Cuando los nubarrones aparecían en una campaña que acababa de sufrir una sorpresiva y estruendosa derrota, el presidente candidato Juan Manuel Santos echó mano a una jugada política que pocos esperaban: llamar al expresidente César Gaviria para que asumiera "absolutamente todo” al interior de la campaña. Santos había sido derrotado por Óscar Iván Zuluaga, dirigente caldense con el que compartió gabinete en el segundo gobierno de Álvaro Uribe. Más allá de sus virtudes como candidato, el triunfo en la primera vuelta se le adjudicó indirectamente al expresidente Uribe y a la imagen que aún proyecta en los ciudadanos. No en vano Uribe ha sido el principal elector del país desde que se contó en la presidencia del 2002. Ganó la reelección en el 2006 con más de 7 millones de votos y ganó las del 2010 con Juan Manuel Santos, el candidato que impulsó, quien sacó más de nueve millones. Tras la sorpresiva derrota, Santos, de puertas para adentro, se mostró muy inconforme con lo sucedido en la primera vuelta, en la que fue derrotado por cerca de 500.000 votos. En una decisión que a la postre fue definitiva, llamó al expresidente Gaviria que dictaba una conferencia en Lima y sin mediar más de un minuto de la conversación le dijo " venga y trabajemos juntos esta campaña". Gaviria asumió tan solo 24 horas después de la primera vuelta. De inmediato cambió la agencia de publicidad, impuso ‘la paz o la guerra’ como agenda principal de la estrategia, habló con todas las fuerzas políticas pasando por Gerlein, Petro y Clara Lopez, y cada uno de los dirigentes del país, cohesionó fuerzas y salió a "cascarle a Uribe, a ver si el otro le salía al ruedo, pero jamás le apareció pese a la cantidad de cosas que le dijo" comentó uno de los consultores de la campaña. Los días de campaña arreciaron y junto a sus equipos de consultores Santos y Gaviria lograron la sinergia necesaria para transmitir al interior de la campaña y volver creíble su mensaje ante el país que observó cómo Santos cambió el eslogan de “hemos hecho mucho” por el de “con paz haremos más”, que se repitió una y otra vez en la televisión y en cada una de los actos de la campaña en todo el país. Santos y Gaviria trazaron la estrategia a aplicar por cada una de las partes de la campaña, pues aunque no faltaron los problemas, el talante de ambos líderes logró apaciguar los ánimos y por el contrario revivirlos y trabajar las 24 horas del día en llamadas a los presidentes de juntas de acción comunal hasta visitar a la tía de ‘Zurriaga’, que varios periodistas fueron a investigar si era un fraude, y resultó siendo una señora enamorada de las ideas de Santos. "A esa señora, apenas ganemos o perdamos, le regalamos esa casa, hagamos una colecta y le cumplimos ese sueño" comentó el expresidente Gaviria. Estrategia regional Una de las primeras 'órdenes' de Gaviria fue asignar a líderes de la política cada uno de los departamentos para que asumiera las riendas de la campaña en la región. Con lista en mano, incluido hasta a su propio hijo Simón, que se encargó de organizar las elecciones en medio país, mientras Santos recorría el país, el exsecretario de la OEA llamaba a preguntar por los presidentes de juntas comunales, concejales, artistas, comuneros, trabajadores, gente del común, con un sólo lema, "con paz haremos más". Gaviria armó un verdadero búnker en la sede alterna de la campaña Santos , allí sugirió, ordenó, trabajó las 24 horas para imponer una agenda junto a Santos para llegar a vaticinar, "nos ganaron 1-0 en el primer tiempo , en el segundo los vamos a golear con la paz para este país". El expresidente, quien le hizo la más dura oposición al gobierno de Álvaro Uribe, como jefe del Partido Liberal, ahora fue el estratega que consiguió la primera derrota que sufrió Uribe en una elecciones presidenciales desde el 2002.