El próximo 14 de noviembre se cumple un año de la desaparición del soldado profesional Polidoro Calderón, quien cruzando la trocha entre el municipio de Villa del Rosario (Norte de Santander) y San Antonio del Táchira (Venezuela) fue presuntamente secuestrado por la Guerrilla Bolivariana del país vecino. Su familia e hijos, destrozados por no saber nada del uniformado desde el año pasado, le piden al Gobierno nacional acción para conocer su paradero.
En medio de su desespero, Cindy Carolina Correa Garcés, esposa de Calderón, le envió una carta al Gobierno nacional para que, aprovechando el restablecimiento de relaciones con Venezuela, se avance en el rescate del soldado. En ella, cuenta que su esposo es una víctima directa del conflicto armado, dado que se encuentra en estado de discapacidad por lesiones en el marco de sus funciones.
“Es una persona discapacitada que ha sido víctima del conflicto armado en múltiples ocasiones. Primero fue herido en la espalda por arma de fuego en una operación contra las Farc en el sur de Bolívar en el año 2013. Cuando llevaba 16 años de servicios, en el año 2018 solicitó traslado para el batallón Maza en Cúcuta con el fin de quedar cerca a su familia. Dos meses después de que llegara, conformaron el batallón de combate terrestre #8 y lo asignaron a esa unidad. En desarrollo de operaciones militares, el 1 de mayo de 2019 cayó en un campo minado, resultando herido y con fracturas en los huesos de su pierna izquierda, lo que le dificulta caminar actualmente”, narró la esposa del desaparecido en la misiva, conocida por SEMANA.
Luego, Calderón, trasladado a Cúcuta de forma permanente, fue impactado por la onda explosiva de un carro bomba colocado por las disidencias de las Farc en el cantón militar. Después de ese último incidente, a menos de seis meses de su retiro asistido, desapareció.
Para poder conocer el estado de su familiar, Cindy, junto a otros miembros de la familia, llevaron a cabo una marcha en Cúcuta. A pesar de sus esfuerzos, no lograron llamar la atención de las entidades competentes para ayudarlos.
Ahora, por medio de la carta, buscan que el presidente realice gestiones con la Cancillería colombiana y el Gobierno de Venezuela para obtener información, una prueba de vida y la pronta liberación de Calderón.
A pesar del pedido de la familia, el caso fue trasladado al Ejército Nacional por competencia. La institución puede hacer poco por el soldado desaparecido, ya que este se encontraría en territorio venezolano y por fuera de su jurisdicción.
SEMANA habló con familiares del soldado Calderón, cuya última esperanza es que el país conozca su historia y que el Gobierno actúe para dar con su paradero.
“Hacemos el llamado urgente al Gobierno nacional y al Ministerio de Defensa para que, por medio de las relaciones de Cancillería, establezcan contacto con el Gobierno de Venezuela para buscar el contacto con el grupo armado que lo tiene para que lo liberen”, dijo Gregorio Calderón, primo del soldado desaparecido, a este medio.
Contó también que, desde el siguiente día de su desaparición, Correa y la hermana del soldado, Nora Calderón, fueron hasta territorio venezolano para conocer más sobre el secuestro de su familiar. Sin embargo, la Guerrilla Bolivariana negó tenerlo. Luego de que ambas insistieran, miembros del grupo criminal les dijeron que no las querían ver más y que, si lo tenían, le iban a “respetar la vida”.
“Después estuvieron investigando en San Antonio, ya que Polidoro tiene una casa ahí. Estuvieron investigando sobre él y entendimos que muy posiblemente tenían intenciones de liberarlo. ¿Por qué? Porque un sargento, secuestrado por el mismo grupo, lo tuvieron unos siete meses, hicieron averiguaciones y lo entregaron a la guardia de Venezuela”, explicó.
Incluso, para verificar si se trataba de un secuestro extorsivo, ofrecieron dinero a la Guerrilla Bolivariana. Esto no dio resultado, dado que la guerrilla siguió negando haberlo secuestrado. Sin embargo, los indicios hacen que la familia esté segura de que efectivamente está cautivo en Venezuela.
Además, asegura que toda la familia, especialmente los hijos de Polidoro, sufren el dolor de tener a un familiar desaparecido.
“Muy difícil. Si es una situación muy dura para toda la familia y especialmente sus hijos, que no logran entender lo que le pasó a su padre y por qué no aparece. Precisamente, en enero, cuando hicimos la marcha en Cúcuta, pedimos la atención psicológica para los niños y la esposa, para ayudarlos a entender y a sobrellevar esta situación. También pidiendo que les reconocieran parte del sueldo para su sustento. Hasta ahora, el mes de septiembre, les pagaron la mitad del sueldo. Casi un año después”, manifestó el familiar.
A pesar de todos los esfuerzos, no se conoce más que un testimonio de otra persona que estuvo secuestrada por la Guerrilla Bolivariana y que fue liberado hace cerca de cuatro meses: “Mencionó que lo había visto allá y que estaba muy mal, muy afectado y acabado”.
Nora Calderón, hermana del soldado desaparecido, resalta el sentimiento de tristeza e incertidumbre que siente la familia. Además, cuenta la forma en la que se manifiesta la tristeza de sus sobrinos, hijos de Polidoro.
“Los más afectados somos los hermanos y los hijos. Prefiero no ir a visitarlos. Una vez que fui, que teníamos una cita en la casa de ellos con unos militares del batallón, la niña empieza con esa alegría, pensando que el papá había llegado. Cuando miró que no estaba el papá, se puso a llorar. Prefiero no ir porque ella piensa que uno le lleva buenas noticias”, narró Calderón.
Además, como hermana, “el dolor es fuerte para uno. Mi hermano es de los menores, era para mí como un hijo”.
La familia espera que el Gobierno nacional preste atención a la solicitud, dado que es la última esperanza para lograr saber de Polidoro Calderón. Hasta ahora, el caso sigue varado en manos del Ejército, que no puede actuar en territorio venezolano. Desean que, con la noticia del restablecimiento de relaciones entre ambos países, el soldado esté más cerca de poder volver a casa con sus seres queridos.