su campamento, una llamada que recibió en su celular lo obligó a salir intempestivamente del sitio y frustró la operación en su contra. Esta habría sido la razón para que dicho comando armado cambiara de planes y decidiera emboscarlo en medio de uno de sus desplazamientos en un punto venezolano, cercano a la frontera con Colombia. El ataque fue de alta precisión y comprueba que a Santrich le seguían los pasos milimétricamente desde hace tiempo.

Cuando Santrich y sus escoltas estaban ya sin vida, los atacantes se acercaron al cadáver del exjefe de las Farc y le tomaron unas fotografías para probar que efectivamente estaba muerto y habían cumplido el objetivo. Desde que se conoció la noticia de Santrich, la opinión pública reclamaba una evidencia para comprobar esa muerte. Hoy dicha prueba ha salido a la luz. Ninguna autoridad ha identificado a los autores materiales de estos hechos. Lo cierto es que, tan pronto dieron muerte a Santrich y a su gente, los integrantes del comando desaparecieron con rapidez del lugar sin dejar ningún rastro.