La elección de Elsa Noguera como alcaldesa de Barranquilla tiene tres puntos para destacar: es la primera mujer elegida para ocupar este cargo, su nombre garantiza la continuidad de la administración actual y los más importantes apellidos políticos del departamento, Char, Name, Gerlein y Cepeda, la respaldaron. Este último elemento es interesante, pues estos tradicionales barones políticos mantuvieron la Gran Alianza que sellaron en 2007 –con Alejandro Char a la Alcaldía y el fallecido José Name Terán a la Gobernación– a pesar de que durante la administración de Char no recibieron en teoría las cuotas que esperaban. El columnista José Amar, en un resumen de los logros del alcalde Alejandro Char, sostiene que los avances en infraestructura, educación y salud permitieron recuperar la confianza inversionista, favorecer la industrialización y fortalecer al sector servicios. Ahora, el principal reto de Elsa Noguera es continuar esas realizaciones: Char construyó más de 700 kilómetros de nuevas vías en barrios de la periferia, una red pública de atención en salud que estaba destruida, reconstruyó 123 colegios públicos y construyó siete megacolegios. La politóloga Alexandra García, directora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad del Norte, dice que la satisfacción de la ciudadanía con la administración de Char se debe a que “las obras se ven y la ciudad está contenta. Por eso, uno de los retos principales de la alcaldesa es no dejar caer lo que se ha logrado”. La alcaldesa electa, en sus recorridos por los barrios, en debates y a preguntas de los periodistas, ha manifestado que tiene retos enormes en materia de movilidad, cultura ciudadana, embellecimiento y ordenamiento territorial. Noguera tiene una gran preocupación por la forma como se ve la ciudad y ha manifestado que si sigue mejorando en sus vías y sectores urbanos deprimidos, la gente verá sus recursos bien invertidos. Pero no todo es color de rosa. El reto más duro que tendrá que resolver, de acuerdo con el economista Jorge Vergara, es el económico. Sostiene que no es cierta la idea de que ha habido un “milagro financiero”, y, por el contrario, la ciudad está expuesta a un desastre. Elsa Noguera tendrá que comenzar a pagar, a partir de 2012, una deuda de 1,2 billones de pesos. La administración de Char recibió en 2007 una deuda de 537.000 millones y la incrementó en más de 700.000 millones, y la cartera pasó de 429.000 millones a 850.000 millones de pesos. Este drama financiero, según Vergara, se explica porque durante tres años los gastos superaron los ingresos en 400.000 millones de pesos anuales. Otro reto tiene que ver con la sentencia que ordena al distrito y a los constructores, entre esos a la firma Alejandro Char, a indemnizar a los propietarios de las viviendas en Campo Alegre en 130.000 millones de pesos, cuyas construcciones no debieron permitirse pues existía una restricción de riesgo por la calidad de los suelos. Además tendrá que asumir el pasivo laboral de la liquidada Empresa de Teléfonos de Barranquilla. Y otro chicharrón que tiene la alcaldesa es el de agilizar la chatarrización de los buses de servicio público que siguen circulando por las vías construidas para Transmetro, el sistema integrado de transporte, e incrementar el número de rutas alimentadoras y de buses en circulación por la troncal. Si en seis meses no se ha incrementado el volumen de pasajeros y no han salido de circulación algunas rutas de transporte del sistema de movilidad, el problema se incrementaría de manera grave. Elsa Noguera también deberá lidiar con aliados políticos que perdieron terreno con Char, pues el alcalde mantuvo durante los cuatro años el manejo de las secretarías con personas de perfil independiente o técnico. La imagen menuda y débil que proyecta Elsa Noguera apoyada en sus muletas contrasta con sus fortalezas, la de ser una mujer con una voluntad personal, formación y preparación académica, experiencia, inteligencia, y se espera que la coalición política apoye sus decisiones.