SEMANA: La Paz Total ha avanzado en el Congreso rápidamente. Sin embargo, hay algunos puntos que han generado enorme preocupación. El principal fue el mico de indultar a la primera línea. ¿Qué pasó ahí?
Carlos Edward Osorio: El país lo vio. La semana pasada querían aprobar a todo taco el tema. Estaba incluido en el proyecto de paz total. Ahí estaban los artículos que querían generar una impunidad terrible en los ciudadanos de la llamada “primera línea”. Yo tomé la palabra y solicité la suspensión de la sesión.
S: ¿Por qué lo hizo?
C.E.O: Porque me pareció que había prácticas cuestionables. Radicaron una ponencia y al día siguiente nos quieren coger a mansalva a discutirla. Entonces, le solicitamos al presidente de la cámara que suspendiera el proyecto de Paz Total. La revelación de este artículo para la primera línea coincidió con que tuvieron lugar los incidentes de indígenas de Bogotá. Eso terminó de darnos la razón sobre las prevenciones del indulto. Los hechos ocurridos y la voz que elevaron columnistas y expertos llevaron al gobierno nacional a retirar los artículos. El gobierno, en esta oportunidad, no insistió en su aprobación.
S: Usted dijo que era un proyecto zombi.
C.E.O: Sí. Mucho cuidado porque la culebra sigue viva. Es cierto que se retiraron los artículos. Porque la protesta no es para atentar contra la sociedad civil, contra los establecimientos de comercio. No se puede hacer un uso arbitrario de esta figura. Pero también había una razón jurídica que yo expuse.
S: ¿Cuál razón?
C.E.O: El indulto era inconstitucional por vicios de forma. Hay dos principios en la aprobación de las leyes: el de consecutividad y el de identidad flexible. Significa que un tema debe desde el primer momento ser objeto de discusión y este indulto, fue introducido al final.
S: ¿Por qué dice que la culebra sigue viva?
C.E.O: La culebra sigue viva porque esta semana unos congresistas presentaron un proyecto de ley para lograr el indulto en la primera línea. Así, se supera este vicio de forma y el tema puede ser debatido y aprobado.
S: No es el único tema que usted ha alertado sobre la Paz Total. ¿Qué más inconveniente?
C.E.O: Hay algo que quisiera decir antes de entrar a los temas puntuales. Nosotros desde la oposición siempre reclamamos espacios para debatir. Ha hecho carrera una costumbre, que es una mala costumbre y es que cuando las proposiciones no tienen el aval del gobierno, entonces las discuten en bloque. Ahí se dispersa la discusión. Desde el punto de vista el proyecto en particular, también quiero aclarar que lo que se debate realmente es la prórroga de una ley que existe desde 1997, la 418, conocida como de orden público. Gustavo Petro no es el primero en usar las herramientas de esa ley. Cada cuatro años, los gobiernos hacen lo que corresponde para extender esas facultades. Colombia en el pasado reciente ha transitado por procesos de Paz que más allá de los amigos y de los detractores han dejado algunas experiencias.
S: ¿Qué temas le parecen preocupantes hoy?
C.E.O: Una de las proposiciones que hicimos tenía que ver con matizar las facultades que la ley le da al presidente. ¿Para qué? Para que el primer mandatario tenga un espacio amplio, pero no absoluto. No para que haga lo que le venga en nada. Si no los congresistas, estaríamos pintados en la pared.
S: ¿A qué se refiere específicamente?
C.E.O: Al artículo 5, que es el corazón del proyecto. Lo que propusimos fue limitar las atribuciones dadas al Gobierno a la hora de firmar acuerdos. El inciso 4 del artículo 5 del proyecto de ley, otorgó una patente de corso. Una facultad omnímoda y prácticamente sin límite para negociar conforme a la imagen y semejanza de lo que considere el gobierno. La expresión literal que se usó fue: “…. Los acuerdos y su contenido serán los que a juicio del Gobierno...”
S: ¿Y qué proponía usted?
C.E.O: Apelando al marco jurídico vigente, lo que propusimos fue adoptar los lineamientos establecidos en la Ley 1908 de 2018 en materia de sometimiento. Vale decir, fue una Ley sancionada por el Presidente Santos cuando el hoy Ministro del Interior era secretario privado. En ella se instaba para que quienes pretendieran acogerse a determinados beneficios como producto de los acuerdos, se comprometieran a unos mínimos como son: 1) Dar información para desarticular otros grupos violentos; 2) Entregar bienes que serían objeto de extinción de dominio; 3) Indemnizar a las víctimas: 4) Revelar rutas de narcotráfico y lugares donde estarían los narco cultivos. El gobierno no avaló esta proposición y la plenaria de la cámara, cual notario que toma nota de lo dicho por el Gobierno, procedió a rechazar de plano la propuesta, sin pronunciarse sobre la misma.
S: ¿En qué va la eliminación del servicio militar?
C.E.O: La propuesta del gobierno habla de eliminar el servicio militar obligatorio y sustituirlo como un servicio social. Eso suena muy bonito, pero la realidad es que eso no se elimina a la carrera. La propuesta tiene un costo y un impacto fiscal. En el senado se sometió a consideración este artículo y el Senado no lo aprobó. La votación fue pareja, pero se aprobó la proposición de eliminar este artículo, presentada por mis compañeros del Centro Democrático. Esa misma propuesta llegó a la Cámara de Representantes. Y allí sí pasó. Entonces viene la conciliación. Allí, ambos escenarios son posibles. Puede pasar o puede caerse.
S: ¿Y la de incluir a Iván Márquez en la Paz Total?
C.E.O: En Senado, Humberto de la Calle planteó una proposición muy interesante, en el sentido que las personas que habían suscrito los procesos de paz anteriores y habían desertado no podrían ser beneficiarios de este nuevo proceso. Esa propuesta en Senado fue derrotada. Nosotros en Cámara pretendimos revivirla. Se dio la discusión. Si nosotros dejamos esa puerta tan amplia a personas que abandonan el proceso, estamos dándole un mal mensaje a personas que firmen ahora. Les estamos diciendo que pueden volver a retomar las armas y en seis años hacer otro acuerdo. La paz total así nunca llegará.