En el juego de la política todo es incierto. Y eso quedó claro una vez más esta semana cuando el expresidente César Gaviria arremetió contra Iván Duque en un discurso de la instalación virtual de la Convención Liberal. Allí el expresidente puso las cartas sobre la mesa e hizo un recuento detallado de sus inconformidades con el actual gobierno, hasta llegar al plano personal, punto en el que confesó su resquebrajada relación con el actual mandatario. Aseguró que en cinco meses no ha tenido ningún contacto con algún funcionario gubernamental y que el Gobierno ha actuado “con desprecio” no solo hacia él, sino también con el Partido Liberal. “Mi relación con el Gobierno no es mala, sino inexistente. Creo que la última vez que hablé con el presidente fue después de la aprobación de la reforma tributaria de 2018, y si no recuerdo mal, desde su posesión hemos hablado solo dos o tres veces”, dijo.
En su discurso también se fue lanza en ristre contra el presidente Duque por la forma en la que ha manejado la cuestionada medida de aseguramiento en contra del senador Álvaro Uribe. ‘‘Le queremos recordar al señor presidente que es su obligación reaccionar serenamente y con acatamiento a los fallos judiciales”, profesó. Sobre este tema que tiene polarizado al país, el actual mandatario ha salido en defensa férrea de Uribe, lo que para muchos podría incidir en la investigación. “No debe reaccionar con ideologías, es una falta grave”, le advirtió Gaviria. Y en una clara pulla a la división que han generado los otros partidos, explicó que él ni los liberales se han pronunciado porque “es un tema judicial y no político. No creemos que los partidos deban opinar”.
También dio a entender que de no ser por la pandemia, la imagen del presidente y su gobierno hubiera continuado su estrepitosa caída, como venía sucediendo. “Con la emergencia, el presidente pareció haber encontrado, por fin, una agenda y un rumbo para su gobierno”, dijo. Sin embargo, advirtió que aunque las transmisiones por televisión le han dado un respiro, en la práctica sus problemas de gobernabilidad siguen existiendo. “Solo un porcentaje muy menor de las acciones que el presidente anuncia por televisión son atendidas por sus subalternos. El presidente dice una cosa y parece saber muy bien lo que habría que hacer, pero los funcionarios hacen lo que a ellos les parece o lo que pueden por limitaciones financieras”, dijo. En su extenso discurso, el expresidente también se refirió al recrudecimiento de la pobreza por la pandemia. “En este momento el problema es el virus y no las reglas fiscales. (...) En Colombia el empleo y la actividad económica siguen en caída a la espera de las decisiones gubernamentales que no se ven a la vista”, dijo. Así mismo, habló de la relación del país con Venezuela, la reforma tributaria, la política de drogas y los obstáculos al cumplimiento del Proceso de Paz con las Farc. “No más palos a la JEP. No más dobles discursos invocando la paz, pero alimentando el odio, la desconfianza y la venganza”, agregó.
Esta amplia lista de quejas desencaja con el discurso que en 2018 profesaban el expresidente y el mismo Partido Liberal a favor de Duque. Cabe recordar que, durante la pasada carrera para llegar a la casa de Nariño, los liberales decidieron sumarse a la campaña del Centro Democrático, lo que despertó indignación en el país. La voltereta política resultó ilógica teniendo en cuenta que, por tradición, dicha agrupación representa todo lo contrario a la ideología liberal. Además, porque durante ocho años el propio César Gaviria tuvo enfrentamientos de grueso calibre con el expresidente Álvaro Uribe y defendió junto a su partido las banderas del Proceso de Paz.
Iván Duque logró una foto que parecía imposible. Ver a Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria compartiendo la misma mesa, era algo impensable hace unos años. Sin embargo, en la segunda vuelta presidencial, Gaviria fue uno de los defensores de Duque y aseguró incluso que no creía que sus valores y los de los liberales fueran incompatibles. Ante las críticas respondió: “Yo no me tengo que comportar igual que hace 8 años. La política no es toda consistente”. Además, dijo que Duque era “una persona moderada; las cosas que dice son sensatas, él tiene mucho ánimo de hacer un gobierno bastante amplio, se le quiere medir a muchos problemas (a los) que Uribe o Santos no se les midieron”, dijo en una entrevista con Claudia Palacios. En ese momento, el cambio de timón de Gaviria representó un fuerte remezón dentro del partido. Humberto de la Calle, el candidato liberal a la Presidencia de entonces, se negó a dar su apoyo y anunció que votaría en blanco para la segunda vuelta. Y a este rechazo le siguió la renuncia masiva de al menos 500 militantes del partido. Entre ellos estaban pesos pesados como Juan Fernando Cristo, Ramiro Bejarano, Daniel Quintero, Guillermo Rivera, Yesid Reyes, Amílkar Acosta y Cecilia López. Incluso se habló de una “disidencia liberal”, que luego de la campaña buscaría fundar un nuevo partido.
Aun así, el exmandatario liberal representó un papel importante en la victoria del presidente. Pero al parecer la luna de miel duró poco. Aunque Gaviria lo ha negado, es claro que esperaba que su apoyo le diera a los liberales más participación en el actual gobierno. Algo que nunca sucedió, como lo dejó claro en su reciente discurso. Son pocos los frutos que ha dado esa ilógica alianza y habrá que ver si con la jalada de orejas el Partido Liberal al menos logra llamar su atención. Por ahora, todo indica que Gaviria volverá a arremeter con toda contra el Centro Democrático, como lo hizo en los tiempos de la Presidencia de Uribe. Entrar al gobierno no parece estar en sus planes.