Carolina Hernández tiene una hija de 20 meses. La bebé padece leucemia y sus papás han hecho todo lo posible por ella, aunque la dificultad de tener a su pequeña pasando por un cáncer a tan temprana edad ha sido desgarrador.
La niña entró en un tratamiento de varias etapas hace un tiempo y se compone por varios medicamentos. Faltándole unas pocas dosis para terminar el primer ciclo de la enfermedad dolorosa y debilitante, el sábado 3 de junio Hernández se encontró con que la clínica en donde la están tratando ya no contaban con el medicamento que necesitaba.
El oncólogo dijo que había que trasladar a la niña, algo que preocupó a Hernández, pues su hija tenía una infección en ambos oídos y un trombo en la pierna derecha, que se produjo después de varios tratamientos y catéteres. Aun así, el profesional le explicó que le estaba prescribiendo un medicamento que reemplazara el que originalmente necesitaba, por escasez en el país. Se trata de la asparaginasa pegilada, para la cual iba a solicitar autorización a la EPS y a la prepagada.
Hernández puso una queja a la EPS y se comunicó con la Defensoría del Pueblo y la Superintendencia Nacional de Salud.
“Se supone que deben garantizar que tienen el tratamiento para cumplir los ciclos de atención. A mitad de camino no te pueden decir que se acabó la medicina y que me lleve a la paciente a otra parte”, dijo Hernández en entrevista con SEMANA.
Pasaron varios días y la pequeña no recibía su medicamento, a pesar de que organizaciones de defensa de pacientes han alertado al Gobierno nacional sobre la escasez que hay en todo el país y que está afectando a muchos pacientes. No obstante, Hernández no entiende por qué no estaba asegurada la cantidad necesaria para un tratamiento autorizado con anterioridad, como el de su hija.
El miércoles 8 de julio, Hernández afirma que Sanitas emitió una autorización, que no significa que esta esté disponible, sino que permiten que se le dé a la paciente.
“En un momento dijeron que la iban a trasladar a Barranquilla a un centro médico donde nos habían dicho que tenían la medicina (...) Era mentira, no la tenían, solamente quería llevar a mi hija, porque los pacientes oncológicos son un negocio”, señaló la mamá, quien contó que, finalmente, ese mismo día pudo acceder al medicamento asparaginasa E. coli que le recetó el médico a su hija, a falta de la asparafinasa pegilada.
Aunque la pequeña pudo recibir el tratamiento después de la pelea que dieron sus padres, para Hernández es evidente cómo su caso refleja la crisis que está viviendo el país por escasez de algunos medicamentos.
Por otra parte, reconoció que ella tiene los recursos y las capacidades para tomar todas las medidas para ayudar a su hija, pero que seguramente hay miles de personas en el país que no tienen la misma posibilidad.
EPS Sanitas explicó a SEMANA que ese tipo de medicamentos, como son intrahospitalarios, no requieren autorización de parte de la empresa. Además, aseguró que nunca le negó el tratamiento a la niña, pero que el problema se dio debido al desabastecimiento a nivel nacional.
“Desde que la institución hospitalaria donde se encuentra la menor informó la situación, EPS Sanitas y Colsanitas empezaron a trabajar con sus diferentes aliados a nivel nacional para conseguir este insumo. Asimismo, se iniciaron las consultas con especialistas de diferentes instituciones hospitalarias de la región para generar nuevas alternativas que permitieran la continuidad del tratamiento de la menor, lo cual se aseguró desde el 7 de julio”, respondió la entidad a este medio frente al caso.