Cada paso que da el expresidente y senador Álvaro Uribe en materia de comunicación política es calculado. Uribe ha sido considerado por los expertos como uno de los líderes más efectivos en sus mensajes a la opinión pública.
Por esa razón, la fotografía que posteó en su cuenta en Twitter hay que leerla entre líneas, en medio del proceso que afronta en la Corte Suprema de Justicia por presunta manipulación de testigos.
En primer lugar, Uribe se autorreconoce como una persona presa, en un hecho inédito en la historia del país. El líder del Centro Democrático revela al público el número que lo identifica como tal, el #1087985. Acto seguido, el discurso de Uribe va en sintonía con el de su militancia y menciona a las Farc. En esta oportunidad, el expresidente señala que está preso por “confrontar testimonios en mi contra comprados por Farc, su nueva generación y sus aliados”.
Eso quiere decir que la estrategia de Uribe, al menos en lo que tiene que ver con la defensa política, remarcará lo que para algunos es una paradoja: el hombre que combatió a las Farc está detenido, y los exguerrilleros están libres, sin pagar por los crímenes que cometieron, y sesionando en el Congreso de la República.
Es un mensaje efectista, aunque la reinserción de las Farc y los procesos pendientes en la JEP no tengan relación con la investigación de Uribe en la Corte Suprema de Justicia, al ser hechos completamente distintos. Pero Uribe sabe que esa argumentación le llega a millones de personas y de ahí que con dicha fotografía busque repotenciar aún más la polarización entre los que apoyan la paz con las Farc y el acuerdo logrado en La Habana, y los que consideran que el Estado cedió demasiado en materia de justicia. Uribe, con su foto, también pone de presente que en su juicio “no hay pruebas” y hay “solo inferencias”, contrariando la providencia de la sala de instrucción, que señala específicamente que la medida de la detención domiciliaria tiene su razón de ser en el abundante acervo probatorio que había en contra del jefe máximo del Centro Democrático.
En la foto, el senador, sin necesidad de decirlo, se presenta como una víctima al contar que su teléfono fue interceptado ilegalmente en medio de la investigación. Esa ha sido una de las principales defensas de los abogados de Uribe, debido a la controversia desatada por una equivocación a la hora de interceptar el teléfono de Uribe. En esa argumentación de ser una víctima del proceso, más que una persona que está a la espera de ser llevada probablemente a juicio, Uribe señala que le han impedido a sus abogados “contrainterrogar” a su principal testigo, sin hacer referencia a cuál de ellos se refiere.
“Pido transparencia”, afirma Uribe, recogiendo el sentir de sus seguidores de que la Corte Suprema se ha politizado en su contra en este proceso. En últimas, con la fotografía, Uribe busca posicionarse como una persona acorralada en un plan orquestado por las Farc -sus antiguos enemigos en medio de la Seguridad Democrática de sus dos gobiernos- y sin garantías para defenderse judicialmente en la Corte Suprema de Justicia. Hasta ahora, ninguna instancia judicial ha probado que las Farc estén interviniendo, de una manera u otra, en el proceso de Uribe. Las pruebas en su contra provienen de las gestiones que hizo en las cárceles el polémico abogado Diego Cadena, en conversaciones con exparamilitares que habrían sido convencidos de torcer sus testimonios para favorecer a Uribe (en investigaciones por conformación de grupos paramilitares en Antioquia en los años 90) e inculpar al senador Iván Cepeda.
Uribe, según abogados consultados, no tiene restricciones para el uso de su cuenta de Twitter, aún con la detención domicilia con que está cobijado. Por eso, con la imagen de este miércoles, ha quedado claro que el expresidente acudirá a esta tribuna para defenderse políticamente de un largo proceso que apenas empieza.