El 4 de febrero 14 millones de colombianos salieron a marchar contra las Farc en 200 ciudades del mundo de 40 diferentes países. Un mes antes, Óscar Morales, desde la soledad de su cuarto en Barranquilla, creó un grupo en Facebook llamado Un Millón de Voces contra las Farc, que en menos de 12 horas ya contaba con 1.500 miembros. A él se unieron Rosa Cristina Parra, Pierre Onzaga, Carlos Santiago, Cristina Lucena y 200 coordinadores de todo el mundo que, sin conocerse, convocaron a otros compatriotas apoyados en las nuevas herramientas tecnológicas como el e-mail, los chats y Skype. El grupo fue una antena que sintonizó el país en un mismo sentimiento. “Era una mezcla de rabia, indignacióny frustración”, dice Morales, producto de una coyuntura especial dada por el manejo de la liberación de Emmanuel y la carta del coronel Mendieta en la que se refería a la “indiferencia de los buenos”. Esta movilización sin precedentes modificó la imagen de las Farc y llegó al corazón de la selva, donde les dio fortaleza a los secuestrados. “Le demostró a la guerrilla que no es el ejército del pueblo”, como señala Rosa Cristina, para quien la marcha tuvo un efecto en las posteriores deserciones de guerrilleros. Además, mostró el poder de las nuevas tecnologías para organizar a la sociedad civil en torno a causas específicas, algo que ni siquiera imaginaron los fundadores de Facebook. Y, por supuesto, les cambió la vida a estos jóvenes de mil maneras. “El 4F –dice Morales– nos puso la responsabilidad de ser voceros de esa sociedad que no tenía voz. Nuestra misión es que no se vuelvan a callar”. Fotografiados por Guillermo Torres, el 27 de noviembre de 2008 a las 5:19 p. m. en la carrera 15 con calle 94 en Bogotá De izquierda a derecha: Pierre Onzaga, Rosa Cristina Parra, Óscar Morales y Cristina Lucena