El 17 de febrero de 2022 marcó la vida de Sonia García. Ese día su hijo, Juan Sebastián García, de 23 años pero con la edad mental de un niño de 8, llegó a la casa después su clase de natación en el Complejo Acuático Simón Bolívar de Bogotá, manifestando dolor intenso en sus genitales. Cuando ella revisó qué podía estar pasando, evidenció heridas que la obligaron a ir por explicaciones al centro deportivo, administrado por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).
Estando en las instalaciones se encontró con la madre de un menor que presenta limitación auditiva y entrena en el mismo lugar. Ella se mostró preocupada por el estado en el que se encontraba Juan Sebastián García, sin que Sonia le hubiese contado algo de lo que estaba pasando. “Mi hijo vio que estaban abusando sexualmente de él en el baño donde quedan las duchas”, recuerda Sonia las palabras que la llenaron de angustia, rabia y dolor. Inmediatamente corrió a una clínica para que el joven fuera valorado por urólogos y proctólogos, quienes confirmaron que Juan Sebastián fue víctima de violencia sexual, por lo que activaron el protocolo de emergencia. Luego de tres días de hospitalización le dieron de alta y Sonia asegura que desde ese momento empezó, lo que considera una demora en la justicia.
“No me atendían en Medicina Legal para hacerle la valoración correspondiente al proceso”, indica. Luego de una semana insistiendo, fue atendida. En el dictamen confirman que el menor tenía señales de violencia y heridas que empezaban a cicatrizar por el paso de los días. Es decir, existe la prueba de que el joven fue violado, han pasado seis meses de lo ocurrido y nadie responde. Sonia denuncia supuesta falta de interés de la Fiscalía por acelerar la investigación y una posible intención del IDRD de ocultar pruebas. Asegura que de lo sucedido en el baño hay varios testigos y que las cámaras de seguridad así lo evidencian.
“Un deportista con limitación visual, dijo que él empezó a escuchar que le gritaban en el baño a alguien a quien le pegaban con su bastón guía”, relata Sonia. Juan Sebastián dice que el hombre que habría abusado de él tiene casco de “Germán es el Man” y repite la palabra punk. De hecho, en una oportunidad, cuando estaban en la gradería de las piscinas, Sonia le pidió ir y señalar al agresor; Juan Sebastián caminó hacia él. Al parecer, un nadador de alto rendimiento que compite a nivel nacional y tiene un importante récord de medallería. Ante los medios, Sonia prefiere mantener en reserva el nombre para no afectar las investigaciones.
Sin embargo, siente que el IDRD está ocultando material probatorio, debido a que pidió los videos de las cámaras de seguridad donde se ve que Juan Sebastián señala al supuesto agresor y habrían manifestado a la Fiscalía que no existían. Blanca Durán, directora general del IDRD, desmiente tal versión asegurando que desde el primer momento que se conoció el caso se activó el protocolo de prevención de violencia de género y que ha entregado toda la información del caso a las autoridades. Aumentó la seguridad del complejo acuático con más cámaras y personal de vigilancia en zona de vestier y corredores. Además, hay limitación de ingreso a personal que visita el centro deportivo.
Por su parte, la Fiscalía General de la Nación manifiesta que el proceso judicial no se ha detenido en estos seis meses porque se han hecho más de 35 actividades investigativas. Cuentan con psicólogos y especialistas expertos en atención a esta población vulnerable, a la cual, por sus características físicas y cognitivas se les dificulta comunicarse de manera clara o tradicional. De hecho, una de las razones por las cuales no se ha logrado identificar el agresor es que la versión que dan al identificarlo es confusa.
Esa no ha sido una razón válida para Sonia, quien considera que falta intención del ente acusador para sacar adelante la investigación, tanto así que ha interpuesto varias tutelas en su contra. Se niega a pensar que mientras la Fiscalía saca adelante el caso a su ritmo, el presunto abusador siga libre, haciendo de las suyas en el complejo acuático o en otros lugares y dejando víctimas a su paso.