El nombre de Angie Paola Pinto se hizo conocido en redes sociales a comienzos de julio de 2021, cuando publicó varias fotos de su mascota “Dante”, un cachorrito de raza criolla de apenas 4 meses, el cual se hallaba desaparecido.
A diferencia de las miles de publicaciones similares en la web sobre animales perdidos, el caso de Dante causó suspicacia, pues el perro desapareció mientras se encontraba al cuidado de una supuesta guardería canina, ubicada en Chía, Cundinamarca.
“Yo tenía que hacer un viaje el 29 de junio y no tenía con quien dejar a Dante. Una tía de mi mamá me recomendó llevarlo al “Centro de Educación y Formación Canina y Felina Educando Amigos”, porque supuestamente era bueno. La premura del tiempo no me permitió pensarlo demasiado, por lo cual acepté y el dueño del sitio fue hasta mi casa y recogió al perro”, relató en entrevista con SEMANA.
Los primeros dos días de su viaje (29 y 30 de junio) recibió algunos videos y mensajes sobre el estado de su cachorro, y todo parecía ir bien. El 2 de julio, día en que el cuidador debía entregarlo a las 7 p.m. Angie recibió un extraño mensaje de voz del hombre:
“No voy a alcanzar a entregarte a Dante ahorita porque me varé. Yo lo llevo aquí en la camioneta con otros 5 perritos pero me voy a demorar. También tengo solo 5 % de batería, por lo cual depronto quedo sin comunicación. Quería avisarte”, expresaba el trabajador.
“De pronto dejó de contestar el teléfono. Esperé hasta el mediodía del sábado 3 de julio y lo llame mas de 100 veces, pero nada. Le escribí muchísimos mensajes, incluso de números diferentes, pero no aparecía y tampoco Dante”, relató la joven.
Angie fue a buscar al hombre hasta su casa, acompañada por la Policía, pero todo fue en vano. Familiares de dijeron que ya se había mudado. Desesperada, averiguó que la sede de la supuesta guardería quedaba en la vereda La Balsa, al occidente del municipio.
Angie llegó hasta el sitio el lunes 5 de julio, acompañada por familiares, y con sorpresa descubrió que solo se trataba de un potrero cercado con alambre. Dentro estaban 15 perros, algunos deambulando y otros encerrados en diminutas jaulas apiñadas en un sucio cobertizo. Ningún ser humano los cuidaba.
“De inmediato llamé a la Policía, a la veeduría ciudadana y al concejal de Chía Bátman Camargo, quien me había ayudado a buscar a Dante el fin de semana. Todos llegaron”, relata la joven.
“El estado del sitio era deplorable. En una chocita improvisada pusieron a varios perros dentro de jaulas, todos apiñados, caminando entre sus heces y su orina. Los animales lloraban porque no tenían agua, ni comida, y varios tenían cortaduras en sus patas y cuerpo”, narró Camargo.
Algunas personas llevaron bultos de comida para alimentar a los perros encontrados, pues estaban en un alto estado de desnutrición y estrés. Dentro de la desafortunada jauría hallaron también a Naia, una perrita de 5 años con antecedentes de maltrato, la cual había sido rescatada meses antes por la Fundación Red de Ayuda Callejeritos Colombia, quienes pagaban altos costos por el hospedaje y manutención del animal a esta guardería.
“No teníamos idea del estado en el que este hombre mantenía a los perros, debido a que inicialmente nos citaba en otras guarderías de Chía, las cuales eran adecuadas y limpias. En los dos últimos meses no nos dejaba acudir con la excusa de una supuesta contaminación de covid-19 del personal de la guardería. Al ser notificados sobre lo sucedido, fuimos a recogerla y estaba muy maltratada y desnutrida. Al ser revisada por nuestros veterinarios, se encontró que presentaba heridas en su dorso trasero y mutilación de parte de la cola, hecha con un arma filosa, posiblemente un machete”, explicó indignada Leydi Caballero, directora de la Fundación.
Todos se preguntaban en dónde estaba el supuesto cuidador de estas mascotas, hasta que un joven campesino, vecino de dicho potrero, indicó haberlo visto en la zona urbana de Chía. Los patrulleros fueron hasta el lugar designado, lo hallaron y lo condujeron hasta la estación de Policía del sector, donde al fin el hombre reveló el paradero de Dante.
“Lo que pasa es que se armó una pelea entre los perros en la guardería y uno de esos mató a tu perrito. Yo no te dije nada por miedo”, le dijo el sujeto a Angie con total desparpajo, según cuenta. En ese momento la compungida dueña recibió una llamada de integrantes de la Veeduría, quienes hallaron el cuerpo del canino en medio de una fosa, cerca a las jaulas.
Junto al cadáver de Dante también fue hallado otro hoyo, en el cual reposaba el cuerpo de un perro de raza French Puddle, al cual le habían cortado la cabeza.
El informe de necropsia llevado a cabo por la Secretaría de Salud de Chía indicó que Dante llevaba más de tres días sin comer, además de haber sido canibalizado por otros perros. No se sabe a ciencia cierta si los animales se alimentaron con su cuerpo antes o después de su fallecimiento.
El dolor embarga a la familia de Angie y de otros dueños, quienes se enteraron tarde del martirio sufrido por sus mascotas a manos de esta supuesta guardería canina. “Mi papá me regaló a Dante y justamente lo trajimos a casa porque la persona que lo tenía antes no podía mantenerlo bien. Me duele mucho todo esto y quiero que se haga justicia”.
Según acta levantada en el lugar de los hechos, los 15 perros hallados pertenecían a dueños particulares y otras organizaciones animalistas, quienes solicitaron su retorno inmediato. La fundación de ayuda a mascotas PATA fue la designada para dicha entrega y los perros adultos propiedad del sujeto, que eran usados para reproducción masiva y venta, fueron puestos en adopción y ya gozan de nuevos hogares.
¿Las autoridades están actuando en este caso?
SEMANA se comunicó con la Fiscalía General de la Nación, seccional Chía, quienes ya tienen en sus manos el caso. Aclararon que el señalado agresor no fue retenido ni judicializado, pues no se han presentado aún las pruebas suficientes para determinar que violentó o asesinó a los perros. “Está en el desarrollo del programa metodológico”, respondió la entidad a través de su oficina de comunicaciones.
Por su parte Angie Pinto, el concejal Bátman Camargo y Leydi Caballero interpusieron cada uno denuncias penales en contra del sujeto. La alcaldía de Chía no ha explicado aún como este “establecimiento” podía funcionar a la vista de todos en el municipio, sin regulación alguna o registro legal.
Los habitantes de Chía que se mostraron indignados con la forma cruel en la que fueron tratadas estas mascotas, se reunieron en un plantón el pasado 10 de julio a las 2:30 p.m. en el parque principal del municipio, donde le brindaron un último adiós y homenajes a Dante y al otro cachorro muerto, del cual aún no se tienen datos precisos sobre su procedencia o dueños.
“Yo nunca noté nada raro en ese señor, pues parecía una persona empática con los animales, con experiencia en cuidado de perros. Como todos, nosotros también llegamos a conocer a este sujeto a través de recomendaciones, pero lo que queda claro es que todo era una red de mentiras y engaños, en la cual fuimos víctimas. Lo último que uno espera es tener que rescatar a un perro dos veces, todo por creer en las personas. No me explico qué lo motivó, pero estoy segura de que él los lastimó”, puntualizó Leydi Caballero.