Desde cuando se anun-ciaron los descubrimientos de los campos de Cusiana y Cupiagua, hace más de 20 años, en el país no se ha vuelto a hablar de un gran hallazgo petrolero. Si bien hay grandes campos en producción, como el de Rubiales (Meta), del que se extraen más de 200.000 barriles diarios de crudo, no se han encontrado otras áreas que lo reemplacen. Pero eso puede empezar a cambiar si se materializan los anuncios hechos la semana pasada por Ecopetrol, que reveló el descubrimiento de hidrocarburos, particularmente de gas, en aguas ultraprofundas del mar Caribe. Se trata del pozo Kronos-1, ubicado a 53 kilómetros costa afuera a 3.720 metros de profundidad, en el que la petrolera colombiana es socia con la estadounidense Anadarko. Sin embargo, todavía es muy prematuro para determinar qué reservas de gas tiene y si también hay petróleo, lo que podría tardar varios años mientras se inician nuevas perforaciones. El presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, destacó la importancia de este hallazgo al señalar que se suma al que se realizó en diciembre del año pasado con el pozo Orca-1, localizado en aguas profundas del bloque Tayrona, frente a las costas de La Guajira, en donde operan conjuntamente con otras gigantes como Petrobras (Brasil), Repsol (España) y Statoil (Noruega). Hoy, todas las esperanzas de encontrar más hidrocarburos están puestas en el Caribe colombiano. Como en Meta y Casanare -los grandes productores- no se han encontrado campos con alto potencial, y la explotación de hidrocarburos no convencionales a través de fracturación hidráulica (fracking) está muy demorada, los ojos del gobierno y de las grandes energéticas miran hacia esta zona del país para la exploración offshore (mar afuera). A Colombia ya se le comenzó a acabar el tiempo porque las reservas de hidrocarburos, que rondan los 2.400 millones de barriles, alcanzan para menos de 7 años. Si en este lapso el país no logra encontrar más crudo tendrá que comenzar a importar, con las dramáticas consecuencias económicas, sociales y fiscales que esto conllevaría. Lo más grave es que tras la debacle de los precios internacionales del crudo, que cayeron más del 50 por ciento en unos meses, las compañías están frenando los procesos exploratorios. De acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), la perforación de nuevos pozos cayó 82 por ciento en los primeros cuatro meses de este año frente a igual periodo del año anterior, al pasar de 42 a nueve pozos. La sísmica, que determina dónde se debe perforar, registra un descenso del 92 por ciento. La razón es que las petroleras prefieren lanzar todas sus cartas a extraer el crudo, que es lo que les da caja para hacerle frente a la actual coyuntura de precios bajos. Pero esta política no es la más adecuada porque frena la búsqueda de hidrocarburos. En un informe de la revista Coyuntura Petrolera, que lanzó Fedesarrollo, su director, Leonardo Villar, y el investigador Mauricio Reina advierten que es necesario revisar la competitividad del país frente a otras naciones como México, que tiene cinco veces más reservas que Colombia – 15.300 millones de barriles- y que abrió su mercado a la competencia extranjera. Dicen que si bien la producción está hoy en 1 millón de barriles diarios, en promedio, hay que hacer todo lo posible para que estos niveles no desciendan significativamente porque impactarían aún más las finanzas públicas. Cabe recordar que por los menores precios del petróleo este año la nación dejará de recibir cerca de 14 billones de pesos, lo que obligó al gobierno a hacer un drástico ajuste en los gastos de inversión. Para el año entrante se avecina un duro debate por la nueva reforma tributaria que suplirá los menores ingresos petroleros. Villar estima en 12 billones de pesos el faltante adicional para la nación el año entrante. De ahí que, ante este panorama, los anuncios de Ecopetrol hayan arrojado una luz de esperanza. Pero como todavía no se puede cantar victoria, el gobierno y las petroleras tendrán que hacer una ardua labor. El primero para incentivar la exploración y producción, y las segundas para encontrar el tan codiciado oro negro.