Hace más de un año desde que SEMANA denunció la lamentable situación de los infantes en el norte del país. Mueren por física hambre y falta de agua.  Ha pasado el tiempo y el panorama es el mismo. En el ardiente departamento de La Guajira los niños se siguen muriendo de hambre y sed. En lo que va corrido del año al menos 12 niños han fallecido por problemas de desnutrición. La situación ha llegado a tal punto que esta semana la directora de Primera Infancia, Karen Abudinen Abuchaibe, realizó una visita de verificación a los puntos de servicio que prestan los operadores contratados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF- en esa región del país y se encontró con una situación bastante preocupante. De acuerdo con un artículo publicado este sábado por El Heraldo de Barranquilla, a los alarmantes casos de desnutrición, que por años ha presentado La Guajira, ahora se le suman las irregularidades y lamentables condiciones que presentan los centros de primera infancia. ¿Qué está ocurriendo? Son varias los males que rondan. Según el rotativo barranquillero, se encontraron sitios donde la alimentación que se ofrece a los niños no es la adecuada, tamizajes nutricionales mentirosos, alimentos mal manipulados, deterioro y falta de mantenimiento de las instalaciones y desaseo total. Incluso, pese a las necesidades que enfrentan gran parte de los menores en ese departamento, uno de los más deprimidos del país, la directora de Primera Infancia  del ICBF se encontró con que los operadores no son conscientes del estado nutricional de los niños. Tanto así, que 50 puntos de atención visitados no tienen nutricionista. Según reporta el diario El Heraldo, "también se encontró que los controles de desarrollo y crecimiento están desactualizados, la remisión y atención de malnutrición se encuentran sin soportes de gestión, no tenían estrategias para la promoción de la lactancia materna". De los 64 centros de atención inspeccionados en Riohacha, Maicao, San Juan del Cesar, Fonseca, Barrancas y El Molino, 50 presentaban este tipo de anormalidades. Según la funcionaria, en algunos centros había alimentos vencidos, los empleados no servían los alimentos en los utensilios estandarizados,  para garantizar las porciones de los niños y niñas de acuerdo con la edad. Muchos de estos lugares no cumplían con los requerimientos mínimos. Ante esta nueva denuncia, los guajiros demandan mayor atención del gobierno nacional, que pese a destinar $ 180.000 millones para atender a la primera infancia en todo en el país, La Guajira sigue siendo el departamento donde los niños afrontan mayores riesgos de morir de hambre. Y no solo por la pobreza, también por las múltiples irregularidades de quienes están encargados para proteger a los menores.