Hoy, el Polo Democrático Alternativo no es el partido que alguna vez representó a la izquierda del país. El senador Alexander López desistió de su candidatura y en la colectividad quedaron huérfanos ante la falta de representación. Algunos proponen que Francia Márquez tome esas banderas, pero hasta ahora no hay consenso.
¿Cómo fue la decadencia del Polo Democrático, que pasó de ser el partido más importante de la izquierda a lo que es hoy? ¿Qué pasó con figuras como Carlos Gaviria, Lucho Garzón, Jorge Robledo, Clara López y Gustavo Petro, quienes fueron parte fundamental de la colectividad? En últimas, la radiografía del Polo es el contexto de lo que es la izquierda en el país.
En 1998, cuando las Farc aún eran un brazo armado de la izquierda política en Colombia, y se adelantaban las negociaciones en el Caguán, nació un movimiento que buscó diferenciarse de esa estructura violenta, pero que también representaba esa ideología de izquierda.
Allí confluyeron varios integrantes del M-19 que años atrás habían dejado las armas. El proyecto fracasó en el año 2001, el mismo en el que Al Qaeda derrumbó las Torres Gemelas, un hecho que importa porque desde entonces la rebelión se catalogó como terrorismo.
Se acercaban las elecciones presidenciales y un grupo conformado por sindicalistas, exguerrilleros, comunistas y líderes de esa corriente arrancó con lo que hoy es el Polo, aunque en ese entonces se llamaban Frente Social y Político (FSP). Lideraron figuras como Luis Eduardo Garzón, entonces presidente de la CUT; Carlos Gaviria; el periodista Alfredo Molano; el sociólogo Orlando Fals Borda; Gloria Cuartas, entre otros políticos relevantes del sector y de la época como Lorenzo Muelas, un líder indígena que participó en la Constituyente del 91, entre otros varios más.
La guerrilla era el mayor temor a combatir. Desde el FSP lo sabían y por eso buscaron desmarcarse de esa estructura armada, aunque no era una tarea fácil. Lucho Garzón se lanzó a la Presidencia en 2002, pero el discurso de la seguridad democrática y combatir con contundencia a las Farc impuso al expresidente Álvaro Uribe. Garzón quedó en el tercer lugar con 680.245 votos, detrás de Horacio Serpa, que traía el caudal electoral de su candidatura en 1998.
Luego del buen resultado de la izquierda en las elecciones se conformó el Polo Democrático Independiente (PDI), en el que confluyeron casi todas las fuerzas de la izquierda en Colombia. En ese entonces se integró el representante a la Cámara Gustavo Petro, que era uno de los líderes de Vía Alterna, un movimiento que surgió del M-19.
La tesis del castrochavismo siempre ha estado a la sombra de este espectro y, curiosamente, uno de los movimientos que impulsó a Chávez a la Presidencia en Venezuela fue el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar.
La plataforma del PDI le sirvió a Lucho Garzón para llegar a la Alcaldía de Bogotá en 2003. Allí estuvieron figuras como Antonio Navarro Wolf y Carlos Ramón González (hoy copresidentes de la Alianza Verde) y que venían de estar con Petro desde antes. Poco a poco fueron entrando varias fuerzas y movimientos, entre ellas la Anapo, con la que se integraron los hermanos Moreno.
Unos años después, y luego de la llegada de todos estos grupos minoritarios, Navarro —que representaba al Polo— y Gaviria —que se había alejado y jugaba con el Alternativa Democrática— compitieron en una consulta que impuso al académico. De esa alianza surgió el Polo Democrático Alternativo con el que se buscó hacerle frente a la reelección de Uribe en 2006. Se trató de la más alta votación que hasta el momento había tenido la izquierda en el país, quedando en el segundo lugar con 2‘613.157 votos.
El Polo aún no contaba con personería jurídica, pero la alcaldía de Lucho en Bogotá y la buena votación de Gaviria en las presidenciales generó entusiasmo para consolidar ese proyecto. Pero como en toda colectividad, empezaron los roces y las críticas porque Garzón había mantenido parte de la gestión de Enrique Peñalosa y Antanas Mockus en Bogotá, y por eso terminó relegado.
A la par fueron llegando nuevos movimientos y líderes de izquierda, entre ellos el Moir, liderado por el senador Jorge Enrique Robledo. Así se consolidó lo que se consolidó el Polo Democrático Alternativo.
Cuando parecía que cogían fuerza empezaron los desastres. Samuel Moreno llegó a la Alcaldía de Bogotá en 2007, pero no fue hasta 2010 cuando estalló el escándalo del Carrusel de la Contratación en la capital. En 2011 Moreno fue destituido y López, quien era su secretaria de Gobierno, tomó las riendas de la ciudad para culminar la desastrosa administración.
