El cruce de acusaciones entre la Fiscalía y el Palacio de Nariño no tiene antecedentes en la historia reciente del país. Este lunes, 27 de noviembre, el presidente Gustavo Petro se despachó enfurecido contra el fiscal Barbosa: “Mis preguntas son: si existían desde hace meses conversaciones amistosas entre el jefe del CTI de Buenaventura y un narcotraficante, ¿por qué sigue en el cargo? ¿Por qué lo protegieron? ¿Cuánta cocaína se ha exportado usando ese cargo en la Fiscalía?”.
La acusación era de varios quilates, pero el mismo Barbosa y su vicefiscal Martha Mancera habían advertido que esa andanada se vendría: “La Fiscalía se está afectando, vemos un ataque contra la Rama Judicial. Ahora me van a volver narcotraficante a la vicefiscal para presionar a la Corte”, había dicho minutos antes el fiscal desde un foro en Bogotá.
La vicefiscal Mancera, en una entrevista con SEMANA, lo había dicho también sin titubeos. “Hay una estrategia para volverme mafiosa, cuando yo tengo una carrera de 30 años”, le dijo la alta funcionaria a Vicky Dávila.
Mancera fue incluso más allá y acusó a la Casa de Nariño de querer abrirle una carpeta para enlodar su nombre y de no resultar esa estrategia, incluso matarla. “El presidente Petro me pone una lápida”, aseveró sin reparos.
Y había señalado las razones de ese supuesto montaje contra ella. “(El presidente Petro) hoy me va a decir que soy una mafiosa, con supuestamente protegiendo a un investigador criminalístico que ni siquiera es directivo… Más bien digamos quién está protegiendo a los narcotraficantes en este país”, dijo.
En su defensa, agregó que ha sido una piedra en el zapato para todos los beneficios que quiere darles el gobierno a los narcos, en el marco de la paz total. “El presidente solicitó el levantamiento de órdenes de captura de extraditables… Como no gusta al Gobierno de procedimiento judicial, estandarizados y con el debido respeto de las garantías constitucionales, de quienes intervienen, entonces me volvieron enemiga del Gobierno”, dijo. Y relató que ella fue quien se opuso con ahínco a esas prerrogativas.
En esa entrevista, Mancera apunto a las razones del odio de la Casa de Nariño contra ella: las dos investigaciones que han sacudido al presidente. “Me están cobrando aplicar la ley colombiana, no quieren que se aplique el Código Penal. Pero perdóneme, acá se aplican las normas, quienes cometen delitos se presentan ante un juez… “Me están cobrando, sí señora, que se haya adelantado una investigación en contra del hijo del presidente y que se haya adelantado una investigación por todo lo que sucedió por lo de Marelbys (Meza)”, dijo.
El fiscal Barbosa lo dijo este lunes de nuevo. El presidente “está preocupado por el lavado de activos y el enriquecimiento ilícito de su hijo. El mandatario y su grupo están preocupados porque qué va a pasar con los procesos donde involucra gente de su gobierno en temas de corrupción y podredumbre”.
Escuche a Nicolás Petro contar cómo recibió en bolsas fajos de dinero para la campaña.
“La situación es muy simple: hay que acabar a la vicefiscal general, Martha Mancera, que es la responsable de que el hijo esté en este momento en una acusación, cuando finalmente la vicefiscal ni el fiscal son los encargados de esos temas, sino que fue la señora del hijo la que lo denunció públicamente como un lavador de activos y como una persona que se enriqueció ilícitamente, conforme a la imputación y a la acusación donde la Fiscalía es parte de esa audiencia preparatoria que se tiene que adelantar”.
El caso en el que involucran a Mancera se cruza con el proceso del hijo del primer mandatario. Y el mismo Nicolás se ha despachado contra los funcionarios de la Fiscalía, en especial contra Barbosa.
“Nuevamente, el fiscal Barbosa, en una controversia pública con el presidente Gustavo Petro, se refiere a mi caso”, dijo el exdiputado, hoy imputado ante la justicia por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Y agregó: “Señor Barbosa, sea serio y deje de politizar mi situación judicial, más bien controle a sus funcionarios que no hacen más que violentar mis garantías procesales. Deje el show mediático”.
En esa investigación hay un funcionario que ha sido quien ha recibido los testimonios contra Nicolás: el director de Policía Judicial, Víctor Forero. Hace unos días, a Forero lo señalan de haberle pedido a dos agentes del CTI que borraran de su declaración una acusación contra el director del CTI en Buenaventura, Francisco Javier Martínez Ardila.
Los señalamientos a Forero coinciden en tiempos con una estrategia judicial de Nicolás Petro para dilatar el caso, que ya está en acusación. Los más suspicaces consideran que la estrategia de Nicolás y de su papá estaría encaminada a que llegue la nueva fiscal y cambie el rumbo de las investigaciones que les interesan.
SEMANA publicó en su última edición horas de explosivas y contundentes confesiones de dos criminales llamados Yeison Garzón y Carlos Loaiza, quienes ya fueron condenados a cinco años de prisión por tráfico de drogas. Ellos eran, al parecer, los socios de una empresa criminal que montaron los agentes encubiertos del CTI con peligrosos jefes de la mafia en el Cauca y Caldas, quienes ahora pretenden salpicar a Mancera.
Mientras tanto, crecen las presiones de un grupo para que la Corte Suprema elija rápido, para que llegue la fiscal ternada por Petro, y Mancera no se quede ni un día en el cargo.