Carolina Cruz parecía decidida. Sentada en el set de grabación de Día a día del Canal Caracol habló sin tapujos de la salud de Salvador Palomeque, el segundo de sus hijos, hoy de nueve meses. Era la primera vez que la querida presentadora valluna detallaba lo que ocurre con la salud de su pequeño. “Tenemos, gracias a Dios, la dicha de tener un buen seguro de salud y buenos médicos”, dijo.
El 28 de mayo pasado, especialistas le midieron el perímetro de la cabeza de Salva- como llama a su pequeño- y se dieron cuenta de que las medidas no eran las respectivas al tamaño de su cuerpo. Los seguidores de la modelo ya habían detectado en las fotografías que algo no andaba bien con el niño e, incluso, especularon con morbo mediante comentarios salidos de tono.
A Salvador le practicaron exámenes de rayos X para estudiar lo que ocurría y detectaron agua en su cabeza. “No es hidrocefalia”, le descartaron los médicos a Carolina Cruz. Le explicaron que el líquido no permanecía al interior del cerebro, hecho que podría generar problemas neurológicos. “Gracias a Dios el líquido está afuera, por eso nunca le ha generado problemas neurológicos en su desarrollo”, manifestó la valluna.
Tan pronto recibió el pronóstico médico, la modelo y presentadora empezó un tratamiento intensivo junto con su hijo. “Tratamos de solucionar los temas de Salva, es un niño luchador, es un guerrero. Yo creo que él vino (…)”, expresó y guardó silencio. Cruz no contuvo las lágrimas. Es mujer, madre y, más allá de ser una afamada presentadora de televisión, vive un drama como consecuencia de la salud de su pequeño. El país fue testigo de que ella, como cualquier estrella de la farándula, es de carne y hueso y enfrenta su propio calvario.
“Ay, Caro”, expresó Carolina Soto, compañera de set. El presentador Iván Lalinde, amigo y testigo del proceso de Carolina Cruz y Salvador Palomeque, la abrazó y le dio fortaleza. “Ella es más fuerte que nadie, ella no se puede quedar quieta, además de ser la mamá de dos niños, les quiere ayudar a todas las mamás que tienen problemas como Salva”, expresó. Lalinde intentó desviar el tema.
Carolina, visiblemente conmovida, sabía que iba a llorar, como reconoció y aunque siempre quiso mantener el control de la situación, era inevitable. No le importaron las luces, las cámaras, que gran parte del país la estuviera viendo y se enterara de lo que le ocurre. Quería desahogarse y salirles al paso a comentarios malintencionados en contra de su hijo que la sacan de casillas. “Salva ha sido nuestro mayor maestro, he aprendido mucho de este chiquito que vino a enseñarme la fe porque no es tan sencilla tenerla ni sentirla”, añadió.
Cruz, a raíz de lo ocurrido, se aferró a Dios “como nunca”. Aunque siempre ha sido creyente, en esta oportunidad está fortalecida en la religión, en la fe. Y le ha funcionado. En sus estados de Instagram, en los que Carolina publica sus videos familiares, Salvador casi siempre aparece sonriente, con su cabeza cubierta por un gorro de lana, jugando, y de fondo música cristiana. “Salvador gracias a Dios está bien, neurológicamente está bien, él va para adelante. Es un guerrero que no se alcanzan a imaginar”, confirmó la presentadora.
Carolina tiene suerte. Goza de un sistema de salud privilegiado. Lincoln Palomeque, el padre de Salvador, es un reconocido actor que triunfa en la televisión internacional. Por esto, tienen claro que hay decenas de familias en el país que no gozan de igual condición y necesitan atención especializada como Salva.
Ahí nació Salvador de sueños, la fundación de la presentadora que busca recoger recursos económicos y apoyar a los hogares que tengan niños en igual condición a su hijo. “Gracias a mi hijo pude entender que a este mundo vinimos a servir y a ayudar, de eso se trata. Esto apenas está arrancando, pero tengo la seguridad que será el proyecto más importante de mi vida. Pensé mucho en contar todo esto porque no es justo que nosotros los padres, por la felicidad y la dicha de compartir, expongamos a nuestros hijos a tanta rabia, rencor, dolor y resentimiento qué hay en el mundo y más en redes sociales”, expresó.
Cruz no la ha pasado bien. Es pública, admirada, con más de seis millones de seguidores en la red social Instagram y su hijo se ha convertido en un flanco de críticas. Cuando nació, la presentadora fue hermética con las fotografías porque poco le gustaba exponer a su familia a la crítica de algunos de sus seguidores, pero después comprendió que su amor por Salvador está por encima de todo.
“Caro, ¿por qué no muestras bien a Salvador? Paciencia; Caro, ¿Salvador está enfermo? Gracias a Dios, no; Caro, ¿es normal que saque la lengua? Es más que normal, según nuestro doctor de cabecera, cada vez la saca menos; Caro, ¿Salvador es un niño especial? Especial, no. Superespecial”, respondió en su momento la presentadora. Lincoln Palomeque dice que su hijo “es una cosa de locos”, una frase que acompaña siempre con un corazón.
A Salvador, un niño deseado, amado y muy esperado en el seno de su familia, ya lo conoce el país. Al fin y al cabo, es un pequeño al que decenas de familias le agradecerán porque mientras él avanza en su tratamiento médico, varios hogares podrán beneficiarse de la fundación que lleva su nombre.