El consulado de Colombia en Miami fue el recinto donde se cumplió, a lo largo de tres días, una cita temida por muchos importantes políticos de Bogotá. Miguel, Manuel y Guido Nule narraron con detalles y documentos en mano cómo operó el cartel de la contratación y quiénes están implicados, y además entregaron un voluminoso compendio de pruebas que fueron acumulando para blindarse en caso de tener problemas, como efectivamente ocurrió. La extensa diligencia empezó con una frase contundente de Guido Nule: "Nos creíamos los dueños del mundo", admitió para significar el inmenso poder que su grupo alcanzó como contratista del Estado. Luego, los tres Nule, acompañados por su abogado Daniel Largacha, admitieron que cometieron delitos para hacerse a jugosos contratos pagando coimas y comenzaron a confesar minuciosamente múltiples episodios que respaldaron con pruebas documentales, nombres y señas que, palabras más palabras menos, revelan los intríngulis del llamado carrusel de la contratación del que hicieron parte. Según narraron, para tener la posibilidad real de ganar algunos de los codiciados contratos del Distrito se reunieron con el senador Iván Moreno, hermano del alcalde mayor Samuel Moreno, y con Álvaro Dávila, un polémico abogado reconocido por su cercanía a la casa Moreno. En esas reuniones se habrían pactado millonarias comisiones y los términos para que las futuras licitaciones de varias obras exigieran características específicas que solo una de sus empresas lograra cumplir. Por ejemplo, en el multimillonario contrato para TransMilenio por la calle 26 se acordó que la empresa ganadora debía contar con una tradición patrimonial superior en 1,5 por ciento al valor del contrato a adjudicar. Una de las dudas que genera la declaración es que no se entiende cómo, si fue Luis Eduardo Garzón quien adjudicó la Fase III de TransMilenio un día antes de terminar su gobierno y en contra del nuevo alcalde, Samuel Moreno, por qué los Nule habrían pagado coimas a los Moreno y al nuevo gobierno distrital y no a los funcionarios de la administración Garzón que adjudicaron las obras.Los Nule declararon que su compromiso era pagar coimas con los anticipos desembolsados por el Distrito. Para ello suscribieron "comisiones de éxito", que consistían en que los anticipos de las obras se ejecutarían a través de empresas subcontratistas que ofrecían servicios de asesoría, que no eran más que trámites de papel. Lo que realmente ocurría es que estos subcontratistas tomaban el dinero y lo repartían entre "los Moreno y el jefe de la entidad responsable de la obra y el contralor Miguel Ángel Moralesrussi". Las empresas subcontratistas que se habrían prestado para esquilmar los recursos públicos son múltiples y, según ellos, varias pertenecen al empresario Julio Gómez. Para verificar la irregularidad, dijeron, basta revisar el compendio de contratos por asesoría que se celebraron con estas y así confirmar que son solo papeles. Explicaron que muchos de los contratos amañados se hicieron con el IDU y mencionaron reiteradamente el nombre de Liliana Pardo, ex directora de esa entidad. También señalaron como beneficiario de comisiones a Inocencio Meléndez Julio, subdirector jurídico de la misma entidad. Según explicaron, en general el monto de las comisiones correspondía al 6 y 2 por ciento del contrato. "Seis para los Moreno y dos para el Contralor", aseguraron. El relato de los Nule comprometió a 16 funcionarios del IDU que resultan salpicados. Explicaron que los acuerdos con estos se cocinaron en el Hotel del Parque, en el centro de Bogotá, que fue una especie de sede paralela del IDU desde 2008.Los empresarios tomaron varias horas de la diligencia judicial para explicar delicados detalles del contrato de TransMilenio por la 26. Pero también confesaron que obtuvieron los contratos 071 y 072 de la malla vial para la capital de la República gracias a las comisiones. Y no solo eso. Las interventorías a estos dos contratos también quedaron en sus manos, con lo que lograron una carambola, pues no solo se apropiaron de los recursos de estas interventorías, sino que estaban seguros de que nadie denunciaría irregularidades, pues ellos mismo se vigilaban.En otro momento de la diligencia, los Nule explicaron que para blindarse de suspicacias y garantizar la buena imagen de su firma empresarial compraron a varios periodistas radiales.La prueba reina para demostrar que todo lo confesado es verdad apareció al tercer día de la diligencia, cuando los Nule les entregaron a las autoridades grabaciones "contundentes". Se trata del registro auditivo de tres reuniones. Explicaron que la primera recoge una reunión del senador Iván Moreno con el abogado Álvaro Dávila y Mauricio Galofre, administrador de una de las empresas de los Nule, y allí se les escucha hablando de contratos del Distrito. En la segunda grabación están las voces de Miguel Nule hablando con Inocencio Meléndez Julio, jurídico del IDU, y Mauricio Galofre. En esta se habla de la plata de las comisiones destinadas para Iván Moreno y Liliana Pardo. El tercer audio se trata de una escandalosa conversación entre el representante Germán Olano y Miguel Nule. Un aparte de este documento fue revelado por Caracol Radio hace varias semanas. Sin embargo, la charla se extiende por cerca de hora y media.Aunque no hicieron un señalamiento directo contra el alcalde Samuel Moreno, Guido Nule contó que un día se reunió con el abogado Dávila y el contralor Miguel Ángel Moralesrussi, en el despacho de este, y que durante el encuentro el Contralor atendió una llamada del Alcalde, quien pidió presionar "a esos muchachos para que paguen". A partir de entonces, Guido concluyó que el alcalde Moreno tenía conocimiento de las irregularidades. Sobre el ex ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego aseguraron que influyó para que las obras de la 26 y la Ruta del Sol fueran adjudicadas a dedo. Para sustentar todas las acusaciones, los Nule aportaron, además de las grabaciones, tres voluminosas carpetas AZ con cerca de 4.000 folios entre contratos, cheques, escrituras, títulos y agendas. Pero además se comprometen a ser testigos de cargo durante el proceso, para señalar en juicio a quienes fueron sus cómplices.Al final de la diligencia, el abogado Daniel Largacha precisó que el compendio documental aportado por sus clientes tiene relación "únicamente con el Distrito Capital". Al concluir la diligencia, el fiscal delegado ante la Corte Suprema, Luis Alfonso Triana, tomó un vuelo de retorno a Bogotá.Le corresponderá ahora a la nueva fiscal general, Viviane Morales, quien se posesiona en la segunda semana de enero, evaluar si lo dicho y aportado por los Nule es verídico y les otorga el principio de oportunidad, que en la práctica significa rebaja de la pena, o si todo es un engaño. En caso de que el testimonio y las pruebas de los Nule resulten verídicos, la nueva Fiscal tendrá además que examinar si sus irregularidades se extendieron más allá del Distrito Capital.