En 2010 Petro se había lanzado por primera vez a la Presidencia con ese logo. Su fórmula vicepresidencial fue Clara López y lograron una votación de 1‘331.267. Sin embargo, el escándalo en Bogotá hizo que varios buscaran hacer tolda aparte, entre ellos el mismo Petro, quien se fue del partido y decidió aspirar a la alcaldía de la capital con su movimiento Progresistas.
Allá llegaron varios del Polo, como Navarro, quien terminó siendo su secretario de Gobierno —aunque luego renunció— y Carlos Ramón González. Para las elecciones de 2014, Clara López, que había sido nombrada presidenta de la colectividad, se lanzó a la Presidencia quedando en el cuarto lugar con 1‘958.518 votos.
En medio de todas las tormentas, uno de los que se mantuvo y se destacó salvando a la colectividad fue Robledo, quien desde el Congreso ha hecho una carrera de denuncia y oposición que lo ha puesto como uno de los senadores más votados y reconocidos del país. Esa representatividad la mantuvo durante varios años y el Moir que él representa se convirtió en una de las fuerzas más importantes dentro del Polo Democrático.
Eso llevó a que Robledo se impusiera en 2018 como el candidato de la colectividad. El senador tomó la decisión de aliarse con Claudia López de la Alianza Verde y Sergio Fajardo para conformar lo que denominaron la Coalición Colombia. A pesar de que se habló inicialmente de una consulta, finalmente terminaron por ceder y apoyar a Fajardo, pensando que podía ganarle a Petro y al candidato del uribismo, el presidente Iván Duque. Lo demás es historia.
El hecho importa porque la apuesta de Robledo no gustó mucho al interior del Polo. En realidad, muchas de las bases comulgaban más con el proyecto de Gustavo Petro y varios terminaron apoyando a la Colombia Humana. Para ese entonces, la rivalidad entre Petro y Robledo ya era conocida y, aunque el logo amarillo estaba en la alianza de la centro izquierda, muchos de los votos del partido se vieron reflejados en el ala petrista.
Tras ese episodio, y entendiendo que el Polo no podía repetir la historia, el año pasado se dio la escisión de la que surgió Dignidad y con la que se fue Robledo junto a sus militantes del Moir. Con él se marcharon varios liderazgos y una gran fuerza que tenía el partido. A pesar de que la colectividad ya estaba más alineada a la izquierda en términos ideológicos, lo cierto es que habían perdido fuerza electoral.
A eso se sumaron las denuncias de acoso sexual y laboral contra el concejal de Bogotá Álvaro Argote conocidas en abril, quien entonces presidía el partido pero tuvo que dar un paso al costado.
Con ese panorama, la figura más representativa del partido terminó siendo Iván Cepeda, pero —al igual que el expresidente Uribe— el mediático judicial entre ambos le ha pasado factura al senador en sus aspiraciones políticas.
Fue así como el Polo decidió apostarle a Alexander López para estas elecciones. Sin embargo, el senador desistió de su aspiración en los últimos días y el partido se quedó sin candidato propio.
A pesar de que no se han dado las versiones oficiales del porqué de la decisión, al interior de la colectividad se habla de que López no quería sufrir un desgaste y que, en últimas, su verdadero objetivo siempre fue volver al Congreso. El senador vallecaucano es consciente, al igual que muchos en el Pacto Histórico, que Petro terminará siendo quien arrase con los demás en marzo del próximo año.
Algunos líderes del Polo como el senador Wilson Arias han sondeado darle el aval a Francia Márquez, sin embargo, todo se definirá el próximo 4 de diciembre cuando se lleve a cabo el Quinto Congreso del Polo. Y esa es la pelea actual.
Internamente, todos están buscando ganar representatividad en ese proceso, con el fin de poner la mayor cantidad de delegados dentro del partido; esto significará mayor representatividad y por lo tanto mayor poder en la toma de decisiones. Ese día también se espera que haya una nueva resignificación de la colectividad con la que se busque corregir el rumbo y enderezar el camino.
Pero el Polo no solo tiene problemas para las presidenciales. En las listas al Congreso el tema no es menor. Ya perdieron el pulso con los petristas al establecer que la lista será cerrada. Querían que fuera abierta porque así consideran que tienen más posibilidades de obtener una curul, mientras que con este modelo dependerá del orden en el que queden en la lista.
Por ahora quieren repetir Cepeda, López, Arias y está en duda Alberto Castilla. En el fondo, la izquierda, a pesar del Pacto Histórico, está fracturada y el Polo que hace unos años fue el partido más importante de la izquierda hoy busca cómo sobrevivir.